jueves, 4 de febrero de 2016

Animalarios y Soñarios en Coita (y kamishibai) 2016


Joaquín Vázquez Aguilar dice: "Uno se afecta de seres vivos / ¡Pero vivos!..." Y a mí eso me sucede de buena manera. Desde el día sábado hasta el día de hoy, me afecté de seres vivos, los más originales, los verdaderos, los ingeniosos, los irreverentes, los libres y sí, locos: Los niños.


Mis archirrequeterrecontra padecimientos triglicerinos, lípiodiosos y y glucosaminoides se han visto mejorados en gran medida a las ilusiones de otros, a los deseos de otros. A quienes ven en una montaña la posibilidad de divertirse.


Mi querido amigo Ramón, el mero mero maromero de las ferias del libro infantil y juvenil en el Estado de Chiapas, tuvo a bien invitarme a dar algunos talleres y tambièn a dar de gorogoritos en esto de la promoción de los libros y su lectura.


El día sábado salí disminuido más en lo anímico que en lo físico. Llevaba material para que un batallón creara su propio Animalario, libro extraordinario diseñado por Javier Sáez Castán (creo ya les había hablado de él) y también para ensayar construir soñarios.


Al encontrarme con Ramòn y Faustino (el Doctor) mi animó mejoró un buen, y despuès, al encontrarme en Ocozocoautla con el maestro Jesús "Matatena" y Leobardo, terminó por levantarse al cien. Qué lujo el mío de ser el telonero de La Matatena... de verdad.


De a poco se fueron acercando quienes, a la larga, sería el público conocedor de la increible aventura de Los Molinos de Viento (Kamishibai) y de la obra de títeres: La varita mágica (La Matatena). La feria cobró vida y terminamos construyendo animalarios bastante originales.


Mi ánimo estuvo rete a todo dar, tanto, que estive todo el día en Coita, llenando mi cojtàn del sonido de las aves y la generosidad de su gente.


Volví el día miércoles, pero esta vez para construir Soñarios, parecidos a los imaginados por ¿quién creen ustedes? ¡Adivinaron! Javier Sáez Castán.


Hicimos más de veinte, y algunos diseñaron más de dos, y me pidieron uno extra para llevar a casa, y seguir "soñando".


En esta ocasión tuve la compañía de mi carnaval Roberto Román, quien buenamente me apoyó para realizar esta actividad, y para tomar algunas fotos, que me imagino luego hará de ellas un documental y luego nos ganaremos un premio en alguna muestra de cine y luego viajaremos por todo el país y por el mundo mundial.


 Comprobé que tallerear con niños es algo sanador, llenador de energía creativa, porque cada niño es un microuniverso inagotable.


Algunos adultos miraban la actividad, y estoy seguro que deseaban participar pero cuando me acercaba y los invitaba a realizar un soñario, se negaban, algo apenados.


Estoy seguro que allà, en el màs interior de sus interiores el niño que fueron deseaba de verdad ponerse a dibujar y colorear, a darle vida a lo imaginado, a lo guardado por ese adulto tirano que está lleno de prejuicios, y que ha enclaustrado al niño que fue.


Sé que vienen nuevas aventuras en otros terrenos, sobre todo la aventura de la vinculación de la literatura y de la ciencia, con actividades que dejen en los niños la inquietud por acercarse despuès a la ciencia. Somos curiosos por naturaleza.


 Ya estuvo bueno de burrócratas (zombis) y políticos (delincuentes). Hay que romper las inercias con imaginación, con creatividad pero sobre todo con armonía. Aún hay tiempo, y es urgente, porque es para la eternidad.


En los próximos meses incorporaremos sombras y ciencia a los animalarios y soñarios, además de más historias al kamishibai, para seguir llenando de alegría nuestros corazones.


Gracias Ramón, Ervin, Faustino, y toda la banda que hicieron posible la 2da Feria del Libro Infantil y Juvenil, Coita 2016. Gracias de verdad por ayudarme a sanar.


Por mejores lectores....

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