lunes, 24 de marzo de 2014

Desde la construcción...

El día viernes 21 de marzo, el compañero José Luis Ozuna (miembro activo de la sala de lectura Por mejores lectores, (ubicado en la oficina donde laburo), se estrenó como acompañante de lectura en el salón de sexto grado, de la escuela primaria Juan venavides (Tuxtla Gutiérrez), actividad programada por la maestra de ese grado, donde se involucra a los padres de familia para las lecturas en clase. Días antes se acercó a nuestra sala de lectura a pedir consejo sobre algunas estrategias para la animación lectora. Iba a sugerirle algunos cuentos, pero él, atinadamente, tenía una historia lista para leer, titulada: Por favor.


Esta historia es parte de muchas otras enfocadas a la enseñanza de los valores (Honestidad, Gratitud, Puntualidad, Sinceridad, Responsabilidad, Generosidad, Familia, Honestidad, Decencia, Solidaridad, Prudencia, entre muchos otros valores) y que José Luis consideró era buen material para leer en el salon de sexto año. Decir por favor cada vez cuesta más, en una sociedad consumida por la prisa, lo efímero, donde ahora se busca el máximo de ganancia con ekl mínimo de esfuerzo, y donde ha perdido valor la educación elemental, como es el pedir (de manera educada) la realización de una acción donde estamos involucrados de manera directa. 


Y yendo más allá, en materia de valores, ¿cómo contarle a los niños que la Honestidad, por ejemplo, significa lo mismo en cualquier sociedad? Los niños africanos, los japoneses y los mexicanos, a la hora de ser honestos actúan de la misma manera, por ejemplo, a la hora de decir la verdad sobre una circunstancia propia o ajena. No hay banderas en los valores humanos, más que una. Contarle eso a los niños es reforzar lo que de antemano ya se enseña en las aulas.Los valores "a la mexicana" son una realidad, es innegable, pero también es una realidad que dicha manera de interpretar los valores con ese estilo, han llevado a este país a un eterno comienzo en cuanto a una sociedad más justa, equitativa y solidaria.


José Luis dibujó y escribió en cartulinas el tema central del cuento, además de agregar los derechos que tienen como lectores, y que casi nadie les informa o les dice, más allá de leer 20 minutos al día, cuestión que en algunos casos ha sido motivo de molestia en los niños y jóvenes, que consideran esa actividad obligada, por no haber algo más allá de dicha lectura. Lo ideal sería enseñar a los padres tácticas y estrategias del acompañamiento lector, darles consejos y reunirlos cada determinado tiempo para intercambiar experiencias en dicha actividad. 



La sala de lectura: Por mejores lectores diseña (luego de esta grata experiencia con el compañero José Luis) una serie de actividades (dirigida en un primer momento a mediadores), para invitar a padres de familia (y público en general), a desarrollar actividades que ayuden al acompañamiento de la lectura, ya sea en un salon de clases, en un espacio cultural o en casa. Las posibilidades son varias y variadas. 

Por último, queda el testimonio oral de José Luis, quien regresó con una sonrisa de oreja a oreja, feliz por haber descubierto la magia de la lectura en voz alta. Nos dijo que fue un éxito total. Los niños estuvieron atentos, y luego de la lectura del cuento varios, curiosos, preguntaron otras historias que habían en El libro de las virtudes de los niños utilizado por José Luis. La maestra le pidió repetir la experiencia posteriormente, a lo que nuestro nuevo acompañante de lectura dijo que sí, obviamente, por mejores lectores, donando un libro para el salon de sexto grado de la escuela primaria Juan Benavides.