martes, 20 de marzo de 2018

¡BASTA DE CUENTOS! / Acuática Kid Center & Master Center / 18 de marzo / Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.


 Por enésima vez la coach Marisol tuvo a bien invitarnos a charlar con chicos y chicas (nadadores en competición) literalmente "cerca del agua": las instalaciones del Acuática Kid Center & Master Center, en Tuxtla Gutiérrez. Nadar es un arte, sin duda.


¿Y qué hacemos los Por mejores Lectores y Escritores, metidos en el agua? Nadar relaja las tensiones diarias, disminuye el estrés y genera estados de ánimo positivos, esto a nivel mental, y a nivel físico fortalece la mayoría de los grupos musculares, y mantiene saludables los pulmones y el corazón.


 Ya sé que aún no contesto el porqué estamos metidos en el agua, y por eso les recuerdo lo que tantas veces hemos repetido en este espacio: Todos (nadadores y demás personas con cualquier ocupación) estamos hechos de historias. Los chicos a quienes visito por cuarta vez no son la excepción.


Cada uno de ellos cuenta una historia personal, y aunque no las conozco a cabalidad, las intuyo. Sin embargo eso no me prejuicia a la hora de compartirles actividades y ejercicios que estimulen esos espacios imaginantes particulares.


Les hablé un poco de la Gramática de la fantasía (que la coach resignificó en Gramática de las emociones), y después nos pusimos a ejercitarla a través de binomios fantásticos, aunque no en forma escrita, sino en forma de dibujos. ¿Por qué dibujos? Acá recurro a las palabras del maestro Raúl Ortega: "Porque pensamiento es imagen".


Para entrar en el terreno de la imaginación hay que allanar un poco el camino, y lo hicimos con ese ejercicio. Posteriormente construimos algunas nubes, de donde brotaron corazones, osos, coronas, paisajes, perros, gatos, cerdos, peces y pingüinos; entre otros. Después armaron historias originales donde destacaron aparte de las emociones, la ética y la moral.


También nos recreamos redefiniendo palabras igual a las entradas de un diccionario, buscando colocar las definiciones más creíbles o verosímiles entre los escuchas. Después de ser puestas a consideración del jurado conocedor (todos nosotros), nos llevamos varias sorpresas al final, en el recuento de las palabras que más nos convencieron, y de quiénes las habían escrito.


Después les conté la historia de Don Quijote de la Mancha y la aventura de los molinos de viento, en el Kamishibai. Dicha historia también tiene emociones varias, como la alegría, la sorpresa, el miedo y la tristeza, expresadas en el caballero andante y su fiel escudero Sancho Panza. El triunfo y la derrota vividas en esa aventura dejan una enseñanza.


Después recordamos la aventura de Ulíses y de sus soldados, cuando fueron llevados por el dios Eolo hasta la isla de los Cíclopes. Más de uno recordó esa aventura porque ya se las había narrado antes, pero sin Kamishibai. Lo que buscaba era comprobar si aún recordaban las partes esenciales de tal aventura, lo que resultó positivo. 


 La Odisea fue contada antes de ser escrita en los cuarenta y dos cantos que se conocen, y que se atribuyen a Homero. Fue precisamente él quien "cantó" la Iliada y la Odisea, y no quien la escribió, por una sencilla razón: era ciego.


Ya dijimos antes que se lee con todo el cuerpo, con los sentidos, y a su vez con las emociones y las intuiciones. Somos un mar de historias y eso nadie lo puede negar.


Agradezco a la coach Marisol el haberme invitado nuevamente. También le agradezco el registro videográfico de la actividad, y que comparte de manera generosa para este blog. Acá su "selfi".


Me despido de ustedes... Por mejores lectores y escritores...




Acá los videos de las historias originadas de algunas nubes, cortesía de Javier Sáez Castán, a quien conocí hace algunos años en El Ingenio, y me concedió la posibilidad de multiplicarla cuantas veces fuera necesaria:





martes, 6 de marzo de 2018

¡Basta de Cuentos! / El Haragán Ramírez / C.E.B.E.CH. / 05 de marzo



Mientras que los lunes son una tortura para el ciudadano común (adultos atribulados por el inicio de la semana, que promete ser igual o peor que la anterior), para otros es la posibilidad de comenzar jugando y riendo, y por qué no, aprendiendo o reafirmando cosas que son posibilidades imaginantes dentro de la escuela..


La profesoras  Blanca Ruth y Gloria, en complicidad con mis compañeros Ramón, Hervin y Teresita, de la Oficina de Fomento a la Lectura y la Escritura de la Biblioteca Pública Central del Estado de Chiapas, programaron una semana de actividades de fomento lector en el CEBECH, con chicos de primaria. Lo anterior con el afán de consolidar un proyecto iniciado en marzo del 2017.


Me tocaba abrir plaza de nuevo, en lunes, a las ocho de la mañana, con chic@s de cuarto grado de primaria. Tres salones en total, que juntos suman casi ciento cincuenta almas. Yo, que soy parte de los que cargan el inicio de semana cual si fuera la piedra de Sísifo, recurrí a mi buen amigo y compañero El Haragán Ramírez, a quien debo reconocerle no llevar en el nombre la penitencia. No es haragán, es incomprendido: no más.


Me contaron mis amigos de la oficina de fomento que El Haragán andaba de divo. No quiso ninguna atención especial, solo dar comienzo a la aventura de enfrentarse a una caída, sin límite de textos, en el Pancracio (mejor conocido como El Queso) esa mañana de intenso calor, que promete una primavera tuxtleca de pronóstico reservado..


El Haragán llevó una tanda de pases mágicos y experimentos igual de alucinados, para estimular senderos imaginantes entre las chicos y los chicas presentes, intercambiando asombros de uno y otro lado. Tuvo un contratiempo con la creación de una nube, se le rompió el aparato mi-me-ti-za-dooorrr... que alimentaba a la nonata nube.


Hizo dos trucos de magia que yo no sé de dónde los sacó (les digo que de haragán solo tiene el nombre) que fue del gusto -dicen- de la mayoría, aunque no faltó en el graderío voces de "¡No es magia!"... "Yo sé cómo lo hace"... "¡Otra vez, que no lo vimos!"... "¡Buuuu!" "¡Arriba los rudooosss!" A lo que El Haragán reviró con un par de recetas para que ellos también pudieran hacer magia en sus casas.


La receta en cuestión fue para hacer volar un "cohetito" y un "cohetote". Estas recetas sí las conozco, porque he acompañado al Haragán en otras ocasiones, y le he comentado que el éxito o el fracaso a la hora de ejecutar dichos experimentos, depende de la altura, la temperatura del agua, la calidad de los carburantes y un poco de suerte. Por fortuna, parece que todos esos factores resultaron combinarse para bien.


El "cohetito" voló de maravilla, gracias a dos carburantes fáciles de adquirir: agua, pastilla efervescente, un botecito con tapa a presión (de rollo fotográfico o de pastillas) y una lanzadera (espacio suficiente para que el "cohetito" pueda despegar a sus anchas. La navecita después de unos segundos de verdadero suspenso, se elevo vertiginoso hasta casi alcanzar el techo metálico del lugar.


Después tocó el turno al "cohetote", que por ser de dimensiones gigantescas, requirió de otra receta para integrar sus carburantes, con elementos igualmente fáciles de adquirir: vinagre, bicarbonato, papel de servilleta, un corcho, un bote de plástico de un litro o más de capacidad y una lanzadera (el Haragán usó un vaso desechable de conocida tienda que ha infestado la ciudad).


El "cohetote" volo tres veces, y las tres veces rebotó en la lámina que cubre El Queso, con estruendoso ruido. No sé si dañó la estructura o las luminarias, y en caso de que así haya sido, al Haragán le espera una factura por pagar.



Finalizó su intervención con la lectura de dos cuentos, uno ya conocido de Luis María Pescetti, y otro de un libro de Francisco Hinojosa, del cual El Haragán les dijo a tod@s que estaba prohibido para ellos, porque es un manual para corregir a niños malcriados.


Después les pidió imaginar un binomio a lo Rodari, con la combinación de un animal y un objeto o cosa. Les puso de ejemplo el Lápiz - Ratón, enseñado por Ramón Iván Suárez Caamal, que permite asociar y combinar a manera de metáforas, elementos disímbolos. Y para tal fin les pidió dibujaran un Cocodrilo - Escalera (haga el suyo, anímese).


Los dibujos se los quedó El Haragán Ramírez, espero me los entregue pronto. Pienso publicarlos en una entrada especial de los productos generados por las niños y los niñas, junto con el de los maestras y las maestros. Estoy seguro de que les sorprenderá.


Al final el vanidoso del Haragán se puso a firmar autógrafos a diestra y siniestra. Imagino estuvo feliz de la vida, sobre todo porque casi no lo invito a compartir conmigo estos acompañamientos lectoescritores, y cada vez que sucede, se pasa de lanza firmando y posando aquí y allá.


Se acerca una convocatoria para los chicas y las chicos del CEBECH, de cuentos cortos. Será de tema libre, y que mejor posibilidad para que se ejerciten en el noble arte de la imaginación. Las maestras Gloria y Blanca Ruth verán, en algunos años, que esta labor en apariencia árida, rendirá sus frutos.


 A nombre del Haragán Ramírez y mío, les agradecemos (a todos los involucrados) esta aventura de inicio de año con los niñas y las niños, que son el verdadero motivo del porqué estamos de necios haciendo lo que hacemos.


 Las fotos fueron una cortesía de la maestra Blanca Ruth y de la compañera Teresita, quienes hacen puntualmente el registro, cada vez que una aventura de este calibre sucede frente a ellos. También les dejo al final de las fotos un vídeo, para que vean la potencia del "cohetote", y digan junto con nosotros "¡¡¡¡Oooohhhhhhh!!!!"... por mejores lectores y escritores.





















jueves, 1 de marzo de 2018

Los libros en el rincón de la destrucción.



¿Ya les conté de cómo una buena idea se va al carajo cuando no le importa a alguién? Ejemplos hay muchos, pero les contaré de una buena idea tirada al caño por vaya usted a saber quién. Espero que el encabronamiento no me atribule.

Pregunto: ¿La colección Los libros del Rincón es una buena idea? ¡Por supuesto! Libros con una infinidad de temas para distintas edades e intereses de "los chicas y las chicos". Bibliotecas escolares completas, con autores de reconocida trayectoria y con historias y diseños atractivos, que más de uno hubiésemos querido tener a la mano. Sé que han hecho loables esfuerzos para lograr que México sea un País de Lectores, apostándole sobre todo a las escuelas, además de Salas de Lectura y Paralibros en barrios y puntos estratégicos de distintas ciudades chiapanecas.

Yo mismo he presentado (desde hace varios años) a un perfecto desconocido entre la comunidad docente (disidentes e idoneos y los que se acumulen) que es parte de Los Libros del Rincón: "Nadie te Creería", de Luis María Pescetti. El título hasta parece hablarme: 

"Ya ves, pinche gordo barbón, nadie te creería si dijeras que no me conocen, a menos que te conste". 

Y lo he comprobado. No lo conoce ninguno de los cientos de maestros (y estudiantes) a quienes se los he presentado. Es un libro genial, a lo Cortázar, ideal para cazar lectores, pero que se encuentra bajo llave en algunas bibliotecas de algunas escuelas, en algunas comunidades de Chiapas (por no decir en todas). Está en cualquier lado menos donde debe de estar, entre "las niños y los niñas" (con chance y esté en alguna oscura bodega de la Secretaría de Educación).

Como les decía, en los últimos tres años han sido muchos los talleristas, profesores y estudiantes quienes nos hemos reido y reflexionado con "Nadie te Creería". Si eso sucede sólo con un libro, ¡imaginen lo que sucedería con los miles restantes de la colección! Cumpliríamos con uno de los derechos fundamentales que tenemos y que poco exigimos: nuestro derecho a leer y a escribir.(acá recuerdo la frase de Don Quijote, cuando defiende a Sancho de un enemigo imaginario, producto de su chifladura: "Si esto hago en seco, qué no haré en mojado") 

También he dicho lo que sabemos muchos pero recordamos pocos, que estamos hechos de historias. Preescolar, primaria y secundaria debería de estar alimentándose de historias, pero no sucede en todos los casos. Ese vínculo que se busca crear con los lectores es inexistente en muchas escuelas de Chiapas. ¿Y por qué? Conocía varios motivos, pero no tenía noticia de éste último, hasta hoy, y terminó por encabronarme.

Ya lo dijo, y bien, el gran poeta de Chachí, Uberto Santos: "Desde un país de lástimas te escribo", y lo cito porque fue lo primero que se me vino a la cabeza, después de conocer del "¡¡¡$%&/("#$%&!!!" suceso que me tiene así.

Resulta que un mi afecto fue a una recicladora de cartón y papel, para vender cartones que evita tirar a la basura en su afán de reciclar (algo que hace desde hace muchos años, además de clasificar su basura, y generar la menos posible), encontrando una cantidad enorme de títulos semi nuevos, por no decir nuevos, de la colección Los Libros del Rincón, en espera de ser triturados. De inmediato le pidió al operador se los vendiera o regalara, o lo que mejor le pareciera, pero que no los destruyera. El sujeto en cuestión accedió, previa compensación económica, rescatando mi afecto cincuenta y un títulos. No pudo recuperar los demás porque estaban demasiado maltratados... o triturados por completo.

Desde hace muchos años dicha colección se integra por un centenar anual de libros, de los cuales suman miles de ejemplares. Cada año las editoriales responden a una convocatoria y ponen a consideración más de cuatro mil títulos, de los cuales se hace una criba, transitando varios filtros: docentes, especialistas en fomento a la lectura y la escritura, y los mismos integrantes de las comunidades a las que llegará dicho material.

¿Cómo llegan a parar cajas y cajas de libros a las empresas recicladoras? Mi afecto quiso saber lo mismo que yo, pero le dijeron que no podían decirle porque era confidencial (maldito país de lástimas). Sin amilanarse, mi afecto le propuso al "sujeto sin predicado", que si le llegaba más material de esa colección se lo apartara, pero éste se negó, argumentando la misma paparrucha de la "confidencialidad".

Alguien (vaya usted a saber quién), está vendiendo papel por kilo de "una buena idea" tirada al caño por unos pesos, "una buena idea" invaluable para las escuelas de preescolar, primaria y secundaria.

Por supuesto que tengo mis sospechosos, pero no quiero caer en la descalificación fácil, prefiero dejarlo a la reflexión, sobre todo de los muchos maestros que he conocido durante estos años en talleres de fomento. Ellos sabrán deducir quiénes están detrás de esto, que a mi me resulta una cabronada. ¿No que los niños primero? ¿No que la dicha es mucha en la lucha? ¿No que los niños al centro? ¿No que abajo las reformas punitivas? ¿No que escuelas de calidad? ¿No que el maestro, luchando, también está enseñando? Dijera Maradona: Alguien le está tomando la leche al gato. 

Esta historia en particular me ha encabronado igual o más que otras acerca de bibliotecas bajo llave, colecciones abandonadas, acervos encerrados, ediciones amontonadas en alguna bodega municipal, sirviendo de papel higíenico, botadas en el basurero, etcétera. También me duele porque tengo grandes amigos y amigas disidentes e idóneos, y en ambos casos coinciden en que se deben a sus alumnos y alumnas. Son muchos "los maestras y las maestros" comprometidos y con una vocación a prueba de fuego (disidente o idóneo) Podría asegurar de que unos y otros están de acuerdo conmigo en que esto es una cabronada.

Así mi querido Chiapas, a miles de años luz de lograr que el grueso del estudiantado de preescolar, primaria y secundaria se transforme en lector letrado. Seguiremos padeciendo la pobreza educativa y cultural contrario a lo idealizado en los laboratorios o gritado en .las calles. La ficción de Ray Bradbury saltó a la realidad.