martes, 4 de julio de 2017

KAMISHIBAI / CASA KOLPING


 El día sábado 1° de julio asistimos a Casa Kolping, al tianguis solidario. El propósito que me contó el compañero Osiris, es el de habilitar un espacio donde se difunda el arte y la cultura a niños y jóvenes.

 Decidimos sumar esfuerzos y llevar el fomento de la lectura a dicho espacio, con cuentos y elaboración de un Kamishibai de cartón, que pudieran llevarse a casa para seguir contando historias las veces que asi lo quisieran.

 Las fotografías que ilustran esta entrada son cortesía del compañero Diego y Osiris, porque yo aún no logro contar con mi propio "Phothographer". Y aunque bien decía mi madre "chiflando y aplaudiendo", la verdad es que no he podido desarrollar la maravilla de la ubicuidad.


Llegaron familias entusiastas, con sus hij@s igual de motivad@s, además de algunos conocidos y amigos, a quienes les comencé contando de los varios personajes que me habitan desde hace mucho, entre ellos el doctor Víctor Frankenstein, y su fiel colaborador: Igor.


Después les leí una de los cuentos del magnífico libro "Nadie te creería" de Luis María Pescetti (un cuento de amor y amistad) que siempre resulta bastante simpático, por la cantidad de caca que se menciona en el mismo.


Por último, les conté de la famosa aventura de Don Quijote de la Mancha y los Molinos de Viento, en el artefacto llamado Kamishibai. Sin temor a equivocarme, los asistentes se divirtieron un rato con lo contado, y quiero suponer que al menos un lector me gané esa mañana.


Se supone íbamos por una hora, pero resultó que nos llevamos más de dos, porque con paciencia se inició la construcción de los Kamishibai de cartón, los cuales llevé previamente cortados, para ensamblarlos y no arriesgar algún percance con las navajas de corte.


De a poco fueron tomando forma los teatrinos de cartón, y a más de uno le pareció buena idea. Una niña me dijo que le gustaba el teatrino, que lo usaría para contar más historias. Les repartí hojas para que cada uno inventara el cuento que mejor le pareciera. Varios giraron sobre mascotas y una que otra historia del Espacio.


Varios adultos se sumaron a la actividad, lo que me pareció bien, porque así compartían la elaboración del Kamishibai en familia, algo que celebro.


Al finalizar la actividad hubo varios que me pidieron les regalara otros cartones para elaborar otro kamishibai. Con gusto les obsequié más piezas, que fueron un total de cinco paquetes.


Preparar el material es laborioso. Fueron 520 piezas, para elaborar 30 teatrinos de cartón. Los cortamos con gusto porque ya sabemos el resultado, y si se afanan, pueden darles acabados geniales con papel de colores o con pintura, por imaginación no paramos.


Celebro que el tianguis quiera habilitar espacios que sirvan para el fomento de la lectura y de la escritura. No sé cuándo volveremos, pero estoy seguro de que será pronto. Fue una experiencia diferente para mí, por el contexto en el que se dio el taller.


 Desde la construcción siempre será mejor, independientemente de los problemas personales o factores externos que intentan frustrarnos. Esa mañana construimos no solo un teatrino de cartón, sino empoderamos un poco más a los niñ@s.


Les dejo el resto de las imágenes de esa mañana, que fue calurosa pero satisfactoria. Por mejores lectores...


¡Desde la construcción!