viernes, 18 de noviembre de 2016

LEER NOS HACE CRECER / SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, DEL 17 AL 20 DE NOVIEMBRE



El día de ayer jueves 17 de noviembre, viajé a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, para compartir el taller de estrategias de lectura y escritura con los compañeros interesados en la mediación lectora. El proyecto lleva por nombre LO LEO Y NO LO CREO, y se realizó en la Biblioteca Pública "Anastasio López", en punto de las 11 horas.


Con anterioridad éste taller se había compartido con mediadores y administradores de casas de cultura pertenecientes al Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígena, y existía la posibilidad de que varios de ellos asistieran nuevamente, por lo que se buscó realizar otras actividades, para dar continuidad a lo expuesto en el taller anterior.


La gran mayoría asistía por primera vez a este taller, convocado por la oficina de Fomento a la lectura, de la Biblioteca Pública Central del Estado de Chiapas. Luego de una breve introducción, (y para aprovechar las tres horas de tallereo), dimos inició con los "palabrarismos". Sí, como lo lee usted. Partimos de la palabra misma, una mezcla de PALABRA y MALABARISMO. Comentamos que nosotros somos lo que leemos... o no leemos, y hablamos de un cazador de lectores (de los muchos que han existido) como lo es Julio Cortázar. También les enseñé, de una época más reciente, a otro cazador de lectores, Luis María Pescetti y una de sus joyas NADIE TE CREERÍA (ed. Alfaguara).


Éste feliz hallazgo para el trabajo con los textos de Pescetti, es mérito de la doctora Haide Zúñiga Pineda, quien propuso una manera de experimentar con dichos cuentos, maneras que retomé para trabajar con los compañeros en el taller. Vimos cómo el autor trabajó aspectos como la rima, la ortografía, la sintaxis, las "malas palabras", las oraciones simples y compuestas, entre otras linduras, las cuales fuimos conociendo primeramente de manera individual, y luego por grupos, al que los unía el título del libro en cuestión.


Trabajamos también la búsqueda de palabras, primero las que contenían las cinco vocales, sin repetirse ninguna (ejemplo: Murciélago), y después, una oración con sentido, donde estuvieran presentes vocales y consonantes, sin repetirse ninguna. Dichos ejercicios de a poco fueron disponiendo a los participantes para ser cómplices de los mismos, y de paso (suavemente) ejercitarnos en la noble tarea de la escritura y sus posibilidades.


Luego de un receso, jugamos MONDONGO, donde se continuó con los equipos formados originalmente, y se hizo una competencia divertida por escribir palabras de un mismo campo semántico, buscando escribirlas de manera correcta, sin errores de ortografía. Surgieron dudas sobre si "antílope" era un animal o no, y hasta un unicornio hizo su aparición, además de palabras coladas, acentos extraviados y demás. La idea era divertirse y aprender, lo que considero se cumplió en buena medida.



Por último se hizo un cuento literalmente de la nada, en homenaje al soñario de Javier Sáez Castán, con una actividad aprendida hace un par de años en El Ingenio, y que cuenta con bastante ingenio para su ejecución, de donde extraigo una muestra (cortesía de la licenciada Estela de la Cruz), no sin antes despedir esta entrada con el agradecimiento por la disposición de los participantes y las gentilezas de los organizadores... Por mejores lectores.


viernes, 11 de noviembre de 2016

XIX FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL SCLC 2016

En el marco del XIV Festival Internacional Cervantino Barroco, se lleva a cabo la XIX Feria del Libro Infantil y Juvenil SCLC 2016, el querido amigo Ramón Martínez Mancilla nos invitó a Ray Zopilote y a mi, a dar de gorgoritos en el foro de la feria del libro. Y nosotros, por supuesto, aceptamos la invitación.


Decidimos denominar a la actividad "Lector que se duerme, se lo lleva la novela..." o la crónica, o el cuento, el relato, la epopeya, la fábula, la poesía, y lo que gusten sumarle. Sucede que a Ray Zopilote le encanta contar cuentos, y a mi me gusta acompañarlo para ver con mis propios ojos el asombro de quienes escuchan la lectura de sus cuentos favoritos. Y fue precisamente eso lo que sucedió la tarde noche de ayer, en la Plaza de la Paz, en San Crispado de las Cosas. No llegamos con más afán que el de compartir historias.


Después de esperar por unos minutos dimos comienzo a nuestra actividad. Don Zopi se pulió leyendo a Roald Dahl y los cuentos Jerigonzos, memorias de un niño Bochilense avecindado en la ciudad de México. Yo me chuté un par de cuentos del Luis María Pescetti, de su singular libro de relatos Nadie te creería. Hicimos, además de eso, magia. ¡Sí! ¡Magia! De un sombrero adornado con un conejo que no tenía nada por aquí, nada por allá, y nada por acullá (guiño a Fernando Del Paso, a quien la Asociación Nacional del Libro A.C. dedica el Día Nacional del Libro, con la edición de la antología "De aquí, allá y acullá", el sábado 12 de noviembre del 2016), sacamos  un pequeño monedero de donde sacamos una varita mágica, que luego se transformaría en tres, para cada uno de los niños que pasaron a ser testigos de la magia de los libros.


Y fue un libro mágico, el cual con una sencilla palabra mágica, y los toques de cada uno de los niños y sus varitas mágicas, llevaron al asombro en diferentes momentos al público asistente. Con las palabras mágicas el libro, de simples hojas en blanco, se va poblando de personajes en blanco y negro, que después se llena de colores y después de varios Ooooooh, de asombro, volver a su estado original. Los libros tienen magia, de eso ni duda les cabe ahora. Después nos pusimos a palabrarear a lengua suelta, improvisando sobre refranes populares, donde se desprendieron dichos como "El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija"... "El que por su gusto es buey, que lo entierren parado"... o... "El que con lobos anda, a aullar aprende" (dinámica fusilada al querido amigo Antonio Ramos Revillas), que fueron transformados por el público conocedor, en linduras tales como "El que a buen libro se arrima, buena historia le cobija"... "El que por su gusto es lector, hasta los Haikus lame"... o... "El que con libros anda, a contar se enseña". ¿Lindo? Sí.


Con una lectura más del maestro Zopilote, dimos concluida nuestra intervención, después de una hora repleta de asombros, palabras y voces distintas, reunidos por el poder de las historias (y el corre corre, porque el escenario principal amenazaba con rugir por el inicio del programa artístico cervantino). Los asistentes se fueron llenos de fueguitos en su interior, que estamos seguros les calentó el alma el resto de la noche, de la fría noche en San Cristóbal de Las Casas.


Desde acá agradecemos al querido amigo Ramón Martínez Mancilla y a su equipo, amigos todos, por compartirnos un poquito de esa felicidad que ellos viven a cada rato, inmersos en el maravilloso mundo de la palabra. Estamos seguros de que leer nos hace crecer.

miércoles, 12 de octubre de 2016

LEER NOS HACE CRECER / COMITÁN, DEL 07 AL 09 DE OCTUBRE


Continuando con el festival de la lectura, organizado por el Lic. Ramón Martínez Mancilla, jefe de la oficina de fomento a la lectura, y su destacado equipo de colaboradores, nos apersonamos en la hermosa ciudad (ya les dije que es mi patria chica?) de Comitán de Domínguez. Estaba ahí para compartir de nuevo estrategias de promoción lectura y de escritura, con ¡LO LEO Y NO LO CREO!

Al igual que en la ciudad de Tapachula, decidimos dar inicio con lo que era y lo que no era una Sala de Lectura, y lo que era la mediación lectora. Con más de veinticinco asistentes, les compartimos estrategias lectoras, luego escribimos y ensayamos palabrarismos, replicando el ejercicio visto a Antonio Ramos Revillas, donde se intervenían de manera lúdica, refranes y dichos populares. En Tapachula hicimos eso además de la intervención de dichos, pero de manera libre. En Comitán fue buscar las palabras clave de los refranes, y se sustituyeron por palabras como libros, leer, lectores, netre otras de un mismo campo semántico con relación a los libros y los lectores.

Leímos y redescubrimos los cuentos de Luis María Pesseti, del multicitado libro Nadie te creería. Cada uno tuvo su oportunidad de experimentar de leer y releer el cuento asignado, y descubrir las argucias de Pesseti para conseguir nuevos lectores, a lo Julio Cortázar. Se reflexionó y se opinó sobre cómo podría plantearse dichos textos para nuevos lectores, o posibles lectores de las incipientes salas de lectura, que buscan abonar el gran anhelo de conseguir crear ciudades lectoras, buscando hacer de México un país lector, que a su vez pueda sacudirse la modorra, la indiferencia con lo que les rodea.

Después realizamos experimentos de vuelo. Desde una nube dentro de una botella, el vuelo de un avión con elementos simples, hasta cohetes propulsados por reacción química, materiales caseros, al alcance de cualquier cocina de casa. Fueron todos los experimentos exitosos, y se logró despertar de alguna manera el lado divertido de la ciencia casera, y más de uno me dijo que lo realizaría primero con sus hijos, sobrinos o vecinos, y que por supuesto, sería el principio de las actividades que luego los llevaran a leer a Julio Verne, o a Bradbury, o a las películas de Melies... tantas las posibilidades como la importancia empeñada en eso.


Fueron cuatro horas de ejercicios de lectura y escritura, que no se sintió el paso del tiempo. No me quedé al cierre de los talleres, pero sé de buena fuente que a más de uno le agradó, y hasta se atrevió a decir que lo replicaría en su sala de lectura. Yo quedé encantado, porque en el fondo sabía que había ganado, entre ellos, algún nuevo mediador... Por mejores lectores.

LEER NOS HACE CRECER / TAPACHULA, 26 AL 28 DE SEPTIEMBRE


Larga fue la espera hasta la fecha indicada para el inicio del proyecto Leer nos hace crecer, en la ciudad de Tapachula de Córdova y Ordóñez. ¡LO LEO Y NO LO CREO! viajaba hasta allá, con el Zopi y yo, de avanzada. Fueron tres días de taller generoso en disposición. Revisamos qué es una sala de lectura, para qué sirve, qué no es, quienes viven y conviven ahí, que son las charlas literarias y sobre todo, qué papel juega la imaginación a la hora del acompañamiento lector.

Abrí la serie de talleres, los cuales estaban vinculados entre sí, o que permitió una continuidad práctico-temática, que se realizaron con éxito aceptable entre los asistentes. En lo particular compartí varias estrategias ideasdas principalmente por la doctora Haide Zúñiga, especialista y certificada por IBBY, quien me confió las dinámicas que compartí esos días.

Hicimos desde una hoja, una serie de personajes, luego historias, las cuales se desarrollaron con materiales reciclados desde su concepción. teatros de papel, los cuales resaltaron la importancia de ponderar el juego sobre el juguete, y sobre todo, darle la importancia justa a las actividades, para su eficacia como estrategia de promoción de la lectura y la escritura.

Conocimos varios experimentos caseros, que bien podrían servir para interesar a los niños y jóvenes en el maravilloso mundo de la ciencia, la cual no está peleada con la literatura, al contrario, una va de la mano con la otra. Hicimos magia (con ciencia básica) y nos entretuvimos con un libro "mágico", el cual con simples palabras mágicas como ABRACADABRA, aparecían y desaparecían personas de sus páginas, a veces en blanco y negro, a veces a color, y a veces nada, páginas y páginas en blanco.

Fueron tres días de talleres, los cuales culminaron con una charla mágico literaria de Ray Zopilote y yo mero maromero, en el Parque Bicentenario. Se leyeron cuentos y se habló de las bondades de la lectura y de la escritura. Nos divertimos de lo lindo, y partimos de ahí llenos no solo de calor atmosférico, sino también del calor humano del soconusco.


LO LEO Y NO LO CREO / UNIVERSIDAD MARIANO N. RUIZ - COMITÁN



Hace algunas semanas, el querido maestro y amigo, Alejandro Molinari, nos invitó al Zopi y a mi, a celebrar junto a maestros y alumnos de la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, el día internacional de los animales. Esto en la hermosa ciudad (y mi patria chica) Comitán de Domínguez, Chiapas.

Ray Zopilote y un servidor, no tuvimos que pensarlo mucho, regresábamos de la ciudad de Tapachula, y estábamos ciertos de que nuestro viaje a Comitán, traería cosas buenas...y no nos equivocamos. Sergio nos atendió a las mil maravillas, llevándonos a cenar comida típica comiteca en El Foquito. Y al día siguiente a desayunar igual de rico, para después llevarnos hasta la Universidad, donde ya nos esperaban para la charla ¡LO LEO Y NO LO CREO!

Llegamos puntuales y nos recibieron con una gran algarabía, tanta, que no pude evitar emocionarme hasta los pelos. Se lo dije al Zopi (y se lo agradecí después), y llegamos hasta el escenario. Zopi leyo
cuentos como sólo él sabe hacerlo, rió, saltó, y conmovió a los asistentes con sus historias. Yo intenté una suerte de magia libreresca, y me aventé un concurso de una sola inspiración, con el cuento UNIDOS, del libro Nadie te creería, de Luis María Pesseti. Estábamos tan emocionados, que no reparamos en el tiempo, que sin darnos cuenta, pasaba de los sesenta minutos, y los chicos y personal académico, debían regresar a sus deberes escolares. Fue de verdad mágico para mí, y para el Zopi también. Se quedaron pendientes como los experimentos caseros y otro poco de magia sencilla, pero que de seguro sería la envidia de cualquier mago profesional.


Después de eso, tuvimos a una anfitriona excepcional, que nos llevó a degustar nieves de albahaca, y atendimos a la invitación del no menos famoso y peculiar Nuka, y sus raspados, que son de verdad una delicia. Nos dio a probar el "macharnuka", un raspado de potencia respetable, casi igual al carburante de los cohetes utilizados por la NASA. Comprobamos que la gente en Comitán es buena, y generosa. Yo volveré un par de veces más, para volver a ser feliz.

SEMAFORO: EL FOMENTO A LA LECTURA


http://huixtlaweb.com/semaforo-el-fomento-a-la-lectura/

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
VERDE
Para incentivar la lectura en nuestro país se crearon las salas de lectura, en un principio parecían ser solo un apoyo para las bibliotecas públicas, pero con el tiempo han tomado la forma de entes alternos, distintas una de otra.

Al frente de cada sala de lectura, se encuentran los mediadores de lectura, hombres y mujeres con vocación en ello; quizá usted, estimado lector, ha oído hablar de las salas de lectura, tal vez ya tuvo la oportunidad de entrar a una (al menos para ver qué hay),¿se ha preguntado cómo se forman los mediadores de lectura?
Comenzamos con empirismos, como se inicia el hombre en la mayoría de las cosas, es común al principio ver a un mediador o promotor de la lectura caminando casi a ciegas, con una pequeña idea acerca de los métodos para lograr que la gente lea, algunos al principio, como Hugo Montaño, incentivan a nuevos lectores sin saber si quiera el nombre de ello, el descubrimiento del programa de salas de lectura, los diplomados, cursos y talleres vienen después.
Hugo Montaño es un profesor de literatura, además de escritor, con mucho interés por formar ávidos lectores, una inquietud surgida por su deseo de transmitir a los demás ese método soñado de enseñanza, en sus palabras: “Intentaba hacerlo como me hubiera gustado que lo hubieran hecho…”. Para él, quien ahora imparte talleres de formación para  promotores de lectura, entre otras cosas, esto no es un trabajo, tampoco un modo de vida, sino su propia forma de ser feliz.
Con un taller ameno, y técnicas poco comunes en Tapachula, se presentó al curso impartido en nuestra ciudad del veintiséis al veintiocho de septiembre del año en curso, gracias al Licenciado Ramón Mancilla, jefe del Departamento de Fomento a la Lectura de la Dirección de la Red Estatal de Bibliotecas Públicas de CONECULTA. Todo esto con la finalidad de pulir las habilidades de los mediadores de lectura de Tapachula.
No obstante la enseñanza acerca del arte para crear lectores, impartió también un par de preceptos acerca de inducir a los infantes en el mundo de la ciencia, pequeños experimentos capaces de asombrar a chicos y grandes, quien sabe, tal vez Chiapas ya tiene un Beakman mexicano, de anteojos, barba espesa e interesantes playeras.
AMARILLO
Añadió el profesor Montaño algo muy importante: “Así como los hijos son el reflejo de sus padres, los alumnos son el reflejo de sus maestros y de los que dirigen salas de lectura, colmenas y demás, todos los que asistan a esa sala van a ser el reflejo del mediador.”
¿Qué dicen de nosotros los lectores? Tenemos mucho por hacer, eso dicen, en nuestra ciudad, llegan a la sala de lectura casi siempre las mismas personas, estamos fomentando en ellos la lectura, si, los apoyamos en su camino para leer más (sin gastar un peso), contribuyen algunos en la superación personal, empoderamiento, a romper paradigmas y cultivarlos, pero no basta con eso, no es igual tener a cien personas en una ciudad leyendo, a tener en ello a la ciudad completa, no digo que se pueda de la noche a la mañana, para nada, pero debemos ir más allá, trabajar en el aspecto de formar un mayor número de lectores, pues si uno inicia y como mediadores logramos infundirle un auténtico amor por los libros, seguirá adelante por sí mismo, volverá a la sala y si por azares del destino ya no puede acudir a la nuestra, buscará otra y habremos cumplido nuestra labor.
ROJO
Si bien estos talleres y las salas de lectura apoyan mucho el fomento de la cultura, aportan una mejora en la educación y aumentan cada año, aun no es suficiente. México ocupa uno de los últimos lugares en materia de lectura a nivel mundial.
El profesor Hugo Montaño comentaba la necesidad de lograr ciudades lectoras, dijo: “es necesario formar ciudades lectoras, porque así México será un país lector.”
Entre las ideas contenidas en su creativo cerebro se encuentra una propuesta: “Yo creo que en la canasta básica debería haber un libro, aparte de una lata de atún y una bolsa de arroz debería haber un libro”. Por desgracia, él mismo encontró respuesta a su idea: “Jamás lo va a hacer el gobierno, pero debería y también deberían los papás comprarle a un niño el libro que quiera”.
Respecto a lo último, ¡Cuánta razón tiene! A decir verdad, los niños y los adolescentes no suele hacer las cosas solo porque alguien les dice que lo hagan, no toman de buena gana una orden y hacer  algo bajo el precepto de obligación no es tener gusto ni hábito por ello y cuando algo no nos gusta, tampoco lo hacemos plenamente, pues no es lo mismo obligar a un niño a comerse las verduras y descubrirlo tirándolas a escondidas, a oírlo pedirlas, disfrutarlas con una sonrisa y comer hasta la cáscara.
En vista de ello es de suma importancia conseguir en niños y jóvenes un verdadero gusto por la lectura, pero si los obligamos a leer algo cuyo contenido no les parece interesante, solo lograremos el efecto contrario. Es cierto, hay lecturas no apropiadas para ciertas edades, en ese caso, el padre debe fungir como un consejero, presentar una opción distinta, o bien, permanecer al lado de su descendiente para responder cada duda respecto a la lectura, en lugar de censurarlo y si tanto es, pues mantengan  a sus hijos en la sección de niños o la de adolescentes, según sea el caso.