viernes, 11 de noviembre de 2016

XIX FERIA DEL LIBRO INFANTIL Y JUVENIL SCLC 2016

En el marco del XIV Festival Internacional Cervantino Barroco, se lleva a cabo la XIX Feria del Libro Infantil y Juvenil SCLC 2016, el querido amigo Ramón Martínez Mancilla nos invitó a Ray Zopilote y a mi, a dar de gorgoritos en el foro de la feria del libro. Y nosotros, por supuesto, aceptamos la invitación.


Decidimos denominar a la actividad "Lector que se duerme, se lo lleva la novela..." o la crónica, o el cuento, el relato, la epopeya, la fábula, la poesía, y lo que gusten sumarle. Sucede que a Ray Zopilote le encanta contar cuentos, y a mi me gusta acompañarlo para ver con mis propios ojos el asombro de quienes escuchan la lectura de sus cuentos favoritos. Y fue precisamente eso lo que sucedió la tarde noche de ayer, en la Plaza de la Paz, en San Crispado de las Cosas. No llegamos con más afán que el de compartir historias.


Después de esperar por unos minutos dimos comienzo a nuestra actividad. Don Zopi se pulió leyendo a Roald Dahl y los cuentos Jerigonzos, memorias de un niño Bochilense avecindado en la ciudad de México. Yo me chuté un par de cuentos del Luis María Pescetti, de su singular libro de relatos Nadie te creería. Hicimos, además de eso, magia. ¡Sí! ¡Magia! De un sombrero adornado con un conejo que no tenía nada por aquí, nada por allá, y nada por acullá (guiño a Fernando Del Paso, a quien la Asociación Nacional del Libro A.C. dedica el Día Nacional del Libro, con la edición de la antología "De aquí, allá y acullá", el sábado 12 de noviembre del 2016), sacamos  un pequeño monedero de donde sacamos una varita mágica, que luego se transformaría en tres, para cada uno de los niños que pasaron a ser testigos de la magia de los libros.


Y fue un libro mágico, el cual con una sencilla palabra mágica, y los toques de cada uno de los niños y sus varitas mágicas, llevaron al asombro en diferentes momentos al público asistente. Con las palabras mágicas el libro, de simples hojas en blanco, se va poblando de personajes en blanco y negro, que después se llena de colores y después de varios Ooooooh, de asombro, volver a su estado original. Los libros tienen magia, de eso ni duda les cabe ahora. Después nos pusimos a palabrarear a lengua suelta, improvisando sobre refranes populares, donde se desprendieron dichos como "El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija"... "El que por su gusto es buey, que lo entierren parado"... o... "El que con lobos anda, a aullar aprende" (dinámica fusilada al querido amigo Antonio Ramos Revillas), que fueron transformados por el público conocedor, en linduras tales como "El que a buen libro se arrima, buena historia le cobija"... "El que por su gusto es lector, hasta los Haikus lame"... o... "El que con libros anda, a contar se enseña". ¿Lindo? Sí.


Con una lectura más del maestro Zopilote, dimos concluida nuestra intervención, después de una hora repleta de asombros, palabras y voces distintas, reunidos por el poder de las historias (y el corre corre, porque el escenario principal amenazaba con rugir por el inicio del programa artístico cervantino). Los asistentes se fueron llenos de fueguitos en su interior, que estamos seguros les calentó el alma el resto de la noche, de la fría noche en San Cristóbal de Las Casas.


Desde acá agradecemos al querido amigo Ramón Martínez Mancilla y a su equipo, amigos todos, por compartirnos un poquito de esa felicidad que ellos viven a cada rato, inmersos en el maravilloso mundo de la palabra. Estamos seguros de que leer nos hace crecer.

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