miércoles, 25 de abril de 2018

Día Internacional del Libro / 23 de abril / "La literatura como espacio para la expresión, voz de la riqueza cultural". / SCLC

Antes que algo, quiero decir que esta foto es la mejor que me han tomado en años, y que dudo pueda ser superada en lo que va del 2018. Son niños de preescolar de la localidad Chicviltenal, municipio de Chamula. Sigo viendo la foto y no quepo en mi calzón. ¡Qué feliz soy! Aclaro que el niño de camisa negra y pantalón amarillo no es de esa escuela, pero tiene un corazón igual de grande que el que más, mi amigo Jesús "Matatena" Sánchez.


Ahora sí, les cuento. El día lunes 23 de enero me apersoné en el teatro de la ciudad Hermanos Domínguez, atendiendo una invitación de mi querido amigo Luis Fernando Maza Niños, quien me contó que el Comité Técnico Regional (COTER) 2017-2018, en coordinación con el Centro de Maestros 0704, organizarían un encuentro con padres de familia, alumnos y maestros, para celebrar el día internacional del libro y de los derechos de autor.


Yo, por supuesto, acepté. Después de la inauguración de rigor, se dio inicio al programa con una tertulia literaria, donde participaron las niñas María Ximena Escalante Ruiz, Xóchitl Guadalupe Cruz López, Irene Catalina Bolom Vázquez, además de Lot Tinoco, Armando Sanchez Gómez, José Luis Hernández Chanona, Lorena Elizabeth Bermúdez López, Jesús "Matatena" Sánchez, YoMeroMaromero y Dulce María López Ruiz, quien moderó dicha actividad.


Se comentó sobre la importancia de la lectura en la primera infancia, de la imaginación como uno de los principales motores que mueven al mundo, de experiencias lectoras pero sobre todo, destacó la presencia de las niñas, que dieron muestra de una claridad en su manera de expresarse, de una seguridad en sí mismas que solo puede lograrse si se es una niña empoderada, lectora letrada, que a mi me emocionó mucho. "Los niños primero siempre" no sólo como eslogan institucional, ni como concepto, sino como ejercicio.

 Después vino la participación de los niños del Centro Preescolar "Tierra y Libertad", dramatizando de manera genial una ronda de Cri-Crí: "La merienda". Fueron tan entregados, sin amilanarse por lo imponente del escenario, que entraron directo a mi corazón, sin escalas. Ya tras bambalinas los felicité. Ellos seguían con cuerda, motivados, felices de ser lo que son: niñ@s. Varios de ellos me miraban con los ojos bien abiertos, pero sin pena. Imaginé decían: "¡Qué jabalí tan grandote y tan gordo!". Les pedí me regalaran una foto para el album de mi vida, y es la que abre esta entrada.

 La niña que antes compartiera la tertulia sobre la lectura, declamó un poema titulado "Lluvia de colores", que resultó ser casi una metáfora de su voz. Yo estaba bastante emotivo y verla declamar me gustó bastante. ¿Quién dijo que todo está perdido?

 La secundaria del estado Número 1 y 2 se pulieron con un ágape musical que no le envidia nada a las agrupaciones que pululan por la ciudad. Y sí, la música también se lee por quien la escucha. Igua nos hace viajar y estoy seguro que a más de uno lo llevó a recuerdos personalísimos.

Después seguí YoMeroMaromero, compartiendo un pasaje del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, y la aventura de los molinos de viento. Esto a través del kamishibai, que a su vez se proyecto sobre el ciclorama, que facilitó apreciar los detalles de las ilustraciones. No miento: fui feliz y sigo feliz de haber participado con este relato, el cual creí buena idea, a propósito de Cervantes. 

 Hubo también una pieza de oratoria a cargo del Centro Educativo Jean Piaget, representado por un niño bastante simpático, y que se ofreció a ayudarme a cargar la mesa donde estaba mi Kamishibai. Su nombre: Miguel Ángel Burelo Martínez. Hizo uso de su joven pero potente voz, tanto, que no necesitó de un micrófono para hacerse escuchar. ¡Genial!

 María Ximena Escalante Ruiz nos contó "E árbol de los deseos", un texto de su autoría, representando a su escuela primaria, de nombre Ángel Albino Corzo. Dejen el temple de pararse en un escenario como el del teatro Hermanos Domínguez, sino el compartirnos su cuento. Ojalá hayamos ganado una escritora para el futuro.

 "El panadero y el diablo", teatro de titeres de mi querido amigo Jesús "Matatena" Sánchez fue un exitazo. Se metió a la bolsa a más de uno, quien gozó de las diabluras del diablo, y de la astucia del panadero. Me confirmo fan de los títeres matatenos.

 Los alumnos de la UNICH dramatizaron un cuento titulado "El Mariachi", voluntariosos, compartiendo con los chicos de preescolar, primaria y secundaria, un poco de lo mucho que les dieron las lecturas en la infancia.

 "La fuerza de la amistad" fue un cuento narrado por la niña Citlali Pérez Espinoza, de la escuela secundaria Joaquin Miguel Gutiérrez, que destacó por su mensaje a la audiencia. De hecho, en ese momento fuimos amigos todos.

 ¿Hubo bailable? ¡Síiii! La escuela primaria "Alberto Domínguez Borraz" presentó "Vaquerita de california". ¿Y qué hacen los bailables en un evento de libros? Pues que los bailables también se leen. Faltaba más, faltaba menos.

 Vino el cuento "El gran concurso" presentado por alunos de la UNICH, quienes también compartieron "De dios a demonio". Se presentaron algunos números más que ahora se escapan de mi memoria, pero que estan presentes en las fotografías proporcionadas por el maestro Luis Fernando Maza Niños, a quien le agradezco su apoyo.


Agradezco también las atenciones de los profesoras y las profesores (jejeje) Lorena Elizabeth Bermúdez López, Claudia Yarene Cruz Moscoso, Dulce María Lopez Ruiz, Lucía Marisol González Constantino, Elena Castillo Damas, Juan Carlos Gómez, Martha Leticia Navarro Feriolly, y por supuesto a Luis Fernando maza Niños. 


Soy un hombre feliz en este instante, y se los comparto. Y les comparto el resto de las fotos... por mejores lectores y escritores.























martes, 24 de abril de 2018

Círculo de Lectura Las Flores del Mal, TGZ / 21 de abril / Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.




Bien dicen que los viajes ilustran, y el sábado me sucedió. Viajé de un lado al otro de la ciudad, desde el territorio libre de los hijos de la escocia chiapacorceña hasta una casa del té, de nombre "Lum" (no pregunté el significado...sí, fallé en eso). Fue un viaje lleno de asombros, que disfruté bastante. Caminé y caminé y caminé, hasta que compré mi café (del OXXO, ni pedo, ese es el que me despierta, y más en día sábado).

Tuve varios encuentros afortunados, el primero con mi tío Quincho, hermano de mi madre. Nos saludamos con genuino agrado. Me comentó que necesita revise unos binoculares que fueron de mi otro tío, de Óscar "El Furibundo". ¿El problema? Hongos. Nos despedimos con la firme promesa de hallarnos en casa de mi hermana. El segundo con Iris "La Wera". La vi cruzar frente a la casa del té, salí corriendo y la llamé. Qué gusto verla, aun cuando se freseaba con su batido de mango, blindaje perfecto contra los cuarenta grados que nos caían a diestra y siniestra. Actualizamos teléfonos y prometimos platicar pronto.

El tercer momento fue el mejor, hallarme con el Círculo de Lectura "Las Flores del Mal" TGZ. Me trataron gentilmente, y desde ahora se los agradezco. Fueron casi cinco horas de charla. Monologué al principio, pero después se fue abriendo la conversación, y hasta me atreví a dar algunos consejos (de manera impune, lo sé) que en lo particular me interesan a la hora de escribir.

Agradezco al buen Santana García, colega en la narrada y en la fomentada de la lectura y de la escritura, su decencia y su valor para invitarme. Me sentí bien, tanto, que casi se me iba el último transporte de regreso a casa hasta las orillas del río Grande, rumbo al aeropuerto.

Por último, confieso que los sábados para mí son de una inmovilidad estatuaria, pero este 21 fue especial. Acá, bajo estas líneas, los cómplices de un día lleno de duendes y conejos. Saludos a todos desde acá hasta allá, donde nuestros corazones.