sábado, 27 de mayo de 2017

¡Vientos!



Hace unos días mi tocayo Luis Antonio Rincón -destacado narrador chiapaneco-, me compartió la invitación donde el día de hoy, sábado 27 de mayo, se daría una conferencia de Jan-Willem Bult. ¿Y quién es él? Me aventé un clavado a la web, y quedé sorprendido. ¿Quiere sorprenderse conmigo? ¡Vamo pué!


Jan-Willem Bult es un productor y realizador holandés. Tiene una amplia experiencia en la generación de contenidos para jóvenes. Durante 16 años, Bult coordinó la programación para jóvenes de KRO, el canal público de Holanda. Desde 2014 se encuentra al frente del área de Infancia, Juventud y Medios de Free Press Unlimited, ONG holandesa dentro de la cual también dirige el noticiero para niños Wadada News for Kids.  Este formato se ha convertido en una “red global de cooperación e intercambio entre 16 países de Europa, Asia, África y América Latina”.


En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas,  Vientos Culturales A.C. produce ¡Vientos!, noticias que vuelan.  El objetivo del noticiero es empoderar a niñas y niños mexicanos al proveer información, historias y opiniones que fomentan la participación e inclusión, el respeto a derechos humanos, el pensamiento crítico y la proactividad.


Después del chapuzón, salí con ganas de que llegara el sábado. Tres palabras me llamaron la atención, después de leer lo dicho por el holandés. "Los niños en el centro", "empoderamiento" y "anarquía". La primera porque desde inicios de año el gobierno federal insiste en decir "los niños al centro", la segunda porque también discursa sobre "empoderar acá", "empoderar allá". Y la tercer palabra, Anarquía (Ausencia total de estructura gubernamental en un Estado.)  que resulta una palabra "kriptonita" para cualquier gobierno.

"Una idea sin contexto es solamente una idea", dijo, y lo que hace falta es crear conceptos, darle contexto a las ideas con la finalidad de fomentar la autonomía en la niñez, quienes son curiosos por naturaleza. Los adultos nos alejamos de nuestra infancia, y así ¿cómo comprender a los niñ@s?


¿Y cómo se puede empoderar a un niño? Estimulando su imaginación. No es lo mismo un programa "para" niños, que un programa "acerca" de los niños. De ahí nos compartió lo que él considera es esencial en sus producciones: Creer en la autonomía de los niños; Enfocarse en su poder y en su talento; Mostrar la belleza de la vida cotidiana. Destacó también cinco aspectos que sí le importan a los niñ@s: Familia, amistad (compartición), espiritualidad, aprendizajes (capacitación), Expresión propia (el derecho a ser uno mismo).

Y esos puntos o referentes los demostró con sendos vídeos que a mi me encantaron. Jan-Willem Bult ha desarrollado una estrategia crossmedia en la que la televisión no está al comienzo, sino al final. Así, primero se lanzan en Instagram videos de 15 segundos que luego pasan a YouTube, son publicados en Facebook, más tarde transmitidos por streaming y, por último, emitidos por televisión.


Una muestra es la producción de documentales para chicos de preescolar, producciones breves pero poderosas, donde no hay diálogos, ni música "de moda", ni nada que implique un asomo tendencioso de adultos mandando mensajes a otros adultos, a través de los niñ@s. "Reika hace Sushi" fue visto después por otros niños, a quienes el productor grabó viendo el vídeo que les comparto, y su atención fue total. Me consta. Hubo también otros vídeos, el de una niña maquillándose con una "anarquía" que me asombró, o el de un niño al que le piden dibuje lo que su imaginación le dicte, o el de un par de hermanos (de dos y cinco años) que hace un viaje en lancha, o el de otro par, donde uno es un nadador destacado y el otro un niño en silla de ruedas por una atrofia muscular. O el documental de KUNUMI.


Estas producciones no buscan enseñar "objetivamente" a los niños, ni buscan decir qué esta bien y qué esta mal. Jan parte de una regla primordial: oír a los niñ@s. Por esa razón los programas del KRO Youth, segmento del canal público holandés KRO del que Jan-Willem es director de creación, son considerados de los más osados del mundo. Y también de los más premiados. Para él, las obras infanto-juveniles tienen que esencialmente poner su público en el protagonismo, actuando naturalmente, como los niños lo son. Ese es el mejor modo de crear una conexión y permitir que niños reflexionen sobre sus intereses, derechos y responsabilidades... También ´producen "dramas" como este:


En fin, me podría quedar y escribirles y escribirles sobre lo escuchado hoy en el auditorio del centro cultural de Chiapas Jaime Sabines. Ya ni les digo quiénes "brillaron" por su ausencia, de acuerdo al tema saquen sus conclusiones. En resumen: una idea debe de tener contexto, y además debe de importarte. Un país demuestra su calidad a través de los medios para niñ@s. Si la calidad es baja, imagínese usted. Se entiende que en los medios (tv, web, entre otros) holandeses hay un interés mayor en la cultura y menos en el mercado. Tratan más de temas que son importantes para los niños. Nosotros al contrario. Si don Nuño dice que los niños al centro en materia educativa, verbigracia escuelas, sirve de poco porque los medios (no basta regalar tabletas) aún no están en la misma sintonía. Hay muy poco (disculpen el adverbio).y el mismo sistema los anula o relega. La mayor parte son contenidos digeridos, y los niños deben de tener elementos que les formen una opinión propia, críticos pues. Debemos de comprender a los niños para hablar su lenguaje, convivir con ellos, escucharlos, observarlos.

Sí, se lo perdieron. Ni modos.




jueves, 18 de mayo de 2017

SANCRISTORIAS. FICCIONARIO ILUSTRADO DE SAN CRISTÓBAL DE LAS MAGIAS, CHIAPAS.

CERRILLO
Lugar donde el Diablo sí tiene cola que le pisen.

Italia Flores

76 SANCRISTORIAS. 43 ESCRITORAS-ES. SEIS IDIOMAS. UNA CIUDAD.

Ayer por la mañana me llamó la compañera Karina, para citarme el día de hoy en el Museo del Café, en pleno corazón de la capirucha coneja. Fue el mejor pretexto para ir con mi querido maestro Ray, mundo zen... ¿té?... ¡no!, y platicar al color de unos taquitos de camarón con huevo, menudencia, cochito y machaca, y un pozol bien frío, en un bochi pequeño y coquetón.



Luego del gustoso gusto mañanero, nos fuimos hasta el Museo (a unos metros del kiosco ubicado entre Palacio y Correos). Ahí nos esperaba una alegría: SANCRISTORIAS. FICCIONARIO ILUSTRADO DE SAN CRISTÓBAL DE LAS MAGIAS. ¡Újule! Sorpresa para mí, que olvidé haber colaborado en esta buena idea, invitado por Julieta Torres García. Y déjenme decirles que el resultado es bastante bueno.


Dice la contraportada:

Este libro es un experiemento escritural. Un laboratorio de exploración narrativa y visual. Una metodología lúdica de creación colectiva. Un artefacto literario inventado entre muchas-os para radiografiar con palabras e imágenes el cuerpo real o ficcionado de una ciudad: San Cristóbal de Las Casas, San Conflictóbal de las Causas, San Crisistóbal, San Cricrí, Sancrisbosnia, San Tristóbal , San Cristóbal de Las Fachas, de las Razas, de las Magias...

 

Es un libro que forma parte de Caracolillo, Colección Biblioteca Chiapas, del Acervo Bibliográfico del Consejo Estatal para Las Culturas y las Artes, con ISBN 978-607-8471-12-6. Edición a cargo de la Dirección de Publicaciones, auspiciada por la Secretaría de Cultura y revisada por mi paisana Liliana Velásquez. 


Nos fueron entregados algunos ejemplares y la promesa de presentarlo en las ciudades San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez, respectivamente. En lo particular considero una buena idea haber jugado en colectivo este experimento escritural, convocado por Julieta y Emilio. En mi próxima aventura de acompañamiento lector, leeré todos los escritos que pueda.


Ojalá pronto esté disponible para que puedan ustedes constatar de primera vista lo que les digo. La Red Estatal de Bibliotecas Públicas del Estado de Chiapas los distribuirá para que pueda ser consultado. Gracias de nuevo a Julieta, por invitarme. Y a Ray, por dispararme los tacos y el pozol. Ambos me hicieron la mañana luminosa.

martes, 16 de mayo de 2017

¡Cero y van cien!






El once de mayo publiqué la entrada número cien en este blog, pocas comparada con otros espacios "en línea", publicaciones impresas, o transmisiones de televisión y radio dedicadas al tema del fomento a la lectura. Aún así he decidido ponerme de "pasteles largos", dijera el Zopi, y hacer un recuento de cómo llegué a esta feliz centena.

Antes de cualquier otra cosa, me confieso lector. Ni erudito, ni intelectual, ni paparruchas similares: mera y llanamente lector. Sé que no me dará la vida para leer los millones de textos que existen, y por lo mismo no me apresuro ni me acongojo. Al contrario, ignorar ha sido mi mejor privilegio. Alguna vez le oí decir a mi abuelo: "¡Qué bonita es la ignorancia, siempre está uno aprendiendo algo!", y yo agregaría "asombrándose" de algo. Desde que recuerdo muchos son mis asombros, mis curiosidades, mis aprendizajes, mis encantos y desencantos; mis atrevimientos y mis verguenzas también.

Escribir vino por añadidura, quizá porque uno es un cántaro, que de tanto ir al agua termina por quebrarse. Así las palabras terminan rompiendo algo, transtornando nuestra esencia hasta desbordarse en un mar de palabras, de sonidos, de líneas y gustos que nos definen como personas, incluso en el final de nuestra vida, donde solo queda la Flor y el Canto.

La dualidad es permanente en el macro y el micro universo conocidos, y yo me vi enfrentado a esa circunstancia: decidir si quería vivir desde la destrucción o desde la construcción. Desde la destrucción se sabe y se hace a diario, escandalosamente. Opté por la construcción delimitando mi quehacer a las cosas que pudiera realizar de propia mano. A mi alcance pues.

 Desde la construcción comencé a escribir cuentos de veintiún líneas, historias cotidianas para ser leídas "de volada". Inicié publicando en la página de mi amigo y maestro Emilio, allá por el año de 2006, y dos años después me encontraba estrenando mi primer blog de narrativa. Quería escribir también sobre otras aficiones, así que en cinco años construí de manera gradual blogs sobre fotografía, astronomía, tecnología social, panadería, y el autofestejado de fomento lector, el 21 de enero del 2013. A la par del blog, habilité una sala de lectura en la oficina donde trabajo. ¿Resultado? El blog fue un éxito, y la sala de lectura un fracaso.

En estos cuatro años muchos son los lugares donde he dado de gorgoritos y tallereado, en pos de mejores lectores, y si se puede, mejores escribidores. He atendido a niños, adolescentes y adultos en parques, escuelas, edificios gubernamentales, asociaciones civiles, ferias del libro, entre otros lugares donde se han atrevido a invitarme. Son más las experiencias buenas que malas, porque busco andar por el camino de la construcción, y no al revés.

Algo muy importante: no lo he hecho solo. He contado con el apoyo de personas valiosas que me han animado a seguir con esto. Ellos son Emilio, Iñaki, Ramón, Estela, Ervin, Elizabeth, Luis Antonio, Ik, Federico, Danira, Mariano, Jorge "el gordo", Luis Daniel, Juventino, Raymundo, Karla, Carlitos, Haide, Tania, Dani, Luciano, Derly, Jesús, Fernando, Rosi, Lari, Pipis, Marifer, Aarón, Germán, Teresita, Gilberto, Quincho, Sofía, Raúl, Marbey, Claudia, Nico, Luis Fernando, Miroslava, Álvarito, Marisol, Pati, Darinel, Toño, Blanca, y muchos... muchos más.

He aprendido a construir mi quehacer de promoción de la lectura y la escritura de manera lenta, pero segura. "Poco a poco, que llevamos prisa", dicen que dijo Sócrates. Pero no es mi actividad de fomento el motivo de los "pasteles largos", que ese no tiene final, sino el de las cien entradas de mi blog Por mejores lectores. Me auguro cien entradas más desde la construcción para buscar lectores, porque escritores hay demasiados, y pocos quienes los leen. No podré ganar nuevos lectores si no tengo claro que construir es un ejercicio, no un mero discurso.

Cero y van cien.

viernes, 12 de mayo de 2017

¡LO LEO Y NO LO CREO! / CENTRO DE MAESTROS 0704, SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS




¡Los libros, leídos, jamás serán vencidos! Consigna escuchada a los compas de Libro Abierto, y que me cuajaringa mucho, tanto, que rebotaba en mi cabeza el día de ayer cuando llegué hasta el centro de maestros, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas. ¡Lo leo y no lo creo! me dije, montado por enésima vez en la nave de los locos, en la terminal de autobuses de Tuxtla Gutiérrez.



Llegando a la ciudad de Jovel, tuve el privilegio de convivir (y concomer y conbeber) con el maestro Matatena, departiendo entre lecturas, asombros y canciones, muchas de las cosas que nos han hecho lo que somos: vividores (que no actores) de lo que nos gusta. Fue no sólo mi anfitrión sino mi guía en esta aventura reciente a "Sancris", de la cual le agradezco haya sido parte de manera directa e indirecta, que no es lo mismo, pero es igual.



¿Y qué andaba haciendo hasta allá, al otro lado de la montaña? Pues dando de gorgoritos de las lecturas que nos han formado en lo que hoy somos. Gracias al profesor Luis Fernando Maza Niños, Coordinador del Centro de Maestros 0704, en SCLC, quien me invitó para compartir con una treintena de maestros estrategias de fomento a la lectura y la escritura.


Dimos inicio hablando de un libro que de a poco descubro es un perfecto desconocido en las bibliotecas escolares: Nadie te creería, de Luis María Pescetti. Ya he hablado del libro en cuestión en entradas anteriores, y les vuelvo a decir que en lo particular es un libro que me gusta mucho, porque es una provocación, un recordarnos que las cosas pueden suceder de muchas maneras, dando importancia al fondo, no a la forma. Aunque la forma sea el pretexto perfecto para tal fin.


Hablamos de que ese libro es una buena idea, no es original pero si actual: Es decir: una idea actualizada, una provocación para buscar nuevos lectores. A su vez es una provocación de mi parte para reencontrar nuevos promotores, o promotores actualizados en cada uno de los maestros. Hablamos del Kamishibai, les conté la historia de Don Quijote con un plus, el corrido que va cobrando fama en este sur a cargo del grupo Libro Abierto, a quienes (insisto) les deberían de entregar el Premio Nacional de las Artes.


Les compartí dos actividades meramente de construcción, de dos buenas ideas que mueven hoy día a la humanidad: la construcción de un avión y la construcción de un automóvil. Uno de ellos, en el receso, me hizo un comentario por demás curioso. Si al carro o coche se le llama "automóvil", porqué al avión no se le llamaba también por el mismo nombre, con el agregado de "terrestre", y así con el "automóvil aéreo" o con el "automóvil marítimo". ¡Pues fácil! Porque nuestra capacidad de nombrar las cosas es tan variada e ingeniosa, que a esos "autos" les hemos denominado Coche, Avión y Barco. ¡Somos unos flojos! remató. Reímos.


También escribimos y platicamos qué nos habían parecido los diferentes cuentos con sus diferentes peculiaridades de redacción, y después nosotros mismos ensayamos redactar palabras que no contaran con faltas de ortografía, a través de algo que he denominado "Mondongo". ¡Ah, qué divertido resulta! Dicha actividad debería de invitarnos a no relajar nuestra redacción, corrigiendo detalles de manera entretenida, y no como un grave "pecado" de alguien preparado en las filas del magisterio. NO debemos de temer equivocarnos, de las equivocaciones es de donde más se aprende.


Quiero destacar que a más de uno sí le interesa conocer nuevas maneras, nuevas herramientas para compartir las materias con sus alumnos, que en la mayoría de los casos desconoce bastante del español, lo que resulta un escollo a la hora de cumplir con el programa de la SE. ¿Pero será que sólo leyendo y escribiendo se puede transmitir conocimientos de una persona a otra? Los ojos sirven no solo para leer, sino para ver el mundo, y los otros sentidos también. Uno aprende oliendo, degustando, oyendo, tocando, además de mirando....ando...ando...ando...


Trabajamos juntos seis horas que "se fueron volando", a propósito de las metáforas. El principal objetivo fue trastocar las formas convencionales de compartir lecturas e historias con los alumnos, y recuperar la oralidad que cada vez se emplea menos. También la construcción de nuevas estructuras a modo de juego, de irreverencia en formas ya dadas, como por ejemplo los refranes, o la letra de canciones, por decir lo menos. En lo particular considero funciona, y después de estos años de fomento, lo compruebo.


¿Primero los niños? Sí, pero de verdad, como ejercicio, no como eslogan de televisión. De niños aprendemos antes de saber que aprendemos, y el juego es una parte fundamental en ese proceso de aprendizaje. Lo pusimos en práctica ayer intentando recuperar un poco del niño que fuimos, al finalizar con una pequeña carrera en dos etapas, de la dinámica denominada: Bugatti. Tuvimos la fortuna de contar con un niño de testigo, quien luego de la primera de las dos rondas eliminatorias, le había cambiado el rostro. Le pregunté si le gustaba, y me dijo que sí, y entonces le mencioné a los compañeros que el mejor juez estaba delante de nosotros. Más tarde dos niñas se acercaron para preguntarme quién había construido los carritos, y confesaron que les había gustado, y que les gustaría construirlos... y bueno, esta vez importó más el juego que el juguete. Ya es ganancia.


Al final el balance resulta positivo, y hemos hecho el compromiso de vernos para una segunda vuelta de ¡Lo leo y no lo creo!, porque la mitad de lo que veríamos se quedó en el tintero. ¿Cómo estuvo el taller? Quisiera que ellos mismos dieran su balance de lo acontecido con mayor profundidad, acá, en este blog, ojalá y lo logre. Lo que les puedo garantizar es que no se aburrieron, y si fue así, es responsabilidad totalmente mía. Yo estuve encantado de la vida porque esto es lo que me gusta, y coincidimos en que trataremos de dejar este mundo mejor de como lo encontramos...al menos lo intentaremos... Por mejores niños.

jueves, 4 de mayo de 2017

El Haragán y Toño Quijote en Ciudad Maya




Después de un año de haber visitado el jardín de niños Josefa Ortíz de Domínguez, en Ciudad Maya, volví como a veces vuelven los adioses, dijera el poeta Durán. Debo reconocer que Ramón Martínez Mancilla, jefe de la oficina de fomento a la lectura y la escritura me sigue sorprendiendo de grata manera. También Estela, Elizabeth y Ervin, quienes a veces hasta los extraño, y no miento. Las fotos que ilustran esta entrada son cortesía de mi amigo Ramón y de mi amigo Toño.


Pero lo mejor vino cuando me dijeron que estaría de invitado Toño Quijote, tremendo promotor de lectura, quien me consta vive -que no actúa- cada momento que comparte con chicos y grandes a la hora de contar cuentos y cantar canciones propias, que son de una manufactura destacada. Estaba de lujo la alineación: Talleres a cargo de Estela, Elizabeth y yo mero maromero, y la parte artística a cargo de Toño.



Me dije: "Hugo, debes de compartirles a los chiquillos 'nubes' que decanten en historias bien locochonas". Además, pensaba contar la historia de Odiseo y su aventura vivida con el Cíclope Polifemo, y para terminar... (suena el mensajero del guasap) Era mi estimado amigo Ramón, quien me escribía para cambiar la pichada. ¿Cuál era? Cancelar mi taller y pedirme de favor lanzara la "haragaseñal" para que el enmascarado viajara con la comitiva, hiciera un poco de magia y compartiera su experiencia como lector.



Pero... este... las nubes... ya tengo el taller bien "craneado"...este... sí, claro, pero... el taller estará chido... sí, entiendo... el Haragán... sí, claro, estoy de acuerdo... sí, yo le digo... este, sí, claro, cuenta con eso... no, para nada, me parece perfecto... sí, no creo que tenga problema... sí, claro... este...sí...dalo por hecho...



A mi amigo Ramón no le discuto nada, lo juro. Confío en su "sexto sentido". Más de una vez me ha sorprendido (y él mismo se ha visto sorprendido) con cambios de último minuto que resultan infinitamente mejores que lo estimado en el plan original. ¿Y qué creen? Hoy no fue la excepción. pero demos forma a este recuento de felices hallazgos.



Le escribí al Haragán Ramírez, quien dijo me volvía a dejar su máscara, para que lo suplantara... que la última vez ni se había notado que no era él. Yo le dije que no, porque él es más delgado, y sabe de lucha, lecturas y magia, y yo no sé magia, tengo menos lecturas y no lucho ni en defensa propia. Él me dijo que me animara y yo fui tajante: NO. Creo el Haragán notó que está vez no me dejaría convencer, y terminó aceptando viajar hasta Ciudad Maya, con la condición de que YO escribiera la reseña de su participación en mi blog. Acepté, a sabiendas de que iría como mero espectador y reseñador.


Llegamos puntuales a la cita, donde ya nos esperaban los chiquillos con sus padres. de inmediato vi al equipo de la oficina de fomento organizarse, y en minutos ya estaba instalado el equipo de audio y los espectadores "espectantes", jejeje. Me acomodé en una esquina, buscando el mejor ángulo para ver al Haragán en acción, teniendo el gran honor de ser el telonero de Toño Quijote, un privilegio de pocos.


Luego de presentarse y contar de manera breve cómo había ido de la lucha a la lectura, decidió hablar de lo mágico que podía ser un libro. De hecho, dijo que los libros tenían magia, cosa que algunos niños apoyaron, y otros abuchearon igual a los abucheos que el Haragán escuchaba en la Arena Coliseo, cuando descuajaringaba a sus enemigos rapando cabezas y quitando máscaras a diestra y siniestra.


Sacó su bolsa mágica adornado por un conejo, que dicen los que saben, son los mejores amuletos cuando de hacer magia se trata. Enseñó el bolso y le pidió a Estela le ayudara a abrir la parte inferior para  mostrar que no había nada. De hecho pasó su mano a través de él, y fue saludando de mano a varios de los asistentes. Acto seguido pidió a su bella asitente cerrara la parte inferior, y luego de que todos pronunciaran "abracadabra", le pidió a uno de los niños pasar y buscara en el bolso sí había aparecido algo.


Para sorpresa mía y de todos, el niño sacó un pequeño monedero. El Haragán agradeció al niño, después hizo pasar a otro niño, pero atrás del primer voluntario se pegaron dos más. El Haragán ni se inmutó. Abrió el monedero y sacó una varita mágica, que ante la mirada de sorpresa de los niños, multiplicó por tres. "¡Magia!", gritó el enmascarado. Los niños tomaron cada uno el suyo, y acto seguido el luchador venido a mago, sacó un libro mágico. 


Le pidió a los asistentes dijeran al unísono "Abracadabra, Patas de Cabra!". Luego de algunos ensayos, la palabra mágica sonó parejita y el libro se abrió pero no tenía más que hojas en blanco. Con renovados bríos, los asistentes dijeron la palabra mágica, y de la nada aparecieron figuras de diferentes personajes. ¡Voalá! Estaba sucediendo. "¡Falta color!", gritó uno de los niños, entonces el haragán les pidió dijeran de nuevo la palabra mágica, y así, de la nada, las figuras aparecieron coloreadas para sorpresa de todos.


Anteriormente el Haragán me ha dicho que la verdadera magia se realiza y existe, aunque sea solo unos breves segundos, en la mirada de los niños, cuando sucede el acto mágico. "Hay una chispa, Montaño, una brevísima luz en cada mirada de asombro... es ahí cuando la magia se realiza plena, imparable. después viene la natural incredulidad y la petición de volver a ver la ilusión, porque quieren vivir de nuevo esa descarga de energía cuando se realiza la magia en ellos...lo juro, Montaño, no estoy desvariando".



Después de eso, y de demostrar que los libros tienen magia en cada uno de ellos, sacó un frasco donde estaba un dado, que enseñó a todos. Después, y guardando algunos segundos de suspenso que parecieron eternos, sacudió el frasco y el dado se multiplicó en otros dados más pequeños. Después, y para finalizar, sacó una pequeña tapa de color azul, y de un santiamén, desapareció cinco pesos que una mamá voluntariamente entregó al Haragán. Este, luego de desaparecer la moneda, comenzó a despedirse, pero estoy seguro le remordió la conciencia quedarse con esa moneda, y con otro pase mágico, la apareció de nuevo.


Por último, y me imagino para no quedarse con las ganas, dio lectura a un cuento de Luis María Pescetti, titulado "Un cuento de amor y amistad" (Nadie te Creería. Alfaguara. Libros del Rincón), una historia llena de caca, literalmente. Después el Haragán Ramírez presentó al cuenta canta cuentos Toño Quijote, que tiene un proyecto que con gran esmero ha construido al paso del tiempo, "Letras con Alas". Dicho proyecto ha recorrido la legua, me consta. Toño canto, contó y levantó a los adultos para divertirse juntos por casi una hora, que la verdad ni sentí, de lo divertido que estuvo.



Después de los merecidos aplausos, los pequeñines entraron a sus salones para divertirse con los talleres que Estela, Elizabeth, y una compañera del grupo Nambehé, compartieron con los alumnitos. Fui hasta donde el Haragán, quien conversaba con Toño y Ramón. Felicité a los tres y cuando creí había finalizado la actividad en el patio cívico, Ramón le dijo al Haragán: "Sería bueno platicar con los padres de familia sobre las bondades de la lectura y la escritura". El luchador dijo que para luego era tarde, y de volada comenzaron la charla improvisada.


Y es acá donde Ramón se agiganta. La charla dio comienzo con el Haragán y su experiencia como lector. Les hizo un par de preguntas que antes había leído de Antonio Malpica, donde reflexionaron sobre las bondades de predicar con el ejemplo. "Los niños de hoy necesitan padres de hoy", fue la sentencia, demoledora. Ahí pienso yo se comenzó a conjurar la magia. De a poco fuimos encontrando coincidencias, porque diferencias siempre habrán, y son necesarias para el equilibrio natural de las ideas.




Las madres nos confesaron que no eran grandes lectoras pero que no se negaban a leer. De hecho lo hacían si sus hijos se los pedían. Otras dijeron que gracias a la lectura de revistas sus hijos habían comenzado a leer "antes de tiempo". ¿Y cuando es el tiempo para leer? El Haragán aclaró que se lee todo, no solo con los ojos, sino con los demás sentidos. tacto, olfato, oído y gusto. Una de las mamás compartió que no leía pero que escribía. ¿Y qué escribía? Nada más y nada menos que un diario.



Ese diario era especial, porque era sobre su primer embarazo. Nos compartió que desde la noticia la emoción no había dejado de acompañarla. El diario fue registrando cada una de las etapas, de las sensaciones, de los gustos y sorpresas en el desarrollo de la gestación de un ser vivo dentro de ella, nada más y nada menos que su hijo, el amor más grande que dicen existe sobre el planeta Tierra. El clímax llegó cuando relató que escuchó el corazón de su bebé, pequeño de tamaño, pero tan potente con el estallido de un púlsar en el universo. Un sonido que llevaba en cada célula de su cuerpo.


Otras más dieron testimonio de su nula disciplina de la lectura, pero que si había que leer, preferían la poesía, otras la historia, otras los versos, otras las figuras, las ilustraciones o  fotografías, otras más las revistas, y así, deseos que fueron cumplidos por la oficina de fomento, que llevaron un arsenal de publicaciones para obsequiar a los papás y a sus hijos. No tengo idea de cuántas publicaciones se obsequiaron esta mañana, pero rebasa las cien, de eso estoy cierto.


La charla espontanea con los padres dejó mucho de reflexión entre ellos, entre los compañeros de la oficina de fomento, y entre Toño Quijote y el haragán Ramírez (y a mí, claro está). También provocó compromisos igual de espontaneos, que iban desde leerle a sus hijos, hasta reforestar espacios que deberían de ser verdes, pero que hoy lucen peor que los paisajes descritos por Juan Rulfo, en Pedro Páramo. Ojalá y la oficina de fomento incluya las charlas con los padres en sus actividades permanentes. Yo lo alentaré, y estoy seguro el Haragán Ramírez lo hará también a la menor provocación.


¿Ven ahora por qué les digo que Ramón Martínez Mancilla es un gran "tiempista"? De no haber cancelado mi taller e invitado al Haragán Ramírez como telonero del grandioso Toño Quijote y sus Letras con Alas, no se hubieran dado las cosas como se dieron esta mañana. Fui el espectador más privilegiado de esta aventura de fomento a la lectura y la escritura.


No me queda más que agradecer al Haragán la oportunidad de aprender más de él (le he prometido leer más y practicar magia...y bajar de peso), a Estela, Elizabeth y Ervin por la amistad y la paciencia, porque debieron hacerse de goma para caber en la parte trasera del auto de Ramón. A Toño Quijote por su decencia y su amistad clara, y por los proyectos que podrían surgir de talleres (no sé si el Haragán haya hecho algún compromiso con él) y música chida para todo público.


Por mejores lectores...