martes, 13 de febrero de 2018

Coloquio Literario edición 2018 / Universidad de Ciencia y Tecnología Descartes / Tuxtla Gutiérrez, Chiapas





El lunes 12 de febrero asistí a la Universidad Descartes, al coloquio literario que organiza mi querida Rox. Me asombra que no tiene empacho en invitarme por tercera vez consecutiva, y que he de confesar me causa cierto rubor. Dos veces en una sala de cine y esta tercera en un espacio al aire libre. Quizá porque se me da la "coloquialidad", nomás, porque de méritos literarios hay otros que me llevan calles y más calles en distancia.


 No estuve solo, me acompañó mi querido padrino y amigo, el poeta y periodista César Trujillo (un lujo que solo Yo puedo darme), y nuestros jóvenes y entusiastas anfitriones, quienes en una visita anterior me escribieron y dibujaron mensajes lindos (iba a publicarlo, pero mejor lo transcribo, y me ahorro la chacota que pudiera hacerse de mi caricatura, que me gustó mucho):

 Nicole ("Muchas gracias por aceptar nuestra invitación"), Miranda ("Muchísimas gracias por su tiempo y sus palabras"), Carla (Gracias por ser tan cálido, lo vemos en el coloquio") y Marco ("Fue ((muy)) increíble haber platicado con usted").


Antes de algo, una pareja cantó una canción que se me hizo conocida, aunque no alcancé a adivinar cuál era. La chica cantando y el chico ejecutando la guitarra de maneta notable. Tuve el recuerdo de cuando me iniciaba en eso de dar guitarrazos, allá en el pueblo de mi abuela, con una guitarra que me regalara mi tío Chepe. Algo aprendí, lo suficiente para las serenatas.

 
  Mi padrino abrió plaza contando qué es lo que le ha dado la literatura, además de premios (Timón de Plata, otorgado por el Instituto de Artes de Querétaro y la Secretaría de Marina y el Premio Nacional de Poesía Dr. Rodulfo Figueroa 2017), sino también la sabiduría para aceptar la vida tal cual se le presenta, y que lo ha formado hasta hoy, madurando su vida personal y literaria.


También habló de los temas que le mueven y de las posibilidades que puedes tener cuando eres lector, que luego decantará en escritor por reacción natural, si no es de poesía o narratriva, será de historias personalisimas que le permitirán a quien alcance ese estadio, reflexionar sobre la realidad que le circunda.


Contó de los libros que habitan en él, y en su casa, y que por contagio se han inoculado en su familia. "No hay mejor promoción de la lectura que el ejemplo". Y coincido plenamente con eso. No sólo leer veinte minutos al día junto a su familia, sino también volverse lector de manera personal, porque el ejemplo arrasa.


Después tocó mi turno y aproveché para hablar de la buena idea que es tener círculos de lectura donde se comenten textos literarios, se analicen contenidos, y después se compulsen con lo que se vive a diario. Lograr que la lectura abra discusiones donde se pueda hacer el ejercicio libre de las ideas, y se formen criterios razonados que les abonará en su formación.


Les comenté que no solo se puede hablar de libros, también de la música que se escucha, de los alimentos propios y ajenos, de lo que se puede tocar, de lo que se puede oler, de lo que se puede ver además de las letras, como el cine o la fotografía...o un paisaje. Todo eso se lee.


Ellos estan en formación y falta bastante para que definan por completo sus personalidades, donde es fundamental el intercambio de experiencias, por ejemplo, literarias. Hay que leer todo lo que se cruce en el camino, de la cantidad saldrá la calidad, y no al revés. No podemos censurarnos antes de hacernos lectores. El hábito de la lectura nos hará selectivos poco a poco.


Les dije que estamos hechos de historias, como las contadas precisamente esa mañana, cuando se hallaron después de un fin de semana. Se saludaron, se turnaron para contar lo vivido el sábado o el domingo (o ambos días) primero uno, luego el otro, intercambiando humores y asombros. ¿Cómo lo sé? Soy adivino. ¡Estamos hechos de historias! (esta es una más)


 Les comenté del gran cazador de lectores que fue Julio Cortázar, a quien no le interesaba tanto quienes leían, sino quienes no eran lectores. A esos los atrapaba (y los sigue atrapando) con textos provocadores, ingeniosos, fascinantes. Yo soy uno de ellos, me imagino que usted también.


En suma, fue una mañana linda por lo fresca en clima y en asistencia. Me encanta el entusiasmo de mi querida Rox y por supuesto que siempre estaré cuando me invite, faltaba más, faltaba menos. Acá el resto de las fotos, cortesía de Rox, con los principales actores del coloquio 2018.

 Rox

 Carla 

 Miranda

Marco

Nicole


No hay comentarios:

Publicar un comentario