lunes, 16 de octubre de 2017

¡Invitemos a leer! / 12 y 13 de octubre / Comitán de Domínguez, Chiapas.



Si esto fuera una lista de seleccionados pal fucho, pinta re bien. Ray Zopilote, Carlos Díaz, Jesús Meza, Licha Matita, Emilio Gómez, y yo de director técnico. Jejeje. Esos fuimos los torturadores de los compañeros que ven en la foto. Amigos todos.

Ray Zopilote y YoMeroMaromero tuvimos el privilegio de acompañar a promotores, mediadores y demás personas vinculadas con los libros y el fomento a la lectura, con la charla ¿Qué son los promotores de lectura? Lo anterior como parte de los cursos y talleres del proyecto ¡Invitemos a Leer!


La mañana del día jueves 12 de octubre llegamos a la Biblioteca Pública Regional "Rosario Castellanos" , en la hermosa ciudad de Comitán. Don Zopilote y Yo estábamos bastante animados por compartir y acompañar estas actividades de fomento a la lectura y formación de promotores de lectura.


¿Y qué son los promotores de lectura? Pues unos loquitos. Los lectores de hoy no son los de ayer, ni las lecturas, sin embargo la necesidad es la misma. Estamos hechos de historias. Somos personajes y espectadores, narradores y oidores. Somos lo que leemos, así como los personajes que aparecen en las fotografías, y que son parte ahora de esta historia.


Para nosotros (el Ray y el Hugo) el asunto de la lectura y de la escritura está en cada instante, en cada contacto hecho a través de los cinco sentidos... y hasta el sexto, si me apuran. Pareciera que leer no es posible si no se tiene un libro. Claro, si está a la mano, genial, pero si no es así, ¿ya no se lee?


Por ejemplo, a nuestra llegada a Comitán, unas personas bien amables nos vendieron un dulce casero elaborado con panela, un "batido". La "lectura" de ese sabor en los paladares fue particularísima, derivando en historias que fueron desde Comitán hasta Bochil, recordando infancias, cocinas, seres queridos y sobre todo pertenencia. ¿Eso fue "leer"? Sí.


Lo mismo sucede cuando se escucha una melodía... me dolía... (perdón por el palabrarismo), que nos remite a la alegría o la nostalgía, a lo que "nos va a doler", dijera Carlos Monsivais en "Amor perdido", donde dice que alguna vez escuchamos una canción, en compañía de alguien querido, y se graba ese recuerdo porque es bonito (o no) y tiempo despues, al escuchar esa misma canción, el recuerdo se vuelva doloroso (o no).


Igual sucede con los aromas, que pueden llevarnos de golpe a un recuerdo agazapado en el rincón más oscuro de la memoria, y que vuelve de sopetón hasta nosotros, y entonces suspiramos, sonreimos, lloramos, nos conmovemos, nos enojamos, nos ponemos serios (o no).

Yo en un saludo que los envidiosos dirán es facista

Igual cuando tocamos ciertas texturas, ciertas superficies, y esa sensación provocada por el tacto nos lleva a otra circunstancia, nos alerta, nos desarma o nos deja cavilando, reflexionando cómo se ha pasado la vida así tan de rápido. Vienen momentos específicos, imágenes, emociones. ¡Lecturas!


 De la vista ni se diga. Es -creo- la catalizadora de mucho de lo que acá comparto. Por ejemplo, a mi me encanta ver el cielo de Comitán por la mañana. Es de un azul distinto, diáfano. ¿Y qué es lo primero que viene a mi memoria? La línea de un poema de Sabines. "Cómo se dice un amanecer en Comitán". ¡Y leo!


Estamos hechos de lecturas, de palabras. De historias como la que vivimos el Zopilote y yo en Comitán, donde compartimos estrategias y experiencias de nuestro andar contando cuentos y escribiendo, a lo largo y ancho de nuestras ganas. Y somos claros en algo: lo hacemos para divertirnos y compartimos con otros lo que a nosotros nos divierte.


Si alguien pretende hallar la fórmula para la promoción de la lectura, le deseo suerte. En lo particular, si nostros tuviéramos esa fórmula, o seríamos millonarios o seríamos mártires. ¿Qué es más factible? No lo diga. 


Aún no hemos compartido todo lo que nos divierte, lo que sí sabemos es que nos importa, y mucho. Leer es muchas cosas, muchas emociones, muchos sueños. Si algún día llega a fructificar (a pa'palabrita) el deseo de ciudades lectoras en nuestro Chiapas, estaremos más que contentos.

El mejor momento de todos, cuando los niños nos cuentan historias.

Dijo alguien que las letras no entran cuando se tiene hambre. Vivimos una circunstancia lastimosa en Chiapas. Hay tantas cosas que resolver, que a veces esto de la lectura pareciera una necedad, pero eso mismo es, un no dejarse, no abandonarse ante esta "realidad" que nos venden, llena de miedo, de incertidumbre. Somos lo que leemos, y recuperar lo que ahora parece fueron tiempos mejores, es tan posible como estas palabras.

2 comentarios:

  1. Muy bonita experiencia de verlos leer y compartir historias

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    1. Sí, pero lo mejor fue verlos divertidos, porque al final de cuentas eso debe ser la lectura y la escritura.

      Te beso.

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