lunes, 16 de octubre de 2017

Centro de Maestros de Las Margaritas, Chiapas / Viernes 13 de octubre




Soy amigo de los saltos al vacío, y uno de esos brincos me lo aventé el día viernes 13 de octubre, en el Centro de Maestros de Las Margaritas, con colegas docentes de telesecundaria, primaria y preescolar. Casi sesenta compañeros, quienes llegaban - en su mayoría- con más dudas que certezas.


En un "salto" anterior estuve presente en ese mismo sitio, pero un año atrás. Fue una experiencia rara y además, estaba llegando a un final de año bastante movido (no sabía que el próximo sería tembloroso). Ya no recuerdo si eran solo maestros de telesecundaria. Ya no recuerdo si nos divertimos... ya no recuerdo si lo reseñé en este blog.


Lo que sí recuerdo es a un compañero profesor que bostezaba a mansalva, de derecha a izquierda, de arriba a abajo, con tal impunidad que hasta me dio envidia. En más de una ocasión lo invité a retirarse para que durmiera y recuperara ese sueño tan insistente. Me dijo que estaba bien. Ya sabría después el motivo.


En esta ocasión (como en la anterior) fueron los profesores Andrés Alonso Avendaño Gallegos, coordinador general del centro de maestros; Guillermo Raymundo Ordóñez, coordinador académico; ATP Susana Álvarez; los administrativos María del Carmen Guillén, María de Lourdes Salazar y Pedro Solís, quienes me convencieron de saltar de nuevo por ese rumbo.


Resulta que por un descuido mío, y una omisión del coordinador, en la edición del 2016 no se hizo la aclaración de que yo no pertenezco a la Secretaría de Educación (ni a ningún grupo vinculado con esta, ni con Aurelio Nuño), y fue por eso que me trataron a punta de bostezos..


Y aunque se dice que nunca segundas partes resultan buenas, en esta edición del pasado viernes me fue mejor. Sí hubo bostezos, pero fueron reales. También hubo diversión, de hecho desde hace un tiempo a la fecha (y lo que falte del año y lo porvenir) nos dedicamos solo a divertirnos. La educación está en la diversión, que no en el desmadre.


Platicamos con los maestros, y reflexionamos sobre los estudiantes de hoy, sobre las escuelas de hoy, y lo más importante, sobre quitar de sus hombros ese "deber ser" que cargan los docentes por eso: profesores de carrera (la mayoría), a quienes damos por hecho son lectores sino voraces, al menos promedio, de 12 libros al año, "ahi pobremente".


Pero la realidad es otra. Ya lo comentaba Elmer Mendoza en una charla, de la deuda que pesa sobre los mexicanos si de dinero se trata. Cada mexicano nace con una deuda que no solo no solventará, si no que ni disfrutó, porque es un dinero que otros se llevaron, o desaparecieron o acumularon quién sabe dónde.


Con la educación sucede casi lo mismo, solo que acá no es deuda, sino culpa. Los futuros maestros, los que se están formando en las escuelas normalistas egresarán con una cuota de culpa proporcional al grado de deserción escolar, bajo rendimiento, analfabetismo y demás fracasos educativos, entre los que se cuenta la falta de una cultura lectora (y de escritura).


Los maestros de hoy arrastran muchas situaciones de ayer. Existen pocos maestros de "hoy", y por ende pocas escuelas de hoy. Pero ellos no son los enteros culpables, habemos varios. Podría hablar del gobierno estatal o federal, podría hablar de los padres de familia, etcétera. Culpables....¡muchos! ¿Las soluciones? Ahí está el detalle.


Una conocida me invita a leer en el salón de su hijo, que está en primer grado de primaria. Dice que le toca leer un cuento el día miércoles, que es el día cuando le dedican un espacio a los libros. Me invita, argumentando: "tú sabes más de eso". Yo digo que encantado, pero también tengo otras cosas qué hacer con relación a eso mismo, pero en otra escala y circunstancia. Le digo que ella lo haga.


Ella insiste, yo me niego. Después pide mi consejo, y yo, aun sabiendo de que no hay mejor consejo que el que se da a uno mismo, me atrevo a decir: "Diviértete". Ella, con mirada de asombro me contesta: ¿"Solo?". Sí, le digo, solo. Lleva un cuento divertido, y léelo igual y verás que los demás se divertirán.


Dice estar de acuerdo con eso, pero ahora quiere que yo le recomiende un cuento divertido. Entonces volvemos a lo mismo. Busca, explora, enrédate en los cuentos, hasta que halles el que te gusta. Me dice que no tiene tiempo, y termino recomendando uno que a mi me gusta (no sé si a ella le gustará).
 

Y bueno, acá aparece otra cuestión que es la buena idea de promover la lectura en la escuela. Una buena idea que a veces se queda solo en eso, sin llegar a importarle realmente a quienes en un principio la gestaron o plantearon. Y es obvio que si esa idea deja de importarle a quien la propuso, menos le importará a quien se le pide la ejecute.


 Con los compañeros compartimos experiencias pero tambien reflexiones y estrategias. Se trató de hacerlos vivir la actividad y luego explicarla, con la intención de que se apropien de dichas estrategias, las mejoren y a su vez la vuelvan a compartir, ponderando en todo momento el lado divertido de estas.


Hablamos de Aprender a Pensar (vendida como una novedad que resulta tema viejo), del arte de contar historias, de sus maneras de escritura y del modo divertido de corregir ortografía sin ser un verdugo. Y hasta hicimos una carrera de autos donde importó más el juego que el juguete.


Quedaron pendientes varias cosas, como las herramientas digitales, los emocionarios, soñarios y animalarios, los kamishibai, el teatro de sombras, entre otras muchas posibilidades de nutrir el plan de actividades a la hora de contar, incluyendo también a la ciencia de igual manera divertida.

Necesitamos maestros cultos, eso que ni qué, porque un maestro culto tiene la posibilidad de generar mejores ciudadanos, mejores servidores públicos, por decir ejemplos. Mejores maestros generando mejores maestros. El proyecto Leer para la vida busca desde la educación normalista, abonar a esta circunstancia.


En fin, son tantas cosas las que hay que compartir, que ni este blog alcanza, y tampoco es ese el afán, sino el de meramente compartir, y que otros a su vez compartan, así multiplicados hasta donde llegue. Ojalá y pueda ver pronto a los compañeros que ese viernes se divirtieron un rato... Por mejores lectores.



6 comentarios:

  1. Testigos de una platica para fomentar la lectura, ahí quietecitos, los libros abrazan una esperanza: la de ser leidos.

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  2. Hola

    Hugo fue una mañana mas que agradable, me divertí aprendiendo y ampliando mi visión lectora.

    Espero pronto regreses a estos rumbos compartiendo tus divertidas estrategias de lectura.

    María del Carmen

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    1. Gracias María del Carmen, volveremos en noviembre, espero hallarte... Por mejores lectores! (y nos divertiremos, claro está)

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  3. Excelente la aportación brindada, aprender divirtiéndose. Gracias Mtro. Hugo Montaño

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    1. Gracias a vos, compañero, por animarte a divertirte... ya lo de aprender viene por añadidura.

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