jueves, 21 de noviembre de 2019

¡El mar y sus pescaditos! / Fomento a la Lectura, el Libro y Formación de Promotores de Lectura 2019 / Casa de la cultura de La Trinitaria



El pasado 15 de noviembre nos dimos cita mi cunca Julissa Palma y YoMeroMaromero, en el taller de Fomento a la Lectura, el Libro y Formación de Promotores de Lectura, invitados por nuestro querido amigo y compañero de batalla, Ramón (Preocupón) Martínez Mancilla.


En las jornadas del Encuentro Estatal de Mediadores de Lectura realizado a principios de noviembre en Tuxtla Gutiérrez, se comentó que en otros estados, donde hubo jornadas similares, se leía un poema de manera espontánea cuando las horas exigían su cuota de agoramiento. Dicho pretexto nos anima para compartirles algo de Rosario Castellanos: 

Nostalgia

Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola, para romperse, lleva
-sal, espuma y estruendo-,
y toqué con mis manos una criatura viva;
el silencio.

Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.


Cada vez que mi cunca y yo nos reunimos para hacer fomento lector, saltamos al vacío. Esta vez no fue la excepción, con la grata sorpresa de hallarnos con asistentes interesados, dispuestos a divertirse y a mirarse en el otro (bendita otredad), siendo la casa de la cultura "Antelmo Figueroa Pulido", en el municipio de La Trinitaria (Zapaluta), espacio imaginante para la lectura.


"La imagen y la palabra se han acompañado a lo largo de la historia, al permanecer juntas le han dado sentido al mundo, el cual ha podido ser visto, oído, sentido, gustado, comprendido, interpretado y, sobre todo, preguntado. Cada palabra es un mundo que posibilita un infinito, las palabras tienen la enorme fortuna de ser interpretadas según los recursos de quien las lee". (Estela Vázquez)


Esa mañana mi Cunca y YoMeroMaromero platicamos de los cuentos a través de mi voz, les hablamos de las lecturas que nos habitan, y les motivamos a ejercer su capital cultural con dinámicas que apelan precisamente a eso, a lo aprendido (y aprehendido) de la lectura que hemos hecho nosotros mismos del mundo... Mundos dentro de otros mundos... ¡Cada cabeza es un mundo!


Cuando vemos por primera vez una "hormiga" y escuchamos su nombre, pero desconocemos la manera correcta de escribir lo visto u oído, de seguro lo estructuramos así: ORMIGA. Si no completamos el circuito imagen . palabra, crecemos con esa "falta" ortográfica, y se acentuará más si le sumamos nuestra falta de hábito lector.


Tal fue el caso en un ejercicio realizado por mi cunca, que consiste en un círculo donde se inicia con una palabra, por ejemplo: VASO, palabra terminada en vocal O. El siguiente debe decir otra palabra, la que sea, que inicie con dicha vocal: OLLA, y el siguiente otra palabra, por ejemplo: AMOR, y el siguiente otra, por ejemplo: RÁBANO, así de manera contínua.


La idea es hacer una secuencia sin detenerse, encadenando palabras hasta completar el periplo. Quizá por nervios, bloqueo, prisa o desconocimiento, no se ha logrado tener una secuencia "limpia", sin detenernos. En esta ocasión fue la palabra HORMIGA (también lo fue hoja, y otras que ahora no recuerdo) la gran villana (con un villano involuntario). 


Dio inicio la secuencia y, cada vez que tocaba el turno a un compañero en particular, la letra de referente era la "o". Él, de inmediato decía: ¡hormiga! Todos gritaban y decían que no, porque esa palabra comienza con "h" y no con "o". Volvían a intentarlo y, por alguna razón, tocaba el turno al mismo compañero, con la misma vocal. Después de dudar un poco, repetía: "hormiga".


Así más de tres veces, hasta volverse un gazapo divertido para unos y aleccionador para otros, quienes ignoraban que HORMIGA lleva "ache" antes de la vocal "o". Todos divertidos menos el compañero,  villano involuntario, que repetía una y otra vez la palabra sin entender la situación, luego formaba la letra O con sus dedos y gesticulaba la vocal con los labios, extrañado.  


Mi cunca y YoMeroMaromero dimos por hecho (las prisas, las benditas prisas) que al comentar entre todos porqué no era correcto usar H/ORMIGA en el ejercicio de "palabras encadenadas" (a burro, hasta suena a nombre de telenovela), continuamos con el taller planeado para la lectura en voz alta. 


Se hicieron ejercicios de respiración, de modulación de la voz, se leyeron trabalenguas y se practicaron elongaciones en determinadas partes de un cuento escrito o gráfico. ¿Cómo hablan los personajes que habitan los libros? Hubo de todo, para nuestra sorpresa, destacando una gran habilidad entre los compañeros, dispuestos y convencidos de que leer es el camino.


También hubo nubes y se construyeron historias a partir de la nada, bueno, ni tanto, a partir de hojas de papel, que luego se volvieron nubes, que luego se convirtieron en personajes, que luego se transformaron en historias donde aparecieron vegetales, rostros, extraterrestres, entre otras cosas de verdad bastante creativas, hasta cerrar el taller con las palabras encadenadas... de nuevo.


Más de uno decía: "sí se puede hacer la secuencia"... "concéntrense"... "atentos pue"... "hormiga lleva ache"... "prohibido decir hormiga"... entre otras frases motivacionales. Debíamos cerrar esa mañana espléndida de taller con el encadenamiento casi perfecto de palabras, hasta completar el periplo. Y que nos aventamos a una sola ronda, temerarios.


Una a una fueron llegando las palabras, hasta tocar el turno al "villano involuntario", y con qué letra se imaginan... ¡Con la letra O! Todos quedamos mirándolo, gesticulando cualquier cantidad de palabras que inician con esa vocal. Él miraba de un lado a otro desconcertado, dudoso, casi acorralado, pronunciando al final la palabra HORMIGA, empeñado en su papel de villano involuntario. 


Dijera Jack El Destripador: vamos por partes. La palabra oral expone conceptos que, al pensar, producimos cada uno de nosotros. Por ejemplo, vemos a las h/ormigas y hablamos de ellas, es algo que ocurre como parte de la vida diaria. La escritura, en cambio, es la materialización de eso que tenemos "dentro", visto y oído. La escribimos para revisarla, cuidarla, mejorarla y reaprenderla, por ejemplo, en una fábula. 


A escribir se aprende leyendo, sin duda. Al menos a escribir como la gramática manda. Pero antes de eso también existen otras maneras. Puede ser jugando con palabras encadenadas, con mondongos, con metáforas, alegorías, palíndromos, jitanjáforas. Mi cunca y YoMeroMaromero jugamos, nos divertimos y aprendemos. 


Las horas se fueron volando (benditas metáforas) y nosotros agradecimos la organización de los compañeros de la casa de la cultura y del personal de la red de bibliotecas, amigos generosos todos. De los compañeros asistentes al taller, qué decir que no sea gracias... Julissa y yo prometimos verlos pronto... Por mejores lectores y escritores.


Las fotografías que ilustran el blog, son cortesía de Ramón Preocupón, Hervin, Julissa y de Yo MeroMaromero.








2 comentarios:

  1. excelente trabajo, como maestros vemos con otra perspectiva la manera de fomentar la lectura

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  2. Los maestros son los primeros en la "línea de fuego" a la hora de realizar fomento lector. Le siguen la familia y después la voluntad.

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