viernes, 16 de agosto de 2019

Sala de Lectura Bio Maya / Parque de la Marimba / 15 de agosto


Han transcurrido exactamente treinta días desde que salté al vacío, en pos de la Estrategia Nacional de Lectura (ENL). Es justo decir que no es un programa con presupuesto estatal ni federal, ni con reglas de operación. Es un intento, en palabras de Eduardo Villegas Megías, que busca cobijar, inducir y hacer visible todas las acciones que se llevan a cabo a propósito de la lectura.


Desde hace muchos años se realiza fomento lector en varias y variadas partes de la geografía mexicana. Chiapas no es la excepción. Me atrevo a decir que se hace bastante fomento de lectura y de escritura, como también es verdad que mucho de ese fomento no ocurre o se repite con frecuencia, sino de forma espaciada, con intervalos.  


Dice Don Quijote de La Mancha: "Si algo se gana, nada se pierde". Al saltar por enésima vez al vacío repito esa frase. Lo hago para exorcizar comentarios que hablan desde la destrucción y me quedo, no sin candor, con las otras voces que hablan desde la construcción. Una tremenda poeta comiteca me confesó estár a la "expectativa". Yo también.


"Entre hacer y no hacer, elige siempre hacer", dice el gran Ojo de Oro. He elegido, disfruto del paisaje mientras caigo y reflexiono en los buenos propósitos de la ENL: inculcar el hábito de la lectura desde la infancia y la adolescencia, disponer de libros "de hoy", sin dejar de lado clásicos nacionales, posicionando la lectura "voluntaria" que permita sentir y pensar más allá de lo inmediato,


A medio salto al vacío me hallé, bajo un fuerte aguacero, en la Inauguración de una nueva Sala de Lectura, esta vez en el Café Bio Maya. Mis amigos y colegas Ramón Preocupón, Abraham y Hervin, además de Lore y medio kilo de Jóvenes Construyendo el Futuro, asistimos a la apertura de la Sala, con singular alegría. 


El amigo Elías comentó que no le gustaría quedara ese espacio tan agradable, sin la visita de animadores de la lectura. Prometí volver y hacer actividades de fomento. ¿Cuáles? Ya lo decidiremos. Ojalá quienes laboran en el lugar sean los primeros en apropiarse de la Sala y de los libros. Que junto con la carta lleven la recomendación lectora del día... un menú literario.


"Nadie es nadie solo", dijo un médico latinoamericano; yo comparto esa premisa. Por esto la próxima semana intentaremos articular los esfuerzos de muchos compañeros y colegas que se dedican al fomento literario y la creación artística, a lo largo y ancho de la geografía chiapaneca. En este primer esfuerzo no estarán todos los que son, ni serán todos los que estarán. 


Lo único que les puedo adelantar es que estará liderado por el grande poeta Óscar Oliva, uno de los más activos talleristas, formador de formadores en nuestro país a través de talleres de creación literaria. El poeta Óscar Oliva es también nuestro privilegio (Molinari dixit), y el más entusiasta de la Estrategia Nacional de Lectura en Chiapas. 


No quiero agobiarles con el choro mareador, lo que sí puedo decirles es que existe otro espacio para consultar, prestar, compartir, disfrutar, fomentar, recomendar y agarrar de pretexto para detonar las otras lecturas que pasan por los demás sentidos. La lectura es un derecho de todos, así como también lo es la creación literaria. Todos los usos de las palabras para todos... para que nadie sea esclavo.


Confieso que es la primera vez que corto un listón o inauguro una sala de lectura. He inaugurado otras cosas en otras circunstancias y nada me tuvo más nervioso que esto. Tuve el temor de que las tijeras no fueran las suficientes y terminara igual o peor que un triste político de cuyo nombre no me acuerdo, sin una herramienta tan necesaria en ese momento y tuviera que simular una con mis dedos, igual al sujeto aquel, sin predicado. 


No me da pena decir que guardaré el listón junto con mi pequeño acervo de la colección Vientos del Pueblo. Las tijeras las devolví porque no eran mías. Le deseo larga vida a la Sala de Lectura del Bio Maya y le doy la bienvenida a otros nuevos lectores. El fomento a la lectura y la creación literaria están por encima de las simples ocurrencias.


Reitero, la lectura y la escritura son un derecho de todos, desde los niñas y las niños hasta los adultas y las adultos mayores. La lectura y la escritura son un ejercicio, más que un concepto. Son la posibilidad de leer el mundo, de saber "la medida de todas las cosas", de construir un puente indestructible con el otro (bendita otredad).






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