miércoles, 26 de junio de 2019

¡Basta de Cuentos! / Festival de lectura, Tuxtla 2019 / Salón Ágora de la UPSUM



Bien me lo dice Joaquín Vázquez Aguilar cada vez que conversamos: "Uno se afecta de seres vivos..." Y esta feliz aventura no es la excepción. Alguna vez conocí a Nico Avendaño, que después me llevó a conocer a Luis Fernando Maza Niño, que después me llevó hasta la compañera Vanessa y los compañeros Arturo y Fabián. Nada se conoce cuando se salta al vacío. 


Me contaron las razones por las que me buscaban y yo, después de más de un descuido involuntario semanas atrás, pude por fin concentrarme en los hechos: Dar una conferencia magistral. ¡A burro! Recordé al buen Paco Ignacio Taibo II, que en un trance igual aclaró que trataría de conversar, pero no garantizaba que fuera "magistral". Dije lo mismo. Ya me juzgarán los asistentes. 


Hoy por la mañana el maestro Fabián llamó a mi teléfono para decirme que nos íbamos hasta el lugar donde daría mi "charlatorio magisterial". ¿Dónde? En el salón Ágora de la Universidad Privada del Sur de México. "¡Menudo espacio!" En pocos minutos esa nave enorme y vacía estaría repleta de compañeros profesores, con distintas responsabilidades.



Deambulando en el inmenso vacío me topé con un querido afecto, compañero de un taller coordinado por YoMeroMaromero. Le conté de mi "charlatorio" (Toño Quijote dixit) y él, de bote-pronto, me preguntó: ¿Traes escrita tu conferencia? ¡A chingá! Me di cuenta de que no escribí "ni jota". Luego recordé que los charlatorios no se escriben, se viven. Respiré de nuevo.


Me enteré de que el festival estaba organizado por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado y la Secretaría de Desarrollo Social y Educación, del H. Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez. Acá vi cumplida otra máxima: nadie es nadie solo. Eso me motivó a pensar en futuras alianzas y confirmó lo que hemos dicho más de una vez. Si algo te importa, funcionará. 


El vacío se llenó en poco tiempo por autoridades educativas estatales, jefes de sector, supervisoras y superiores, directoras y directores técnicos, directoras y directores encargados y personal docente de Educación Básica. Encontré a mis amigas del CEBECH y a personal del Centro Educativo Santa Fe, escuela donde estudia mi MiniMi. Uno de ellos dijo: "candil de la calle, oscuridad de la escuela de su hijo". Jejeje.


De pronto el Festival de Lectura, Tuxtla 2019 dio inicio. Vanessa pidió subiera al "presidium". No pude negarme. Reconozco que me faltó determinación porque no acostumbro. Y es que sentado ahí me impaciento, me pongo ansioso, me desespero, quiero salir corriendo a buscar un chiringuito. Me da hambre, sed, sueño y, cuando de aplaudir se trata, dejo mis manos "reterojas". 



Luego de la declamación del texto "Maestrito de pueblo" sentí un relax distinto, y supe que sería un día bueno ... Explíqueme… licenciado / Dígame usted, ingeniero / ¿Qué va a enseñarle a los niños? / ¿ Cómo va a orientar al pueblo? / ¿Cómo va exponer su clase / a los niños de primero, / si usted no sabe contar, / ni jugar, ni estar contento, / ni sabe del trato amable / y menos contar un cuento...? 


Vino la proyección de un vídeo donde me enteré de los leones rasurados que me habían llevado hasta ahí (salón Ágora), para ponerme frente a más de cuatrocientas profesoras y profesores, sobre todo el león rasurado de Arturo, quien más de uno me dijo había dado un taller más que notable. No cabe duda de que donde hay buenos, hay mejores. 



Llegó mi momento "charlatoril" y, para variar, no hice nada de lo que había planeado. En suma, ni escribí mi charla ni bajé para abrir los Kamishibai y contar las historias que llevaba amartilladas de La Odisea y El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha. Lo bueno es que la tecnología nos salvó. Antes de eso di de gorgoritos sobre los alumnos de ayer y de hoy, los maestros de ayer y de hoy, y así.


No sé si logré transmitir la poca experiencia que tengo con relación a la promoción de la lectura y la escritura, sobre todo de mi interacción con maestras y maestros, antes que con alumnos. Es simple. Con los maestros me gusta reflexionar y compartir estrategias de fomento, además de jugar. Con los alumnos me gusta jugar, tenderles señuelos hasta cazar nuevos lectores.


Cerró el programa el compañero Gerson Laparra con una serie de cuentos que mantuvo a más de uno atento, disfrutando del gusto con que el buen Gerson nos contaba una historia tras otra, avasallante. Por cierto, antes de hoy no había tenido la suerte y el privilegio de compartir el escenario con Gerson, asunto que me dio mucho gusto por ambos. Faltó mi tocayo Toño Quijote.



En suma, cuando una idea te importa la contagias a los demás. Ese fue el caso de mis compañeros y espero nuevos amigos de lectura y escritura Vanessa, Arturo y Fabián. He vivido otras buenas ideas que sólo se quedan en eso y después se van abandonando, hasta que terminan por no importarle a nadie, ni a sus creadores originales.


Ignoro cuan motivados están los compañeros para continuar con la segunda edición del Festival de Lectura, Tuxtla 2020. Ojalá y sí lo estén, deben de aprovechar al actual presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, al que lograron contagiar con sus ideas y entusiasmo. No es broma cuando les digo que los niños deben de ser los primeros... ¡Siempre! 


Ojalá me inviten para la próxima ocasión, por lo pronto le agradezco las fotografías al compañero Arturo, a la compañera Vanessa, al profe Iván y a mi ídola y maestra Blanca Ruth Esponda. Gracias por regalarme este día lleno de duendes y conejos... Por mejores lectoescritores y lectoescritoras... ¡Siempre!




















3 comentarios:

  1. Máster, ya me cansé de decirte que sos grande, y vos contestarme:" y gordo". Somos muchos los que reconocemos tu talento y otros,lo soslayan. Un tu abrazo

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  2. Los que disfrutamos de tu charla, tenemos cierta inquietud a que alguien mas sea contagiado. Un abrazo Hugo!

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