viernes, 24 de mayo de 2019

¡Las Mujeres Serdán! / Casa de las Artes Corazón Borraz / Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.



Vamos cerrando mayo con buena inercia en la Casa de las Artes y la Cultura Corazón Borraz, bajo la coordinación de mi querido amigo y compañero Ramón Preocupón. Algunos somos necios de las pequeñas cosas, necios de abonar a largo plazo, de sumar el concurso de nuestros modestos esfuerzos promoviendo la lectura y la escritura. ¿Y cuál es nuestro mejor motivo? ¡Pues los niñas y las niños!... ¡Siempre! 


O tal vez la promoción de la lectura y la escritura, de las artes plásticas o de las artes visuales y demás expresiones culturales a través del juego, no importe tanto. Igual y aún se preguntan: ¿Cómo hacer que los niñas y las niños lean? ¿Para qué? ¿Cómo elegir o recomendar un libro para niños? La respuesta es tan... tan... tan obvia.


Hoy nos visitó de nueva cuenta la escuela primaria Aquiles Serdán. Fueron más de ochenta las y los asistentes a un espacio que jamás visitaron antes (ni yo merengues). Se relajaron, se sorprendieron de la libertad, se asombraron con el piélago de historias compartidas durante tres horas. 


¿Cuántos niños atendidos hasta el día de hoy? Lo ignoro. Lo que sé de cierto es lo contentos que se van después de terminada la jornada. Buscamos lograr la autonomía lectora, que lean por voluntad propia... por placer. Vinculamos distintas maneras de escuchar y de construir historias. 



¿Y dónde queda la escritura? Viene por añadidura. Juegan con las palabras, las "delician" (MiniMi dixit), las trasgreden y se las apropian al escribirlas, al comunicarlas por escrito de manera natural. ¿Por qué? Porque se están transformando en lectores autónomos, constructores de pensamientos propios y de nuevos conocimientos por medio de la escritura.


Volvimos de nueva cuenta con el niño Octavio Paz, con los actos mágicos, con los cuentos, con la lectura de poesía, el cine, las artes plásticas, el teatro y el cotorreo de mi generoso tocayo Toño Quijote. Fueron para mi tres horas de vitalidad inexplicable. Olvidé las tribulaciones de las últimas semanas y estoy casi de vuelta a la senda de la construcción. Aún no canto victoria.


En la entrada anterior les hablé de Aquiles Serdán (de profesión zapatero), de su asesinato luego de descubrirse (sí, hubo un delator) en Puebla el lugar donde se fraguaba la insurrección convocada por Francisco I. Madero, para el 20 de noviembre de 1910, arenga hecha desde su exilio en San Antonio, Texas. De quien no les conté fue de la madre de don Aquiles: María del Carmen; sus hermanas Carmen y Natalia; y la esposa de Aquiles: Filomena.


Patricio Eufracio Solano, Doctor en Historia por la BUAP y maestro en Literatura Iberoamericana por la UNAM, abre plaza sobre... Las Mujeres de Serdán. ¿Cómo era ser mujer liberal a principios del siglo XIX y principios del XX en Puebla? ¿Qué clase de temple se necesitaba para enfrentar la inequidad y desesperanza de futuro entre 1880 y 1910? ¿Era tal el desasosiego que ser heroína se constituía en la única salida al letargo apergollado a la voluntad de don Porfirio Díaz?


Aquiles y Máximo fueron educados por sus hermanas Carmen y Natalia, pero no de manera ñoña sino de manera liberal. Así crecieron y se hicieron no sólo lectores, sino también personas de ideas revolucionarias, mismas que plasmaron en sendos escritos hasta quedar descubierta la insurrección. 


Aquel fatídico día 18, luego de asesinar a los hermanos Aquiles y Máximo, son apresadas su madre María del Carmen, su hermana Carmen y su esposa Filomena. Permanecieron cinco meses en prisión y serían liberadas pocos días antes de la renuncia de Porfirio Díaz, reincorporándose de nuevo a la lucha.


La primera acción de Filomena fue promover un juicio contra el gobierno federal, acusándolo de asesinar a su esposo Aquiles Serdán. Carmen  fundará y participará en diversas Juntas Revolucionarias. María del Carmen aglutinaría a los sobrevivientes de la familia. Natalia, por su parte, emprendería un juicio en el que demandó el resarcimiento de los daños a su casa, motivados por la batalla de noviembre.



Sí, soy disperso... lo siento, pero fue inevitable contarles de manera breve sobre las hermanas, la esposa y la madre de Aquiles Serdán Alatriste (y de su hermano Máximo, que combatió valientemente a los policias del gobierno federal sobre el techo de la casa de los Serdán, donde defendía no sólo el sitio sino los ideales de una familia liberal, hasta caer asesinado).


Para conocer más, pueden consultar: 

Patricio Eufracio Solano. Aquiles Serdán Alatriste: ¿sacrificio o asesinato? Filomena del Valle viuda de Serdán vs el Estado mexicano, 1911. México, BUAP, 2013. 


¡Cuánto se puede aprender del nombre de las escuelas! Es un buen ejercicio de investigación y de suma de conocimientos al capital cultural de cada uno de nosotros. Igual se puede investigar sobre los monumentos, estoy seguro de que se llevarán más de una sorpresa. 

Las fotografías que ilustran la entrada de este blog, son cortesía de Ramón Preocupón y del área de producción. Nos hallamos luego, por mejores lectores y escritores.





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