¡Corre de correr! ¡Rueda de rodar! Así llegamos de nuevo a la Casa de las Artes Corazón Borraz, para hallarnos esta vez con el niño Amado Nervo, con los niñas y las niños de la Casa Hogar del D.I.F. (Desarrollo Integral de la Familia) y con los becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. El niño Amado Nervo nos recibió con el poema de los sentidos:
Niño, vamos a cantar
una bonita canción;
yo te voy a preguntar,
tú me vas a responder:
Los ojos, ¿para qué son?
Los ojos son para ver.
¿Y el tacto? ? Para tocar.
¿Y el oído? Para oír.
¿y el gusto? Para gustar.
¿Y el olfato? Para oler.
¿El alma? Para sentir,
para querer y pensar.
¡Ay, el niño Amado Nervo! ¿Cómo supo que hablaríamos de los sentidos y del alma esta mañana? Nuestra querida Liz dio inicio a los talleres con una actividad postal. Me explico. Puso a los becarios a enviarse "cartas" a través de las manos... cartas... (ya casi nadie escribe cartas y menos las envía). Agarrarse de las manos bien podría simbolizar el acercamiento de las almas.
Mientras eso sucedía, los niñas y las niños de la casa hogar comenzaban su periplo por la casa de las artes con mi querido amigo Ramón Jamón, quien dio inicio a su actividad con la lectura de textos de Amado Nervo (¿Amado Ruiz de Nervo Ordaz?... ¿Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo?), poeta originario de Nayarit.
También construyeron cubos que luego fueron dados (objetos, no verbo), en compañía de los amigos de la oficina de Alas y Raíces, Gilberto, Patricia y "Falco", quienes después activaron a los niñas y las niños en el bello ejercicio de las artes escénicas a través de la expresión corporal.
Después del refrigerio cerraron la mañana de talleres y de juegos con una serie de cortometrajes, porque el cine también se lee. Si a eso le sumamos palomitas de maíz, es otra cosa. ¿O no? Fue una mañana de intercambio de asombros, de símbolos, con los integrantes de la casa hogar caminando sobre el pulido piso de la ex casa de gobierno.
No niego que lamento bastante el no haberles contado la historia de Don Quijote de La Mancha y la aventura de los molinos de viento, ni la aventura de Ulises, rey de Ítaca, enfrentado al feroz Polifemo, ni haber dicho palabras mágicas para que el libro mágico apareciera y desapareciera personajes y colores...
... ni leerles algo de Nadie te creería, ni decirnos nuestros nombres mientras brincábamos, nos retorcíamos o gesticulábamos al unísono, ni habernos atacado de la risa sobre el pulido piso de la sala de lectura hasta cansarnos. Tampoco La Biografía de un Villano, de mi querida comadre Teresita. Queda la deuda.
Y es que en esta ocasión me tocó compartir estrategias y risas y lo que se acumulara, con los becarios de distintas áreas del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas. Hubo de todo, como en botica (benditas analogías). Ustedes se preguntarán, ¿becarios de qué? Les cuento.
Las becas de Jóvenes Construyendo el Futuro operadas por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, consisten en la entrega mensual de 3 mil 600 pesos durante un año, periodo en el cual el beneficiario recibe capacitación en diferentes centros de trabajo. La capacitación es impartida en empresas, instituciones públicas u organizaciones que fungen como tutores de los jóvenes becarios.
Me ha tocado estar con distintos grupos de becarios en Tuxtla Gutiérrez, Las Rosas y Zinacantán (faltan seis municipios más), con estrategias para el fomento de la lectura y la escritura. En varias ocasiones hemos adaptado dichas estrategias para estar acorde con planes más amplios, tratando de empalmar con otros talleres que le siguen al mío.
Nuestra estrategia es jugar y nuestras tácticas son la oralidad y la escritura. He dicho (y lo vuelvo a repetir) que estamos hechos de historias, propias, ajenas, reales o ficticias. Que a la menor provocación estamos inmersos en cuentos mañaneros en casa, en la escuela o en el trabajo. Pueden ser historias agradables o desagradables, pero historias que nos acompañarán durante el día, o toda la vida.
Comenzamos construyendo oraciones de trece letras (abrapalabras), reto que ¡Oh sorpresa! Sólo uno de treinta pudo lograr, los demás fueron intentos de once y doce letras. Y eso no es malo, ni es un error ni nada parecido. Es un ejercicio que demuestra lo confundidos que estamos con la escritura útil y la escritura voluntaria. La escritura utilitaria es un lastre a la hora de experimentar.
Ya antes hablamos del "capital cultural" que cada uno de nosotros posee. Que con el transcurrir de los años nos vamos transformando de acuerdo a las lecturas de vida que tenemos, con las experiencias y con la renovación constante de conocimientos, de ideas y de pensamientos. Leemos para la vida.
Les conté de Julio Cortázar, de lo buen cazador de lectores que se propuso ser al escribir. Y es que Cortázar iba en busca de aquellos que no leían, porque los que leen están del otro lado y no necesitan de señuelos ni otras cosas para encantarlos, para volverlos lectores. Y vaya que fue un gran cazador de lectores y por añadidura de escritores. Por eso les compartí Instrucciones para llorar.
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Después de eso les pedí redactaran algo parecido a las instrucciones de Cortázar, pero en lugar de llorar les pedí escribieran 1. Instrucciones para llegar tarde a una cita, y 2. Instrucciones para bañarse en un río. Resultaron ser un par de joyas encantadoras, que divirtieron a los becarios y a los demás compañeros que se hallaban en el recinto.
Este ejercicio está tomado del Cuadernillo de Talleres de Fomento a la Lectura editado por la Dirección General de Publicaciones, con el propósito de reforzar la capacitación y formación de mediadores de Salas de Lectura y promotores culturales, además de maestros, bibliotecarios y estudiantes normalistas, para respaldar los cursos y talleres que fomenten los hábitos lectores y la creación derivados de la cultura escrita.
Los becarios adscritos al Coneculta - Chiapas son promotores culturales en potencia, a quienes queremos integrar a una de las tantas posibilidades que existen en materia de cultura escrita, a descubrir y explorar sus posibilidades. Como apunta el cuadernillo: Estar ciertos del diálogo permanente entre las historias, los libros, el desarrollo del potencial creativo y los sujetos.
La escritura ha estado ligada desde tiempos inmemoriales a los dibujos. Comenzamos a nombrar el mundo representándolo, dibujándolo o viendo formas familiares en otras cosas, en otros contextos, por ejemplo: las nubes. Fue así como creamos nubes con nuestras propias manos, les hallamos formas y las terminamos dibujando para después integrarlas a una historia.
Aun cuando las historias fueron contadas, se hizo evidente que les faltó histrión, "punch", jiribilla... carnita. Hubo historias que no terminaron de cuajar por varias razones, pero que se pueden resumir con un par de palabras: Imaginación dormida. O tal vez la pena de hacer el "ridículo", siendo que nosotros debemos de ser el primer niño a la hora de contar, jugando. Recuerden las palabras de Nervo: ¿El alma? Para sentir, para querer y pensar.
Rematamos la mañana con un sabroso mondongo, experiencia que sirve para recordarnos que la escritura sí es importante y que dice bastante de quien la practica. A través de la escritura se puede saber también de nuestras lecturas. Fue un mondongo bastante divertido y así, jugando, nos dimos a la tarea de reconocer y reaprender palabras que se escriben con "ache" o que llevan acento, por decir lo menos.
Mi querido amigo y maestro Ramón Preocupón cerró la jornada con una serie de reflexiones acerca de la promoción cultural, acerca también de la importancia del fomento de la lectura y la escritura. Los becarios externaron su opinión de lo experimentado en un diálogo "redondo", con la intención de varios de ellos de replicar lo compartido.
Lo olvidaba. Hubo una fila ganadora del mondongo que se hizo acreedora de nuestro reconocimiento, además de un ejemplar de A dos de tres caídas sin límite de textos, libritillo de YoMeroMaromero publicado por Tifón Editorial, de mi querido amigo y padrino Juventino Sánchez Vera.
Después de eso, los becarios recibieron varias revistas y se marcharon de la casa de las Artes Corazón Borraz menos esclavos ... más libres. Yo quedé con mi corazón contento. Espero hallarlos después replicando algo de lo visto en los próximos talleres de verano, en el Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines, o donde sea.
Las fotos que ilustarn esta crónica son cortesía de Ramón Preocupón, de mi cunca Liz y de la producción del blog. ¿Por qué? Por mejores lectores y escritores.
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