jueves, 30 de mayo de 2019

Ulises y el Cíclope (construcción) / Desde el territorio libre de los hijos de la Escocia chiapacorceña


No tengo mucho que decir al respecto de esta entrada, si acaso que es producto de mi necedad por ver las cosas desde la construcción, mientras que "el sistema" se empeña en la destrucción, sin rubor alguno.


Podrán notar también que es una versión ilustrada (y personalísima) de Odiseo y Polifemo, del canto IX de la Odisea. Decidí nombrarlos Ulises y Cíclope, para dejar los otros nombres, más sobados que los elegidos.


Es probable que algunas de las ilustraciones se asemejen a otras vistas porque a final de cuentas, directa o indirectamente, tengo referencias de ellas en la descripción o en algunos dibujos que si bien no son iguales, quizá son semejantes. Ya lo decía y bien Efraín Huerta: "Quien esté libre de influencias, que arroje la primer metáfora".


Las ilustraciones originales están hechas a lápiz y en algunas escenas, coloreadas con un bicolor azul-rojo. El contorno de los dibujos los realicé con tinta negra de un bolígrafo promocional de una empresa cuyo nombre olvidé. Las imágenes que ven ahora están "coloreadas" en GIMP.


Las ilustraciones las hice sobre hojas "bond" abandonadas por varios años en una caja, hasta que se "afearon" tanto, que las hicieron menos para ser usadas en impresoras y copiadoras. Y como dijera mi abuelo: "nosotros no somos de despreciar", decidí ilustrar sobre ellas esta historia, que pronto comenzó a exigir ser contada en la primera oportunidad.


¿Y para qué las dibujé? Para un Kamishibai (¡ooohhh!) que construí utilizando cartón reciclado. Mi intención fue recrear una herramienta contadora de historias para unas compañeras del trabajo, animarlas a construir uno propio y lo compartieran con sus hijos. Todo comenzó como un juego... ¡y así sigue!


No cabe duda que desde la creación me va mejor. Ya no tengo tiempo para ver las cosas de otra manera. Yo quiero un mundo, otro, dijera el buen camarada Jorge Boccanera. La estrategia general está trazada y las tácticas definidas, y he llegado hasta acá con la ayuda de mis amigos... y enemigos. 


Acá les dejo el concurso de mis modestos esfuerzos, historia contada en La Odisea por uno de los más grandes imaginantes, el ciego que aún nos sigue enseñando a ver: Homero, el "aedo" (¿sabes qué significa aedo?).


¿Quieren que les cuente la historia? Les propongo algo mejor, cuéntenla ustedes. ¡Sí! Sólo tienen que dar "click derecho" a las imágenes, guardarlas e imprimirlas en el tamaño que más les agrade. Si alguno se interesa por los dibujos con los colores originales se los puedo enviar por correo electrónico.


Cada vez que cuento esta historia algo cambia en mí. Nunca la cuento igual, pero siempre termina gustando a quien la escucha y mira. 

A quienes destruyen una y otra y otra y otra vez les dedico esta entrada del blog. Lo hago por mí y por todos mis amigos imaginantes... por mejores mundos.


Cito de nuevo el fragmento de un poema de Jorge Bocannera, quien en un magnífico texto le advierte a Juan Gelman (y me advierte también a mí) de las intenciones de las malas personas, de las gentes que no son buenas; de la policía secreta: "¡Cuidado, Juan! / Le han puesto precio a tu cabeza, / han envenenado las aguas".

Y como dije desde la construcción, acá les dejo un par de muestras para elaborar su propio Kamishibai (¡Oooohhh!)




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