"Mas vale paso que dure y no trote que canse" alcanzamos a decir el día de ayer los compañeros que integramos La Tropa Chicharrón al llegar a la Casa de las Artes Corazón Borraz, donde recibiríamos a más de ochenta alumnos de primero de secundaria de "La Centenaria Prevo de Tuxtla". ¿Centenaria? ¡Ay sí, ay sí!, dirán, pero, ¿nosotros qué ganamos con mentirles? Que ellos mismos nos lo cuenten:
La historia de la Prevo comienza en el año de 1893, cuando el gobernador Emilio Rabasa Estebanel, originario de Ocozocoautla, estaba al poder. La primera Prevo se encontraba en Av. Central y 3era poniente, en donde hoy se encuentra “Pinturas Gloria”. Debido a un movimiento telúrico ocurrido el 28 de noviembre del año de 1893, la casa donde se situaba la Prevo se derrumbó.
Tiempo después surge la 2° Prevo, en la 1ra poniente y 3ra sur, frente a la iglesia del Calvario, donde hoy en día se encuentra la zapatería “3 Hermanos”. Esta segunda Prevo se llamó “Escuela de Artes y Oficios”. Actualmente, llamamos a nuestra institución Escuela Secundaria Técnica N°2 “La Centenaria Prevo de Tuxtla” y se encuentra ubicada en la 13va calle oriente norte #600 Fraccionamiento Periodistas, rumbo al 5 de mayo
Cada ciclo escolar recibe a aproximadamente 840 alumnos, agrupados por los diferentes talleres con los que contamos (se imparten talleres de contabilidad, electricidad, estructuras metálicas [soldadura], ofimática [también llamado burótica], industria del vestido e informática), educándolos y haciéndolos personas correctas y dignas de pertenecer a nuestra sociedad.
La recepción estuvo a cargo de "Los Ramones", pero no se crean que de los ex integrantes de la banda de punk neoyorkina, sino más bien de mis compañeros y amigos Ramón Preocupón y Ramón Jamón. El primero les dio la bienvenida, jugando con la letra de sus respectivos salones, 1ro "F" y 1ro "G" y contándoles de la ex casa de gobierno; el segundo, con un recorrido por la exposición El árbol habla: Octavio Paz para niños.
Liz, Juan José, Ramón Jamón y YoMeroMaromero, nos divertimos acompañando a los alumnas y las alumnos de la Prevo, con las distintas maneras de contarnos y contarles una historia. En lo personal, al finalizar mi actividad puse en práctica algunos de los ejercicios de apoyo propuestos en el Cuaderno de Salas de Lectura, referente a las Charlas Literarias.
Opinaron sobre la palabra "caca" puesta en el Cuento de amor y amistad, y después hablamos de las rimas, y jugamos a replicar lo escuchado, con nuestros propios nombres, por ejemplo: Hugo, el que hace caca en un tubo; o Ramón, el que hace caca en el camión; o Liz, la de la caca y la pis; o Juan José, el que a la caca ve; o Teresa, la que hace caca en la mesa. ¿Te anímas a rimar tu nombre?
En las charlas literarias suceden muchas acciones. ¿Cómo ve un chico de primero de secundaria el amor de Don Quijote hacia Dulcinea del Toboso? ¿Qué opinión tiene del amor? O bien, ¿qué opinan sobre la locura, sobre la valentía o sobre la justicia? La interacción en una charla literaria permite eso: opinar, esclarecer, profundizar, discenir, desmenuzar, respaldar, dar otros sentidos al texto, relacionar esa historia con otra real o literaria.
Esa mañana nos divertimos por igual, sin distingo alguno. Hubo inclusión, respeto y cierta complicidad en las historias contadas. También hubo un poco de magia, sorpresas y uno que otro asombro. Jugamos con nuestros nombres y con el de los demás, nos reímos viéndonos en el otro y después, siendo parte de las historias que estoy seguro se quedaron guardadas en un lugar especial de sus corazones.
Dentro de unos días estaré como invitado en un "charlatorio" (esta palabra se la robé a mi tocayo Toño Quijote), con el círculo de lectura Casa de Piedra. Comentaremos un mi libritillo editado por la editorial Tifón, titulado "A dos de tres caídas sin límite de tiempo". Edición pequeña, a bajo costo, para estudiantes de secundaria y preparatoria, idea de mi padrino Juventino Sánchez Vera.
A manera de colofón, el día de ayer nos reunimos varios de los muchos que andamos en el trajín de la mediación de la lectura y la creación literaria. Celebramos la próxima inauguración de la sala de lectura "Hojas al viento", en la colonia Bienestar Social, y también charlamos sobre la lectura en tiempos de crisis, lo anterior como parte de los encuentros autogestivos para "Formar lectores".
¿Y qué es una "crisis"? Una situación difícil, tanto personal como colectiva. En lo personal, la lectura me ha ayudado a encontrar algunas respuestas a situaciones complicadas de mi vida, ha hecho tolerable algunas cosas y ha servido de válvula de escape para otras, aunque la mayoría de las veces a resultado en un feliz intercambio de asombros.
Uno termina siendo los personajes y viviendo los escenarios de lo que se lee. Mi MiniMi lo acaba de experimentar en una lectura hecha en la madrugada, después de una fiebre de varias horas (¿crisis?). Leyó de un tiro "Lili, Diango y el sheriff", de Klais - Peter Wolf. Colección Barco de vapor, ediciones SM. Dijo que le gustó la historia, que le gustó algo sobre una pistola de agua, y después se durmió, con la temperatura bajo control.
Las fotos son cortesía de mi querido amigo y compañero de batalla, Ramón Preocupón, de mi cunca Liz y de YoMeromaromero. Sin más, nos hallamos en breve... Por mejores lectores y escritores.
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