"Te volviste loca y disparaste frente a mi".
Chico Trujillo
"Mi locura es sagrada, no la toquen".
Salvador Dalí
Chico Trujillo
"Mi locura es sagrada, no la toquen".
Salvador Dalí
En la mirada del otro (bendita otredad), en el lugar del otro, la perspectiva de las cosas cambia. Dicen que hay locuras, muchas; trastornos que apenas y se alcanzan a identificar entre los individuos hasta que se exageran. Yo, por ejemplo, soy un individuo "ciclótico" de tiempo atrás, aunque de eso me enteré hace poco, que me quedé vacío, sin costilla, sin abril ni ciudad. Trato de llevar mi perturbación sin sobresaltos, aunque es difícil. Recién me estreno con este desorden (otro), y mi lado oscuro me lo recuerda a cada rato. Son más las derrotas que los éxitos tratando de domarlo, y he considerado seriamente escribir un diario, como el expuesto en el libro "Diario de un loco", del escritor chino Lu Hsun (Xun).
Fue inevitable pensar en Gógol y de su escrito del mismo nombre: "Diario de un loco". Recuerdo eso por los promocionales en la televisión sobre una adaptación teatral del mismo, actuada por Carlos Ancira y dirigido por Alejandro Jodorowsky. En el personaje (un burócrata, para variar) del cuento de Gógol, descubrimos cómo va perdiendo la cordura de manera gradual, hasta caer en la demencia absoluta.
Fue inevitable pensar en Gógol y de su escrito del mismo nombre: "Diario de un loco". Recuerdo eso por los promocionales en la televisión sobre una adaptación teatral del mismo, actuada por Carlos Ancira y dirigido por Alejandro Jodorowsky. En el personaje (un burócrata, para variar) del cuento de Gógol, descubrimos cómo va perdiendo la cordura de manera gradual, hasta caer en la demencia absoluta.
Caso contrario en el relato de Lu Hsun (sin duda influenciado por la literatura y el cuento de Gógol), donde el personaje sufre de un delirio de persecución, y teme ser devorado por la comunidad donde vive. Sospecha de extravagante canibalismo hasta de su hermano, quien lo cuida. Éste personaje sostiene en las entradas del diario que los demás están dementes (no él), haciendo profundas reflexiones al respecto. A golpe de sesudos análisis sobre la demencia de los otros, corre una suerte distinta al personaje de Gógol, saltando de la locura a la cordura.
Todos estamos locos, dijo alguna vez el Lobo Estepario, y yo le creo. Le creo a Gógol y a Lu Hsun. La locura está en la esperanza, en la poesía, en dios, en estas líneas, en el aire, en ti, en mí, en ella (sí, tú)... quizá la diferencia sea que yo he decidido aceptarla en mi vida, y al igual que el personaje de Lu Hsun, la reflexiono profundamente.
Todos estamos locos, dijo alguna vez el Lobo Estepario, y yo le creo. Le creo a Gógol y a Lu Hsun. La locura está en la esperanza, en la poesía, en dios, en estas líneas, en el aire, en ti, en mí, en ella (sí, tú)... quizá la diferencia sea que yo he decidido aceptarla en mi vida, y al igual que el personaje de Lu Hsun, la reflexiono profundamente.
Lu Hsun |
Lu Hsun. También conocido en español como Lu Xun o Lu Sin, nació en 1881 en la provincia de Chekiang y murió en 1936 en Shangai. No sólo se le considera el fundador de la literatura china contemporánea, sino que fue uno de los más grandes pensadores y revolucionarios de su época. Es autor de tres libros de cuentos: A las armas (1922), Vagar incierto (1925) y Leyendas vueltas a narrar (1935). Además de narrador fue ensayista notable; es famosa su Breve historia de la novela china.
Dice la contraportada: “Diario de un loco”, relato que da nombre a este libro, ha sido considerado por los críticos como una declaración de guerra contra la sociedad feudal china. Con este cuento el autor dio origen a la literatura china moderna. Ser escritor en la China del siglo pasado no era una labor envidiable: Hsun tuvo que recorrer buena parte del territorio de su país empleándose como redactor de periódicos y rpofesor en colegios y universidades. Su vida fue azarosa y llena de contrariedades, pues ser escritor y, además, ensayista crítico y revolucionario no eran tareas que fueran bien vistas en una nación que todavía mantenía vicios feudales.
El volumen incluye otros dos relatos, “La verdadera historia de Ah Q” y “La lámpara eterna”, ambos relatos donde la locura (bendita locura) pasa a ser una variante más de la realidad. La traducción es de Sergio Pitol.
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