Mi actividad de fomento a la lectura y la escritura en el CONECULTA, dio inicio en el año de 2013. Sucedió atendiendo una instrucción de un superior, quien tuvo la buena idea de cazar lectores entre la burocracia. Aunado a eso se estructuró un plan para ser ejecutado en los festivales con los que cuenta éste Consejo. Un foro aparte dentro de la exposición y venta de libros. Me hice cargo de las dos solicitudes, y ambas resultaron un exitoso fracaso.
La sala de lectura habilitada en la oficina la desmonté al año. La inercia fue demasiada y me ganó la burocracia, que es una mancha voraz, infectando a cuantos se le ponen de frente. Yo también sucumbí a su veneno. Mi sala de lectura se llama: Por mejores lectores, y se hizo itinerante, porque una sala de lectura esta donde yo estoy, algo así como la trama de la novela histórica de PIT II, La Lejanía del Tesoro (léanla, se las recomiendo), que narra cuando Benito Juárez anduvo a salto de mata con los poderes de la nación sobre un carruaje.
La segunda idea de tener una serie de actividades en la exposición y venta de libros, se armó con grandes esperanzas. Actividades planificadas para llevarse acabo desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. Se armaron las temáticas y se elaboró el programa que llevaría el rimbombante nombre de (adivinó usted) Por mejores lectores. Eran actividades para niñ@s y no tan niñ@s, principalmente, aunque abierto a público en general. Ese mismo año de 2013 fue cancelada por alguna razón que hasta hoy ignoro.
De esas ideas nació este blog y me aventuré a salir con mi sala de lectura a donde fuera, sin distingo alguno. Acá está registrada la mayor parte de las actividades, y sería difícil mentirles al respecto. Fue complicado al principio, porque costaba hacer entender a quienes veían una oportunidad en mi persona para "entretener" a niñ@s y no tan niñ@s, y "matar la hora". Pude haberme negado, pero no lo hice, de hecho han sido pocas las ocasiones en las que he dicho no, y no porque las condiciones fueran adversas, sino porque yo también me canso de ser Hugo.
"Caminos, montes y valles, distancia..." -dijera el poeta-, he andado desde aquel 2013 hasta el día viernes 23 de junio de 2017. De las actividades dentro de los festivales no se hizo nada, y de la sala de lectura en la oficina, no ha vuelto (ni falta que hace), porque en el 2016 pude por fin pude realizar lo que hace cuatro años era solo una idea: visitar las casas de la cultura del Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígenas (C.E.L.A.L.I.)
Después de tres años dando de gorgoritos acá y acullá, el compañero Mariano me invitó a visitar Las Margaritas, Yajalón y San Cristóbal de Las Casas. Le agradecí la confianza, y le dije que no se iba a arrepentir (si se arrepintió, es tan decente, que no me lo ha dicho). Era la primera vez que un compa del Coneculta acompañaba actividades de fomento a colegas de casas de cultura vinculados al Coneculta. ¡Qué compromiso y qué oportunidad! Por mejores lectores podría al fin llegar hasta donde originalmente se tenía planeado hacía casi un lustro.
El 21 y 23 de julio volví a tener una oportunidad para compartirles un poquito lo que he aprendido en este tiempo. Y no es que sea poco por mezquindad mía, sino porque el tiempo en esta ocasión fue escaso. En el 2016 los talleres fueron de un día y medio, buscando que cada actividad fuera primero experimentada de manera práctica por los talleristas, y después se abrochara con el conocimiento de los procesos implícitos en cada uno de ellos. Cada estrategia tiene un propósito inmediato y otro a largo plazo, que se buscan afianzar con diferentes estrategias.
Para esta oportunidad elegí trabajar con el libro Gramática de la Fantasía, introducción al arte de inventar historias, de Gianni Rodari. Hablamos de Los Caminos de la Imaginación, Los binomios fantásticos, de cuando una palabra "choca" con otra de distinto campo semántico, sin relación alguna, y terminan detonando historias que pueden llegar a asombrarnos por su original naturaleza.
No solo opinamos sobre los binomios, sino que también los escribimos...y mejor aún ¡los dibujamos! El día 21 hasta tuvimos una exposición espontánea, de combinaciones locochonas que me resulta difícil describirles. Es más, deberían de experimentarlo. También charlamos sobre las metáforas, y revisamos varias, y descubrimos que estamos hechos de esas imágenes. El escudo nacional es una metáfora fundacional irrepetible. Aprendemos a través de metáforas desde niños...los niños...
Se supone que sabemos quién es la persona más importante en nuestras casas de la cultura y centros culturales, es más, en Coneculta sabemos quién es la persona más importante...lo sabemos ahora, y nunca es tarde, aunque parezca lo contrario. El asunto es entender de verdad y con compromiso que trabajamos para esas personas importantes. Que sabemos la diferencia entre cultura y arte. Que aún nos quedan más argumentos que pretextos. Que nadie es nadie solo.
Los ejercicios de la imaginación son varios y variados. L@s niñ@s son fabulosos para eso, y les gusta cuando se les pone a imaginar soluciones sobre asuntos de "adultos", por ejemplo, en un ejercicio propuesto por Rodari que inicia así: "¿Qué ocurriría si...?" Nos pusimos a imaginar si al día siguiente, jueves 22 de junio, San Cristóbal amaneciera rodeada por el mar. Surgieron varias hipótesis y secuencias de acontecimientos, de los cuales elegí algunos para el final de esta entrada.
Pero también hubo MONDONGO, y eso fue el día 23, y créanme que nos divertimos bastante, porque la diversión se encuentra en nuestras faltas de ortografía. No es malo cometer faltas ortográficas, lo malo es no corregirlas. A mi me corrige a cada rato el buen Zopilote, cuando charlamos y se me escapa la palabra "hubieron". Zopi, en automático, me corrige: ¡Hubo!. Estoy (casi) seguro de que no cometo esa pifia cuando escribo, aunque el buen Zopi lo duda (y con justa razón).
Hasta acá he contado solo de mi persona, pero estuve acompañado por los compañeros de Alas y Raíces (Gil, Alex y Patricia), quienes dieron talleres de origami, teñido de tela y tarjetería. En síntesis se les compartió cuatro estrategias para implementar en sus casas de la cultura. Considero que al interior hay muchos compañeros y compañeras que tienen conocimientos que igual podrían compartirnos, y expandir las posibilidades de trabajo creativo entre los centros culturales y casas de la cultura.
En fin, creo que he escrito demasiado y me extravié. Lo que sí sé decirles es que me dio mucho gusto hallarme con ellos, mis compañeros de trabajo. Compartirles lo que hago en otros lados aunque sea hasta hoy. Las fotos que ilustran esta entrada fueron realizadas por la compañera y amiga Lety Pérez, de C.E.L.A.L.I. Les dejo el resto de las imágenes de lo que fue el MONDONGO, una
sabrosura de dinámica que no sólo nos hace reír, sino también pensar, además de algunos textos... Por mejores mundos...
¿Qué ocurriría si...?
... San Cristóbal amaneciera rodeada por el mar? (que no inundada)
Se llamaría Isla San Cristóbal, en vez de ciudad. Tendría playas y la gente se sorprendería. Se construirían puentes para comunicarse y trasladarse a otras partes. Se comería más pescado y se volvería un centro turístico más importante de lo que ya es. (Martín Raymundo, Zinacantán)
¿Qué ocurriría si...?
... San Cristóbal amaneciera rodeada por el mar? (que no inundada)
Los niños se pondrían contentos y saldrían a nadar. La población cambiaría su hábito de comer, porque solo comerían mariscos. El medio de transporte sería de lanchas y canoas. Ya no se preocuparían por el agua. La gente se organizaría para comprar barcos. (anónimo)
¿Qué ocurriría si...?
... San Cristóbal amaneciera rodeada por el mar? (que no inundada)
Cambiaría su sistema de organización, sus mercados y su economía. Dejaría de llamarse Pueblo Mágico o Ciudad Colonial, y se llamaría Puerto San Cristóbal de Las Casas, donde sus habitantes disfrutarían del sol, la playa y la arena... los niños podrían conocer una gran diversidad de peces pero ya no vivirían ni disfrutarían de los cantos bellos de los animales de clima frío. Llorarían aquellos que han hecho su riqueza explotando los cerros (ecocidios) por la extracción de los recursos naturales. (anónimo, Chanal)
¿Qué ocurriría si...?
... San Cristóbal amaneciera rodeada por el mar? (que no inundada)
De entrada la mayoría se moriría de pánico, y los sobrevivientes poco a poco se acostumbrarían. Construirían canoas, dejarían de comer carne de res y pollo. Se olvidarían del mole y las arracheras y se acostumbrarían a comer pescado. Se olvidarían de usar suéteres y comprarían puras playeras, y comenzarían a sentirse "cojteños" y hablarían todos como "El Peje", y dirían: ¿Qué ej ejo? (Ricardo Hernández)
Ahora inténtelo usted... si, usted, querido lector, que se atrevió a llegar hasta estas líneas.
¿Qué ocurriría si... en todo el mundo, desapareciera el dinero?
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