CASA HOGAR OCOZOCOAUTLA, CHIAPAS

Un amigo me cuestiona por qué hago talleres de fomento a grupos tan variados. Me pregunta si busco ser reconocido o busco que hablen de mi o me conozcan... o qué pictes. Yo me quedo pensando también por qué lo hago, veo la fecha en la pantalla de la computadora, y entonces recuerdo que se hace tarde, porque esto es urgente, porque la aventura sigue y la eternidad no es necesariamente un asunto de agencias de viaje.

Hay los que se dan cuenta en segundos, otros en minutos, algunos más en horas, días o semanas. Hay los que se dan cuenta después de algunos meses... o años...o nunca. Yo me di cuenta después de varios años, y me di cuenta también de que no hay vuelta atrás. Vivir es una aventura de ida, y esa certeza es mi mejor motivo.

Cuando Marisol me invitó a visitar a los chicos de la casa hogar en Ocozocoautla, ni lo dudé. Nos pusimos de acuerdo en cuestión de minutos. Día, hora y actividades. Sin ninguna indicación extra o recomendaciones particulares. Marisol confió en mí, simple y llanamente.

 

Un día antes había estado con personal de casas de cultura y centros culturales del Coneculta - Chiapas. Al día siguiente me hallaba con más de veinte chic@s, haciendo la misma actividad de contarles algunos cuentos, contarles la aventura de los molinos de viento del Quijote de La Mancha, inventando cuentos a partir de nubes, y elaborando autos de carreras con material reciclado.

Fueron bastante receptivos en cuanto a las historias que les conté, y con la actividad de las nubes crearon cuentos con bastante ingenio y disposición, de manera auténtica, sin compromiso por "cumplir" o darme "avión". Fueron cinco historias que me aseguran otras historias más, cuando hagamos otras actividades con teatrinos tradicionales o de sombras, y kamishibais (todo con material de reuso).

Al llegar al ejercicio de la construcción de los autos para una carrera de pronóstico reservado, se puso mucho mejor. Los mismos equipos que habían contado sus originales historias nacidas de la nada, trabajaron a su manera para construir con material reciclado, autos que se movieran con la energía liberada de un motor ordinario.

"Nadie es nadie solo", leí que un afamado guerrillero le decía a un grupo bajo su mando. Ellos en esa casa lo saben. Se concentraron y sacaron las ideas más originales para solucionar cada uno de los retos que ofrecía el construir un auto de esas características. Y como en toda carrera que se precie de serlo, hubo un ganador, el cual pueden descubrir en los vídeos que aparecen al final de esta entrada.

Alguna vez un afecto me pregunto: ¿Para que sos bueno? Yo dudé, analizaba eso... Para que soy bueno... Dije que no sabía. Luego me preguntó: ¿Y para qué eres malo o pésimo? Ahí ni dudé, me desgrané diciendo todas las cosas que yo creía no podía hacer ni aunque me pagaran. Después la vida me llevó a encontrarme con grandes maestros en personas comunes y corrientes, que alguna vez me compartieron algo sin pedir nada a cambio. Eso fue para mí -sin saberlo- mi mejor escuela.

Insisto en ver mi quehacer desde la construcción, no desde la destrucción. Insisto también en que la democracia es un ejercicio, y no un concepto en boca de personas a las que no les importa vincular el decir con el hacer. No busco más que compartir, acompañar, aportar. No es lo mismo vivir que actuar. He decidido vivir, tan sencillo como eso.

Antes de partir a la región del misterio, confesaré que he vivido. Mientras llega ese otro viaje disfruto del paisaje que me encuentro en esta. No hago distingos a la hora de compartir actividades que despierten la imaginación de quienes se encuentran conmigo. Empoderar a los niñ@s es vital, porque darán continuidad a lo que se construye, y así de manera sucesiva.

Con los chic@s de la casa hogar de Ocozocoautla nos divertimos, imaginamos, pulsamos los alcances que se puede tener con elementos sencillos, donde no importa el juguete sino el juego. Nos esperan más aventuras de acompañamiento no solo con la literatura, sino con otras disciplinas igual de divertidas y aleccionadoras que pueden definir el rumbo que seguirán más adelante... a pesar de habitar una sociedad excluyente, donde reina la ley del menor esfuerzo.

Los niños y las niñas en el centro, eso es seguro. ¿Usted para qué es bueno? ¿Ha reflexionado y hasta imaginado que comparte eso que usted sabe hacer (o que le gusta) con otros? El futuro se construye en el presente, y se vive solamente una vez. A mi con eso me basta.

Dese un tiempo, vivir es mejor que actuar, se lo aseguro. Sí, le hablo a usted que lee estas líneas y llegó hasta acá. Deje de simular que le importa vivir, demuéstrelo... Por mejores mundos...