lunes, 6 de marzo de 2017

¡LO LEO Y NO LO CREO! C. E. B. E. CH.



En la segunda semana de enero del 2017, la maestra Blanca Ruth Esponda llegó hasta mi sector, para preguntar si me interesaba dar una charla sobre escritura para los chicos del tercer año de primaria del Centro de Educación Básica del Estado de Chiapas, Dr. Belisario Domínguez Palencia. Ese día estaba con una bronca interna por los despidos masivos que se estaban realizando dentro del Consejo. Pero Ella, Blanca Ruth, llegó con su sonrisa franca hablando asuntos desde la construcción en el medio de la destrucción, que hizo un click dentro de mí, y me llevó a decirle que sí, que aceptaba ir a charlar con los chicos de tercero de primaria. En minutos la bronca interna estaba de vuelta pero ahora la asimilaba mejor. ¿Quién decía que todo estaba perdido, si Ella había venido a alegrar mi corazón?


Al transcurrir de los días, recibí un mensaje de la maestra Blanca Ruth, para decirme que había otros salones interesados en escuchar la plática y en el pequeño taller efímero que realizaría con los chicos de tercer año. Días después otros mensajes, para enterarme de que el interés por la charla había llegado hasta la sección Secundaria, lo que me llevó a repensar el asunto, y buscar algo más efectivo, y que fuera de verdad significativo para los chicos. Se decidieron las fechas 27 y 28 de febrero y 01, 02 y 06 de marzo, de nueve a diez treinta de la mañana, en un lugar conocido con el peculiar nombre de "el queso".


Bien dice el dicho de que no hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza, el día de la charla llegó. Buscando ser efectivo, hice un remix de ¡LO LEO Y NO LO CREO!, donde incluí una pequeña introducción de los derechos del lector, luego algo de magia (sí, magia, aunque ustedes lo duden), después el ejercicio de lectura "Me gusta leer", con diferentes signos y con diferentes voces y humores, lo que siempre resulta divertido para los chicos.


Después les comparto tres historias de diferente manufactura: meramente oral de la aventura de Odiseo y el cíclope Polifemo, la lectura del texto "un cuento de amor y amistad", y el relato de la aventura de los molinos de viento, del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, acompañado de su fiel escudero Sancho Panza, Rocinante y el Rucio, a través de diez ilustraciones que fui mostrando con el apoyo de mi cuasi famoso "Kamishibai" (que es de Marbey y que lo presumo cuantas veces puedo).


Por último, y quizá para mi los más significativo, partimos de una nube de papel reciclado, para terminar contando historias tan diversas e ingeniosas, que en lo particular me hicieron las mañanas verdaderamente entretenidas. Hubo historias de tiburones devora camiones, de platillos voladores, de gusanos armados, de fantasmas y peces mágicos, submarinos y tanque de guerra, princesas y dragones, y muchos pero de verdad muchos animalitos aéreos, terrestres y marinos.


Los niños resultaron grandes entusiastas en esto de contar cuentos, y no es para menos. Estamos hechos de historias desde siempre, desde que el hombre pintaba en las paredes de las cuevas intentando decir algo, perpetuarlo. No me interesaba la ortografía (que era bastante deficiente) sino el simple acto de contar, de inventar por encima de si se redactaba de manera correcta o no. Mi idea era la de recuperar esa posibilidad de imaginar las cosas más inverosímiles que se les ocurriera. Si me ponía a corregir la ortografía es probable que aún estuviera en "el queso", intentando "componer" lo escrito..


Me di cuenta de que los niños tienen ganas de contar historias, de ser escuchados, pero es tan corto el tiempo de escuela, y tan pocos los espacios en ella para lo lúdico, que cualquier momento es una posibilidad para "destramparse" y llamar la atención de alguna manera. Cuando les pedí elegir una palabra mágica, ellos contestaron (invariablemente) "por favor". ¿Y el "abracadabra"? ¿Y el "sin salabin"? ¿Y el "ábrete sésamo"? Ya no aparecen dentro de las Palabras Mágicas. Recuperamos algunas como: "archirrequeterrecontrarrico" "parangaricutirimícuaro" y "abracadabra patas de cabra", tres "palabrarismos" que hicieron muy bien su trabajo, a la hora de hacer aparecer y desaparecer personajes de un libro mágico que tanto me ayuda para reencantar a los chicos, y reconciliarlos con la lectura.


Otro detalle fue comprobar lo que se dice de que los hijos son el reflejo de sus padres, los alumnos son el reflejo de sus maestros. Hubo salones de una atención que rondó lo idílico, y no hablo de una atención forzada, sino de un genuino interés por lo que ahí sucedía, tanto, que se cumplían casi las dos horas y ellos ni en cuenta de tan entretenidos que estaban armando sus historias. Pero hubo los casos donde los chicos no se enganchaban, o eran intermitentes, y cuando estaban atentos se les daban contraordenes que los terminaban alterando. Sin embargo al final se logró que todos los asistentes de primaria participaran de manera activa, respetando sus modos, lo que de alguna manera les dio confianza para atreverse a contar.


Las participaciones, como escribí líneas arriba, fueron en lo general bastante constructivas, ofreciendo una idea que más bien era un pretexto para contar lo que a los chicos les interesa. Y sí, en los dibujos hubo pistolas y rifles, pero fueron los menos. ¿Será que es así como nacen los cuentos? ¿En el desorden ordenado? Opino que sí. Y opino también de que no hay suficientes estrategias de promoción de la lectura y la escritura, además de las ofrecidas en los libros de texto. Hay varias y variadas maneras de trabajar para lograr no solo alumnos alfabetizados, sino para lograr lectores letrados, que sean capaces de dar su propia opinión a partir de construcciones propias.


Coincidimos en que no solo se leen libros, también se leen paisajes, sonidos, rostros, revistas, periódicos, el televisor y la radio, la música y hasta una mirada. ¡Se lee todo! Entonces nosotros somos lectores, y también escritores. La prueba para saber si el esfuerzo generado por los chicos valió la pena, será la convocatoria para concursar en la creación de cuentos cortos, que la maestra Blanca Ruth y la maestra Gloria Velázquez lanzarán en breve. Espero y en la elección ponderen la originalidad de las historias, su ingenio, por encima de lo meramente gramatical, porque eso se puede corregir después. La idea es instaurar un concurso que más adelante sea parte de las actividades creativas de la escuela, y que llegue para quedarse.


En lo particular fue una experiencia de verdad enriquecedora (y no lo digo de dientes para fuera), llena de sorpresas gratas y de alimento para nuevos talleres. Lo ideal sería de que la mayor cantidad de escuelas se dieran el tiempo para ejercitarse en el bonito arte de la creatividad, de la escritura y de la lectura. Se debe de recuperar la importancia de la educación artística, que en los últimos años ha sido minimizada, hasta considerarse una asignatura "menor", donde se debe de poner siempre una calificación de diez, porque no es tan importante como las demás asignaturas.


Cabe hacer mención de que los materiales utilizados fueron de recicle, y que también en breve serán exhibidos dentro de la escuela, en forma de nubes y de cuentos, que pueden visitar (me imagino) si así lo desean. También considero conveniente decir que los ejercicios me fueron enseñados y compartidos por diferentes maestros y en diferentes lugares, mismos que llevo compartiendo a su vez con maestros de escuelas primaria y secundaria, además de promotores culturales de las casas de cultura del Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígena, desde hace cuatro años.


Acá el resto de las fotos de la sección primaria, imágenes que fueron capturadas por la maestra Blanca Ruth Esponda, para deleite de mi Ego, y para constancia de lo realizado para este blog de promoción de la lectura. Ojalá pueda volver para hablarles de la lectura para la vida, pero no a los alumnos, sino a los profesores, para motivarlos a dar un pequeño golpe de mano a sus actividades, y se sumen a esta búsqueda de lectores letrados.


Fotos más abajo, les comparto también una pequeña reseña de lo visto el último día de taller, con los chicos de primero de secundaria.





















Por último, nos dimos cita con los chicos de primero de secundaria, pero en un lugar distinto, el auditorio. dejamos de lado "el queso" porque la dinámica con los adolescentes sería distinta. Contarles la historia que gira alrededor de la letra V, y provocarlos un poco con el asunto de la ortografía, pero de manera creativa.


¡LO LEO Y NO LO CREO! pero con otra sustancia, que culminó en la creación de textos breves a partir de un detonante, que en este caso fueron sobre historias fantásticas, lo que les llevó a crear historias de verdad potentes, que trabajadas podrían ofrecer cuentos con una originalidad destacada.


Como les decía, abrimos con la historia de la letra V, y lo que le rodea, y después continuamos con una dinámica denominada MONDONGO. El nombre es simplemente eso, un nombre, aunque ahora que lo pienso bien resulta un mondongo de palabras y ocurrencias de verdad chistosas.


En el Mondongo se busca que los chicos apelen a sus conocimientos de palabras, a su correcta escritura y a su trabajo en equipo. Es un concurso donde de verdad se logra que algunas palabras se corrijan por el mero hecho de hacerlas evidentes. Hasta que uno no pasa un momento embarazoso no se corrije, y este ejercicio destapa varios de estos casos.


Después se ofrecieron dos detonantes narrativos, con el tema de fantasmas, que les comparto a continuación:

¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció.


Al caer la tarde dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo :
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
-Yo no - respondió el otro -¿Y usted?
- yo sí - dijo y desapareció.


Por último, se les ofreció este inicio, o final, según se eligiera, para continuar una historia que dio resultados por demás interesantes:

El ángel de la guarda le susurra a Fabián, por detrás del hombro:
-¡Cuidado, Fabián! Si pronuncias la palabra Zangolotino ¡desaparecerás!.

- ¿Zangolotino? -pregunta Fabián, y desaparece.



Al final de la sesión, di por concluida la jornada que comenzó aquel triste día de enero, como una pequeña charla sobre cómo nacen los cuentos, y termino en una semana repleta de historias orales y escritas, que alegraron mi corazón y el de varios de sus participantes.


¿Y yo? ¡Feliz como una lombriz! En próximos días llegará mi querido amigo Zopilote, a quien esperan con ansias. Y yo trataré, para la otra, de llevar una fotografía de Hugo Torongo Tortugo (mi tocayo) y así convencer de una vez por todas a sus miles de fans, de que yo no soy él, aunque sería un grande honor representarlo. Sin más me despido de ustedes... Por mejores lectores.



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