miércoles, 1 de marzo de 2017

Amorosos en la Pedagógica

Cada vez que mi querido amigo, el Doctor Derly Recinos de León me llama para invitarme (lo que sea y a donde sea), siempre le digo que sí, aunque algunas veces le he quedado mal. Sin embargo, en ésta ocasión no fue así. El Doctor me llamó para invitarme a charlar en el auditorio de la UPN, con motivo del día del amor y la amistad.


"Vas a dar una conferencia", me dijo. ¡Ah burro!, contesté. YO sé poco del amor, y lo poco que sé no es nada alentador, ni mucho menos da para una conferencia, que de seguro solo me demostraría el grado de falta de remordimientos que me caracteriza. "Vos vení y acá miramo qué es que vas a decir". Y como ya dije antes, si mi compadre, amigo y doctor me asegura algo, yo le creo.


El día esperado llegó, y antes de las once de la mañana, me encontraba encaramado en el automóvil de mi compadre amigo y doctor, quien fue muy amable (acá el adverbio fuera del paréntesis y el que se encuentra acá dentro, se justifica contundentemente). Llegamos a la UPN con el tiempo suficiente para beber un agua fresca, y ver algunas de las actividades que se desarrollaban dentro de la universidad. La poeta y docente, Elda Pérez Guzmán, nos recibió con la generosidad a flor de piel.


Llegada la hora, nos dirigimos al auditorio, donde nos esperaban un grupo de curiosos estudiantes, por ver qué carajos íbamos a decir, dos poetas (Derli y Elda) y yo (el Hugo). Al final de cuentas, y como bien dijo mi compadre, amigo y doctor, el tema estaba claro: Amor. La emoción regente tan cacareada por los narradores, puesta en bandeja para que nos subiéramos a la ola de ese día.


El Doctor Recinos de León dio inicio a la charla con el punto de vista químico de lo que se llama amor. Aparecieron la dopamina, la oxitocina y otros "inas" que partieron plaza, para después llegar al mismísimo Darwin, y a la selección natural de las especies. La poeta Elda Pérez Guzmán dio lectura a varios poemas de Jaime Sabines, y el doctor no se quedó a trás, y leyó algunos otros, bastante buenos, para rematar Elda con poesía de su ´propia cosecha. A cada texto, los muchachos escuchaban atentos, y recibían con agrado la lectura, y algunos hasta escribieron algún fragmento de su particular interés.


¿Y yo, de qué iba a hablar? Pues nada más y nada menos que de los sexo amarres, los videntes y brujos que ese día ofrecían promociones especiales para acercar a la mujer amada, para quitar embrujos y provocar pasiones insospechadas. También les recomendé comprar un "kit" en el mercado del Calvario, en específico, en el puesto de Don Cheo, el mayor proveedor de apliques esotéricos de Tuxtla Gutiérrez, y allende fronteras. Por último di lectura dos cuentos de mi librito biliyin, y posteriormente regalamos tres libros para quien respondiera algunas sencillas preguntas, cosa que hicieron los muchachos de manera rápida.

También participé de jurado, y elegimos a tres ganadores de entre varios, que gracias a una carta cargada de amor, lograron ganar el certamen. No hay más que decir al respecto de éste día, que en lo particular fue para mi, de gran divertimento.

Y no, no sé nada del amor.

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