Razón de vivir (fragmento)
Para decidir si sigo poniendo
Esta sangre en tierra,
Este corazón que bate su parche
Sol y tinieblas
Para continuar caminando al sol
Por estos desiertos
Para recalcar que estoy vivo
En medio de tantos muertos
Para decidir
Para continuar
Para recalcar y considerar
Sólo me hace falta que estés aquí
Con tus ojos claros
Ay! fogata de amor y guía
Razón de vivir mi vida
Víctor Heredia
Con el corazón caliente (Miguel Jaimes, te abrazó hasta allá, donde el cielo) nos sumamos al encuentro regional y estatal de Centros Culturales y Casas de Cultura, en particular al Taller Regional de Capacitación "La fiesta creativa, dialogo interior", en su sexta edición, dirigido a los instructores artísticos culturales de las casas de cultura, coordinado por Óscar León.
Días antes de viajar a la casa de la Cultura de Cacahoatán, lugar donde se haría el taller de fomento a la lectura y la escritura, hice el recuento de las actividades realizadas por YoMeroMaromero durante el 2019, les cuento lo que arrojó el recuento: 48 actividades en distintos lugares de Tuxtla Gutiérrez, y en otros municipios de Chiapas. Un promedio de cuatro actividades por mes.
También hubo catorce recomendaciones de libros, comentarios que pueden hallar en este blog. El primer libro fue ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, de Raymond Carver, de fecha 4 de enero; y la primera actividad fue el 8 de febrero, en la Telesecundaria 088, ubicada en Berriozábal, Chiapas. Fue el inicio de un año difícil para mí, equidistante del mundo.
Si recordar es volver a pasar por el corazón, entonces debo mencionar a los cómplices que me acompañan desde hace seis años, mis queridos amigos de la Oficina de Fomento a la Lectura y la Escritura de la Red Estatal de Bibliotecas Públicas de Chiapas, en particular a mi querido maestro Ramón (preocupón) Martínez Mancilla, a quien le agradezco su generosidad y decencia conmigo.
Mención aparte merecen los amigos ganados en las ondas hertzianas de Radio Unicach, 102.5 de FM, Caro, Bersa, Elo, Adrián, Neto, Selene y Leonor, la Maga más galleta del mundo mundial, con quienes comenzamos un nuevo proyecto el cinco de febrero: La lengua de Don Beli, allá en el edificio diecinueve de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
De eso y más pensaba mientras veía llover en pleno diciembre, esperando el anuncio de la salida del autobús que me llevaría a mi última actividad del año. Pudo haber sido cincuenta el número de actividades, pero a veces yo también me canso de ser yo, dejando dos actividades de lado, una con la Facultad de Humanidades y otra más con la Escuela Libre de Derecho.
Mi querida colega Claudia (a quien conocí hace años cuando me aventé un charlatorio para la Especialidad en Procesos Culturales Lectoescritores, en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas), me propuso construir un mapa interactivo, con los lugares visitados desde hace seis años por YoMeroMaromero, asunto que me sigue cuajaringando mucho (se aceptan ideas).
Les contaba que el cierre de mis actividades sería en el municipio de Cacahoatán (pueblo de origen Tolteca, donde abunda el cacao), ciudad que me recibió con el calor que lo distingue: humano y climático. La aventura era completar un taller de fomento a la lectura y la escritura en aproximadamente ocho horas. Otro salto al vacío (benditas metáforas) que, por supuesto, no iba a perderme.
Conocí a una veintena de entusiastas participantes, a quienes no había visto nunca antes de esa mañana, cuando nos encontramos. ¿Cómo interesarlos? ¿Cómo atraparlos en el medio de ese calor endemoniado? ¿Cómo cazar lectores? ¿A lo Cortázar? ¿A lo Pescetti? Me aplique lo dicho muchas veces por YoMeroMaromero: Lecturas de hoy, actividades de hoy, estrategias de hoy, retos de hoy, que ya habrá tiempo para el ayer.
Recuperar el juego como herramienta necesaria para el interés en las historias, para apropiarse de ellas y dejarse llevar por el camino de la narración oral, fue el pretexto que nos guió desde el inicio, al reconocer que con tan solo 22 consonantes y 5 vocales hemos construido, deconstruido y transtornado el mundo que nombramos, significando y resignificando nuestro capital cultural.
Necesitamos recuperar nuestra memoria histórica y cultural y eso no será posible sin la lectura. Leer es el camino, sin duda. Se tiene clara la importancia del fomento a la lectura y la creación literaria como una herramienta para promover el pensamiento crítico en la población, destacando la articulación de talleres al interior del estado de manera escalonada y con un seguimiento real, que permita mejores prácticas lectoras.
Se necesita también materiales de lectura accesibles que permitan a quien se acerca a estos reconocerse, adquiriendo aprendizajes propios para la comprensión lectora, sin distingo alguno. El acercamiento a los libros se reduce a ciertas zonas de la población, quedando en desventaja los sectores más desfavorecidos que no cuentan con recursos para adquirir libros o no cuentan con bibliotecas, casas de cultura o salas de lectura en sus comunidades.
En tiempos de crisis ha sido la lectura la que ha hecho la diferencia, revelándose como una de las más importantes estrategias para la inclusión social. La democratización de la lectura y la escritura no será posible si la población no se apropia de ella. La lectura y la escritura no es una moda, ni un lujo ni una obligación, la lectura y la escritura es un derecho de todos.
Se ha depositado la esperanza de un México Lector precisamente en los libros, pero es insuficiente si no se cuenta con agentes que movilicen los acervos, que los hagan accesibles y les den sentido mediante la lectura en voz alta. Resultará difícil difundir la lectura y la escritura en nuestro entorno si el modelo de desarrollo humano en México sigue siendo excluyente e injusto.
Todas las palabras y su uso para todos, no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo de la oscura noche de la ignorancia. ¿Qué hacer entonces para democratizar la lectura y la escritura? Existen muchos espacios institucionales e independientes que necesitan coordinarse, para hacer efectiva la articulación de los trabajos de fomento lectoescritor. Este encuentro es uno de ellos.
El Consejo Estatal para el Fomento a la Lectura y la Escritura busca ser ese faro (creado a finales de agosto), proponiendo la posibilidad de Formar Formadores que a su vez formen y capaciten a más interesados, para llegar a la mayor parte de la población, sin distingo alguno. Una formación que lleve consigo un seguimiento planificado, una circularidad que nos permita dar seguimiento real a las actividades.
La Dirección de Promoción Cultural del Coneculta – Chiapas reestructura un plan al interior de las casas de la cultura, buscando expandir la mirada no solo en los contenidos, sino en la atención a sectores de la población históricamente olvidados. Espacios de encuentro para el debate sobre temas que nos conciernen a todos, reflexionando, analizando e incrementando el capital cultural, tan necesario, con un acceso real y universal a la información.
Como casi siempre, me vi poseso del "choreador mareador" que llevo dentro. No quiero aburrirlos con este cierre que pareciera siempre lo mismo, pero que podría jurar nunca (o casi nunca) es igual, porque en esta última oportunidad hubo tres compañeros que preguntaron sobre cómo hacerse mediador voluntario y realizar fomento lectoescritor.
A ellos (y a los demás) les conté cómo me hice mediador del Programa Nacional de Salas de Lectura, les conté también de mi experiencia con los libros y con el mundo que me rodea, de Ramón Preocupón, de mi corazón eterno de abril y de mi actual privilegio, mi cunca Julissa Palma, con quien apenas comenzamos a escribir una nueva historia, enésimo salto al vacío sin paracaídas.
¿Qué nos depara el año 2020? ¡A saber! Lo que ahora sí sé, y comprendo cada día más, es lo dicho por el filósofo (sofista) Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas". ¿Cómo leer el mundo? Alimentar nuestro capital cultural, recuperar nuestra memoria, expandir nuestra mirada, son ejercicios más que simples conceptos. ¿Cómo se logra? Viviendo, leyendo con los cinco sentidos.
Regresé satisfecho con lo realizado en la Casa de la Cultura de Cacahoatán, también con la promesa de volver y dar seguimiento a las actividades de fomento a la lectura y la creación literaria que se realicen en los próximos meses. De la cantidad saldrá la calidad, y no a la inversa, sostenía Ricardo Garibay, y yo le creo.
Gracias a quienes han tenido la decencia de comentar y corregir las entradas del blog, memoria y desmemoria de YoMeroMaromero. Gracias también por los comentarios y las críticas a favor y en contra. Por último, les cuento que, mientras el camión tomaba el camino de regreso, recordé un fragmento escrito por José Martí:
Ha llegado la hora de los hornos, y no ha de verse más que luz.
Las fotografías que ilustran esta entrada son cortesía de mi amigo y compañero Quique y de YoMeroMaromero... Les deseo felices fiestas decembrinas. Nos hallamos dentro de unos días para contarnos y recontarnos, porque al final de "cuentos", estamos hechos de historias... Por mejores lectores y escritores.