José Emilio Grajales Moguel |
¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!
Hace unos días platicaba sobre poesía con mi estimadísimo amigo Luis Antonio Rincón, también de las niños y los niñas que se acercan a ella. Entonces le conté del niño Octavio Paz, de "El árbol habla" y de cómo Octavio, de niño, no entendía ni "J" de las palabras encontradas, pero que la sonoridad al pronunciarlas en voz alta le hacían cosquillas no solo en la boca, sino en el corazón.
¡Los niños primero, siempre! |
Sí, soy disperso, ya me lo han dicho directa e indirectamente, así que intentaré "agarrar juicio". ¡Coherencia, pué! Agárrense: Hoy visitaron de nuevo la Casa de las Artes Corazón Borraz los niños de la escuela primaria José Emilio Grajales Moguel. Se hallaron de frente con el niño Octavio y también con mi querida compañera de fomento lectoescritor, Liz Montoya.
Mi cunca Liz tiene la palabra "jugar" amartillada en la memoria, tanto, que cada vez que se encuentra con las niños y los niñas de las distintas escuelas, albergues, casas hogar y casas geriátricas, termina divertida junto con ellos, con los otros... bendita otredad. Ella tiene la magia de animar y reafirmar la idea de que los niñas y las niños deben de ser lo primero... siempre.
Mi querido amigo Ramón Jamón estuvo pintando con Paz (dele el sentido que guste, y participe) alimentando en les muchaches eso que no debemos de abandonar jamás (menos enterrarlo en el lugar más oscuro de la "adultez"), el arte de dibujar, de ilustrar, de estimular la imaginación, el mejor de los pensamientos que nos ha llevado a conocer lugares increibles.
Con Pati se hallaron inmersos en el delicioso arte de la papiroflexia (origami), en el conocimiento de los dobleces "valles" y los dobleces "montañas", apareciendo figuras que se vuelven entrañables, haciendo de esos dobleces nuestros compañeros, podría asegurar, para toda la vida. Con esto las niños y los niñas pueden modelar el medio que los rodea y en el cual viven... otra manera de leer el mundo.
Teresita Periquita, mi nueva maestra, jugó con las emociones. Ella misma me dijo: Les leí "El monstruo del armario"... Un niño le tenía miedo a la noche porque creía que en el armario se escondía un monstruo (que solo sale por las noches). Después los niños inflaron un globo, luego escribieron y dibujaron a qué le tienen miedo. Jugaron con los globos hasta quedar con uno distinto al suyo.
Leyeron el miedo y escribieron un consejo al dueño para vencerlo. Después volvieron a jugar con los globos hasta recuperar el suyo, luego compartieron a qué le tienen miedo, por qué y el consejo que les dieron sus compañeros y compañeras. Por último "rompieron" sus miedos de manera simbólica al estallar los globos. ¿Quién dijo miedo? ¿Quién cree que acá no sucedió algo "rompedor"?
Pancrasio, mi mejor maestro desde hace ya varios años (y mi diler de los curtidos y aguas espirituosas) estuvo de nuevo caleidoscópico. Acá entre "nos" mi amigo Pan y YoMeroMaromero andamos craneando el modo de contar las fábulas de Esopo, pero caleidoscópicamente (¡A burro!). Una vez que hallemos el hilo de la madeja les sorprenderemos, no sabemos si para bien, o para mal. Hoy fue para bien, como siempre.
El buen "Falco" se puso a mover el esqueleto junto con las chicos y los chicas de la escuela primaria, para después dar paso a la proyección de cine, porque la lectura y la escritura también se realiza a través del "séptimo arte" (¿cuáles son las otras artes?), de eso y más les habló mi querido amigo y compañero Ramón Preocupón, haciendo la pregunta del millón: ¿Les gustó visitarnos hoy? Ustedes saben la respuesta.
Por último, habrán notado que comenzamos con una estrofa del Himno a Chiapas. No es una casualidad. El nombre de la escuela primaria lo amerita: José Emilio Grajales Moguel. Y como también se trata de alimentar nuestro capital cultural, les cuento que los coros y estrofas del himno fueron escritas por don José Emilio hace más de cien años (106), atendiendo a un concurso para tal fin.
Dicha convocatoria fue emitida como parte de los Festejos de la "Feria de Guadalupe", en Tuxtla Gutiérrez. En el programa de los festejos la Junta Organizadora incluyó el día de la unión de Chiapas. ¡Y no era para menos! Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de Las Casas se habían disputado de manera sangrienta, dos años antes, los Poderes del Estado (el poder...el triste poder) y se buscaba la paz y la unidad entre los chiapanecos.
Don José Emilio Grajales Moguel, destacado intelectual y pensador chiapaneco de 42 años de edad, atendió al llamado cual si fuera el personaje de la novela Aura. ¡Qué cosas! A mediados de octubre de 1913 se publicó la convocatoria para el concurso de las "palabras y música" del Himno a Chiapas, el 20 de noviembre se terminaron de recibir las propuestas y el 25 del mismo mes era elegido como ganador (por unanimidad) el himno escrito por don José Emilio.
He sido testigo de cómo los niñas y las niños cantan con verdadera emoción el Himno a Chiapas (y el Himno Nacional), y he sido testigo también de lo mal y de malas que lo cantan después, cuando son adolescentes (y de adultos mejor ni digo). Conozco una versión de nuestro himno que lleva por nombre "El gigante", compuesta por Federico Álvarez del Toro. Es una joya. Se las recomiendo.
Bueno, esto era lo que les quería contar de mi ausencia / presencia en la Casa de las Artes Corazón Borraz. Les dejo la versión ganadora del concurso aquel, que buscó unir a los chiapanecos en un momento crucial de nuestra historia. ¿Ustedes en qué primaria jugaron? ¿Se saben la historia del nombre de su escuela? ¡Cuenten!
Las fotos son una cortesía de mis queridos amigos y cuncas de trajines Ramón Preocupón y Liz Montoya... por mejores lectores y escritores.
Himno a Chiapas
Texto de José Emilio Grajales Molina
Coro
¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!
Estrofa I
Cesen ya de la angustia y las penas
(y nosotros decimos "que se acabe la..." ¡Cuánta ingratitud hacia don José Emilio!)
los momentos de triste sufrir;
que retornen las horas serenas
que prometen feliz porvenir.
Que se olvide la odiosa venganza;
que termine por siempre el rencor;
que una sea nuestra hermosa esperanza
y uno sólo también nuestro amor.
Coro
Estrofa II
Contemplad esos campos desiertos
que antes fueron florido vergel.
Están tristes, y mudos, y yertos,
arrasados por lucha cruel.
No la sangre fecunda la tierra,
ni al hermano es glorioso matar.
Si es horrible entre extraños la guerra,
a la patria es infame acabar.
Coro
Estrofa III
Chiapanecos, la paz os reclama,
y el trabajo también y la unión.
Que el amor como fúlgida llama
os inflame el viril corazón.
Nuestro arrojo guardad, quizá un día
una hueste extranjera vendrá.
¿Quién entonces con gran bizarría
de la patria el honor salvará ?
Coro
Estrofa IV
Chiapanecos, unid vuestras manos
y un anhelo tened nada más:
de estimaros cual nobles hermanos
sin pensar en los odios jamás.
No haya un pueblo que sea tenebroso
en la tierra que viónos nacer.
Que de Chiapas el nombre glorioso
con respeto se diga doquier.
Coro
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Nota: Tras la primera estrofa el coro se repite dos veces en donde es indicado. Y si quiere cantarla, les cuento que la música es de don Miguel Lara Vasallo... pero esa es otra historia.
Shulada de himno. Años de no ver la letra completa.
ResponderEliminarGracias querido amigo, maestro y compañero de varias batallas (y botellas)😁