El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional
Buda
Mi madre tuvo durante muchos años una estatuilla de buda, con una pequeña almohadilla de terciopelo y sobre ésta una moneda dorada, para que nunca faltara el dinero en casa. Ella era una mujer de fe, y yo jamás pregunté si funcionaba o no. Alguna vez contemplé al pequeño buda, y me preguntaba de qué se reía. La historia me ha enseñado que los chinos son más importantes de lo que nos imaginamos. Son tantas las cosas que nos unen a ellos que sería necio mencionarlas. Últimamente casi todos hablan de los astronautas y de los cosmonautas, pero pocos de los taikonautas, nombre utilizado por los chinos en su particular carrera espacial. Cuentan con su propia estación espacial orbitando el planeta casi a la par con la estación espacial internacional, pero lo que a mí más me maravilla de la cultura china es su literatura, la sabiduría filosófica que encierra cada uno de sus cuentos desde hace más de tres mil años, con la sencillez propia del budismo, la misma sencillez que ahora me ayuda a paliar el dolor. Y no, no soy budista, y si lo fuera, sería: budista protestante.
Para muestra, un botón:
El zorro y el tigre
Un tigre atrapó a un zorro y éste le dijo: "A mí no puedes comerme. El Emperador del Cielo me ha designado rey de todas las bestias. Si me comes desobedecerás sus órdenes. Si no me crees, ven conmigo y verás cómo huyen los otros animales al verme".
El tigre aceptó acompañarlo. Los otros animales huían despavoridos al verlos. El tigre creyó que temían al zorro, no se dio cuenta de que huían de él.
Anónimo (periodo de los Reinos Beligerantes)
Dice la contraportada: Este libro demuestra que si ha sido depurado durante cientos de años, un breve relato dirigido al centro de la conciencia puede cimbrar nuestra idea del mundo.
Largueza del cuento corto chino reúne los mejores ejemplos de una literatura para la cual no existen divisiones nítidas entre los sueños y la vigilia, entre la filosofía y las soluciones prácticas; y donde lo místico, lo extraordinario y lo cotidiano se confabulan para arrojar al hombre a la iluminación. Por medio de diálogos entre discípulos y maestros, dragones y ministros, tigres y cazadores, viajeros y fantasmas, cada pieza transmite la sabiduría de una Civilización milenaria. Cuentos que con naturalidad y gracia llegan a las mismas conclusiones que ciertos tratados filosóficos desarrollan con una argumentación tan compleja como abstracta. Y es que al confrontarse con la profundidad de estos relatos se fracturan las ilusiones y los engaños de la conciencia.
Largueza del cuento corto chino, la antología preparada por el poeta José Vicente Anaya, ofrece una colección de historias destinadas a vencer el tiempo y a sobrevivir las modas.
José Vicente Anaya |
José Vicente Anaya nació en Villa Coronado, Chihuahua, el 22 de enero de 1947. Poeta, periodista cultural, editor, traductor y ensayista. Estudió ciencias políticas y literatura en la UNAM. Ha sido asesor y jefe del Departamento Editorial de la UAEM; fundador y codirector de Alforja; editor de la colección SepSetentas, SEP-INAH, Siglo XXI y de la revista Ciencia y Desarrollo del CONACyT; jefe del Departamento Editorial y de Redacción de la revista de la UAEM; coordinador del Departamento de Publicaciones de la ENAH; coordinador de la sección cultural de El Economista; jefe de Redacción de la revista Memoranda del ISSSTE. Miembro fundador de la Sociedad de Escritores de México y Japón. Traductor de Allen Ginsberg, Antonin Artaud, Marge Piercy, Erica Jong, Margaret Randall, Leonore Kandel, Carl Sandburg, Gregory Corso, Henry Miller y otros. Colaborador de Alero, Atticus Review, Bajareque, Casa del Tiempo, Diorama, El Economista, El Financiero, El Gallo Ilustrado, La Cultura en México, La Jornada Semanal, La Palabra y El Hombre, Memoranda, Nexos, Revista de la UAEM, Revista de la Universidad de México, Sábado y Siete. Becario del INBA/FONAPAS, en poesía, 1981. Premio de Poesía de Plural 1979 por su poema Híkuri. Premio Tomás Valles Vivar 1989 otorgado por la Fundación Cultural Chihuahua. Miembro del SNCA.
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