Antonio López / Redacción
El viernes 26 de octubre se presentó en el lado sur de la ciudad, el libro de bolsillo "A dos de tres caídas sin límite de textos", de Hugo Montaño. El lugar de los hechos fue Telar Teatro A.C. (novena sur y cuarta oriente #514 altos; Barrio de Los Milagros, en Tuxtla Gutiérrez), espacio independiente que pondera las artes escénicas, sin dejar de lado otras disciplinas como las artes plásticas o la literatura, espacio a cargo del maestro Carlos Ariosto.
La cita estaba programada para dar inicio a las siete de la noche, y después de veinte minutos el respetable se hizo presente para disfrutar un mano a mano con el autor de dicho brevario, acompañado de Fausto Carámbura y Federico Herrerar Carvajal, quienes hicieron la presentación, junto con el editor de Tifón Editorial, Juventino Sánchez Vera. quien destacó la importancia del fomento a la lectura en las escuelas secundaria y preparatoria, comentando que "A dos de tres caídas sin límite de textos", era parte de otras ediciones de la colección Pinolillo.
Los títulos que acompañan esta colección son "Tu Kun Fú no es poderoso" (gran jefe escribe poemas de fertilidad), del escritor Luis Daniel Pulido; "La muerte aletea en el jardín", del escritor Héctor Cortés Mandujano, "A dos de tres...", de Hugo Montaño, además de otro título que ya se encuentra en trabajo de edición, de Marcelino Champo. Formatos atractivos, con excelentes diseños que por si solos llaman la atención, precisamente para cazar lectores, hacer fomento lectoescritor y promocionar a escritores chiapanecos, sin importar si son consagrados o no.
Por casi una hora fuimos testigos del buen humor y la disponibilidad de los presentadores para dicha "función", que tuvo aires de tardeada luchística, donde se contó del origen de los minicuentos, del propósito de los mismos, además de que se dio lectura a una tercia de ellos, y se rifó uno de los carteles iguales a la portada del libro, similares a los diseñados años atrás para anunciar las funciones de Lucha Libre en la capital de la república, (y en las ciudades del interior). La asistencia fue suficiente, generosa y dispuesta a escuchar a la mesa de presentación, cerrando con las fotografías de rigor, café con pan y risas. Las gráficas no mienten.
Gracias a la generosidad de los presentadores, reproducimos de manera íntegra el texto leído para la presentación de "A dos de tres caídas sin límite de textos", de Hugo Montaño, y los animamos a conocer más del proyecto de Tifón Editorial, tanto del fomento para la lectura en las escuelas secundarias y preparatorias, como de las presentaciones en otros espacios independientes de la ciudad, además de otros municipios a donde, según lo dicho por el editor, piensan llegar en los próximos meses. No cabe duda de que se puede incentivar la lectura de muchas maneras, y esta es una de ellas. A continuación les compartimos los textos de Fausto Carámbura y Federico Herrera Carbajal, presentadores:
Fausto Carámbura: Porque cualquier pendejo escribe
Conocí a Hugo una tarde cualquiera frente al Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines. Su andar peculiar y su outfit bien definido imponían moda: gorro, playera, short de mezclilla y tenis. Nos conocíamos a través de las redes sociales, pero nunca habíamos tenido el infortunio de conocernos en persona, digo esto porque meses o incluso años más tarde sufrimos de los estragos de la vejez gracias a las noches de bohemia que acostumbrábamos a tener, como aquel refrán populachero de dar vino por vino y pan por pan, que todos entenderán. Nosotros éramos así: comprensibles con las frases que Dios nos ponía frente a nuestros ojos. Frases muy frías, coquetas y embrutecedoras.
Lo conocí en persona con el pretexto de un taller de narrativa, recuerdo, que impartiría ahí mismo en el Centro Cultural. Me acerqué. Lo saludé y él con tono grácil, como suele ser siempre, me contesto: “¿Qué ai pue, chito, cómostás? ¡Qué milagro!” Y punto y aparte. Nuestra amistad empezó, por decirlo de alguna manera.
Hoy Hugo es mi amigo, mi padrino y mi gurú. Tres cosas tan necesarias que todos en la faz de la tierra deberían tener como requisito. Amigo porque, parafraseando a Jorge Luis Borges, la amistad no necesita frecuencia. El amor sí. Pero la amistad, y sobre todo la amistad de hermanos, no. Puede prescindir de la frecuencia o de la frecuentación. Y es así con él: prescindimos de nuestras vidas cotidianas, pero sabemos que estamos ahí y que, en cualquier momento, en algún lugar, nos encontraremos para celebrarlo con un esquite de la Thalía, o un café del Jaguar Negro. Padrino, por los años que me tocan por aprender y los años que, inevitablemente, he aprendido de él, pues este oficio "me obliga también de los dolores ajenos... todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre". Y gurú porque Hugo es sabio: mueve la mano, escoge una palabra, se detiene, medita, contempla y opina con el fuego justiciero del Haragán Ramírez, luego en sí se olvida, se rescata y vuelve a ser él mismo: el mano, el chito de Chiapa de Corzo, Chiapas.
Cuando Hugo me invitó a presentar el libro, inmediatamente le escribí emocionado a punto del orgasmo, “Chingón, padrino. Con muchísimo pinche gusto”. Y enseguida él concluyó: “El Haragán (o sea, su alter ego) desdeñó a Anagrama, Planeta, y otras no menores. Declaró que es como cuando Maradona desdeñó a la Juventus y al Inter, y firmó con el Nápoles”. Ningún otro comentario sobre análisis deportivo supera la precisión de éste, más tratándose de Maradona y del libro. Una analogía zagas, triunfal. A punto del llanto.
Días después Juventino Sánchez me habló por teléfono para decirme o más bien intimidarme, o más bien amenazarme sobre la que sería mi intervención, ésta, la de ahora, pues no quería nada lineal, con recomendaciones y frases pomposas extraídas directamente del primer sitio de frases especializadas para rellenar textos y textos de presentaciones elogiadoras y rimbombantes. No. Incluso me pidió obligarlos a comprar el libro. “Es requisito fundamental”, dijo. Y su palabra es ley.
A dos de tres caídas sin límite de textos es el tercer libro publicado de Hugo y el tercero en la serie Cuentos de la Editorial Tifón, de Juventino Sánchez, mi amigo: el mono, el chango, como cariñosamente le digo. Es un libro de bolsillo que cumple su función: entretener, atraer al lector y ser, además una especie de aliciente para los estudiantes, pues su contenido breve invita a leer uno tras otro los 20 cuentos incluidos aquí, en este que es, diría yo: el breviario de todas las voces. Hugo es él tanto en la calle como en lo que escribe, no hay otredad, pues inserta guiños en su escritura que lo hacen verse ahí, como el “pue”, el “chito”, el “mano”, el “sos”, señales que, además, son puntuales en la brevedad de cada cuento. Gabriel Zaíd, de quien soy fan tal como lo soy de Hugo, dice que: “La brevedad tiene dificultades útiles para aprender a escribir, y facilidades también útiles: la obra es abarcable de golpe, observable desde todos los puntos de vista, fácil de escribir mil veces, a diferencia de una novela”, pues reduce las opciones de construcción, limita la información manejable y hay mayor adaptación.
Hugo juega con la narración, por eso hallamos cuentos en primera, segunda o, incluso, tercera persona, la mayoría de estos están manufacturados, me atrevo a decir, bajo la experiencia del autor, pues, conociendo a Hugo, aprovecha todos los momentos para hacer de ellos algo que les otorgue vida permanente y qué mejor que sea en un libro o en su blog, que antes fue una columna literaria, donde casi a diario escribe.
Hugo Montaño tiene claras intenciones con A dos de tres caídas sin límites de textos: involucrar a todos, y cuando digo esto, quiero decir a cualquiera, la totalidad en su conjunto, a despertar y aumentar el interés por la lectura y a que descubran a ésta como un elemento de disfrute personal, sin embargo, sabemos que la tarea no es para nada fácil, por eso las editoriales, sobre todo independientes, como Tifón Editorial, juegan un papel importante aquí: pues son un escaparate ante estas necesidades y ofrecen una alternativa más diversa y más libre para el lector, y, sobre todo, más oportunidades de publicación para los escritores interesados.
“… ¿y qué vasescribir? Le digo que escribiré sobre escribir, que ya se me ocurrirá algo más, porque cualquier pendejo escribe, y yo no seré la excepción”.
Federico Herrera Carvajal
Yo uso la máscara porque soy académico de la lengua,
y no quiero que se escuchen las impropiedades y barbarismos que vivo en el ring.
Carlos Monsivais con la máscara de tinieblas
El cuento breve como recurso para narrar lo cotidiano en los terrenos de la ficción nos presenta una muy interesante alternativa del goce literario y de la grata experiencia; es el buen momento que se nos queda grabado en la mente cual si fuera una experiencia personal y que gracias al buen escritor nos hace disfrutar de la lectura.
Lograr que una pequeña historia escrita en menos de 750 palabras nos transmita una sensación de pleno conocimiento de personajes y situaciones se debe a la maestría y genialidad de quien la escribe y Hugo Montaño posee sin lugar a dudas ese talento.
Desde la época en que estudiamos en la prepa 4 Hugo siempre ha tenido la facultad de ser un gran contador de historias, con su enorme carisma y buena plática era siempre el centro de atención en la tertulia ademas de buen trovador y roquero urbano guitarra en mano sabía despertar el interés de quienes compartíamos con él espacios y momentos.
Sus buenas lecturas, su búsqueda por la cultura, el arte y su incansable actitud de dar saltos al vacío lo acercaron al oficio que desempeña el día de hoy: escritor y promotor de la lectura. Ese oficio le ha permitido la maravillosa posibilidad de escribir y publicar para que sus relatos vayan mas allá de la simple conversación personal.
Y hoy estamos aquí para dar a conocer en sociedad de su tercer libro el cual me permiten presentar a todos ustedes y espero que disfruten cada historia que nos comparte el buen Hugo Montaño.
A dos de tres caídas sin límite de textos evoca las experiencias de un tuxtleco a través de escenarios característicos del joven de barrio en los campitos llaneros de futbol, la juergas con finales inesperados, la anécdota de los viajes en "conejoblues", las pláticas con los vecinos y amigos, el infinito campo de vivencias que se presenta en el andar de día a día.
Es un libro de pequeñas historias que encierran los temas más diversos: parrandas con avistamientos ovnis, historias de espionaje y asesinos, promesas rotas ante el imperialismo yanki, cosmonautas soviéticos, hipnotistas de barrio y memorias de trasvestis.
Los protagonistas de sus minirelatos se acomodan de manera perfecta a la historia construida a partir del dato biográfico y la ficción. La elocuente y entretenida prosa de Hugo no lleva a ser testigos de los distintos escenarios que se plantean en sus cuentos. Así de salto en salto y de cuento en cuento en un instante estamos a lado de Blue Demon el día de su muerte y después observamos el terrible accidente de Isadora Duncan mientras pasamos de conocer a un Einstein adolescente para después parar oído ante la vecina chismosa y fanática de las telenovelas.
En muchas de sus historias aparecen personajes de gran fama y renombre pero también están presentes los amigos que dentro de sus textos lanzan apreciaciones iconoclastas mas bien diatribas acerca de la poesía como en el cuento "un mundo" que dice: "la poesía era mierda reciclada, caca transformada en algo bello y el poeta no es otra cosa que un comemierda que se alimenta de eso para luego cagar metáforas".
En otro texto titulado Bugatti el lenguaje cambia y se torna poético y para muestra el siguiente fragmento:" danzó y danzó semidesnuda, recreó el tiempo y el espacio en los meandros de su cuerpo. Se abandonó a los designios de otros mares en atormentada libertad al compás del delirio".
En "Chopper" te divertirás con el entuerto en que se envuelve el protagonista, un amasijo de emociones que desembocan en inesperado final.
Los 20 minicuentos son garantía de pasar un buen momento en la lectura y creo que Hugo logra el doble cometido de la creación literaria y el fomento de la lectura pues tendrán en sus manos este libro que le permitió a su autor escribir y a la vez fomentar la lectura de manera divertida. A dos de tres caídas sin límite de textos es un libro para leerse en un rato pero la sensación que te dejan las múltiples historias se quedaran presentes por mucho tiempo.
Para leerse mientras esperas el conejobus o a la hora de receso en la escuela o la oficina o donde quieras, lo verdaderamente importante es que la lectura nos transforme y que continuemos las conversaciones con los autores en otros medios y como decía Gabriel Zaid: "si leer no sirve para ser más reales ¿para qué demonios sirve?
Así fue la presentación de A dos de tres caídas sin límite de tiempo, de Hugo Montaño. Si usted quiere comprar o llevar a su escuela éste concepto editorial, y charlas de fomento de lectura y escritura, comuníquese con el editor Juventino Sánchez Vera, lo encontrará en Facebook como tal. Recuerden algo dicho por Rodari: Todo el uso de las palabras para todos, no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo.
Las fotografías con cortesía de los asistentes a la presentación.