viernes, 29 de septiembre de 2017
¡LO LEO Y NO LO CREO! / 28 DE SEPTIEMBRE / CENTRO DE MAESTROS 0704 / SCLC
En la edición de mayo de este año, realizado en el Centro de Maestros 0704, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, les compartí un lema escuchado al grupo Libro Abierto. LOS LIBROS LEÍDOS, JAMÁS SERÁN VENCIDOS. Ayer jueves, 28 de febrero, ratifiqué tal aseveración. Volvi (como a veces vuelven los adioses) a invitación expresa de Luis Fernando Maza Niños, Coordinador del Centro de Maestros. La cita era con una treintena de profesores de telesecundaria, primaria y preescolar.
El taller de nuevo fue NADIE TE CREERÍA, del libro que ahora ratifico es un perfecto desconocido en las bibliotecas escolares: Nadie te creería, de Luis María Pescetti. Ya he hablado del libro en cuestión en entradas anteriores, y les vuelvo a decir que en lo particular es un libro que me gusta mucho, porque es una provocación, un recordarnos que las cosas pueden suceder de muchas maneras, dando importancia al fondo, no a la forma. Aunque la forma sea el pretexto perfecto para tal fin, y con un plus que desde siempre debe de estar presente en las aulas: el juego.
En una reciente y telúrica visita a la Ciudad de México, Carola Diez dijo algo que me significó mucho: hay que divertirse, dejar el protagonismo a un lado. Luego Apolonio Mondragón me ratificó esa idea, de aprender a través del juego. Y no es que en los acompañamientos que hago no esté presente lo lúdico, sino que ahora lo estará por mucho más espacio, porque estoy convencido de eso. Ayer jugamos los adultos, dejando de lado si éramos profesores idóneos o disidentes, o lo que fuera. Ayer éramos personas jugando, aprendiendo de manera divertida, y compartiendo nuestras ideas.
Y sí, vimos Kamishibai (oooooooh), mondongo, nubes, corridos, aviones y autos. Leímos seis cuentos del libro de Pescetti, descubriendo que ese perfecto desconocido juega y rejuega con las palabras, de manera... este... sí, adivinaron, de manera divertida. Fueron seis horas que se esfumaron así, tan callando, y me consta que a más de uno le movió un poco en su quehacer como maestros.
En lo particular me queda la satisfacción de haber compartido y acompañado a los profesores, por muchas razones personales y profesionales. Pero lo mejor de todo, me queda el gusto por comprobar lo dicho por Carola y Apolonio. El juego debe de estar presente de una manera importante a la hora de promover la lectura y la escritura, y de enseñar cualquier materia o asignatura. Divertirse debe ser el aglutinante en nuestro quehacer, y acá abrocho con lo esencial de todo este traqueteo: nos debe de importar. Debemos de tomar nuestro trabajo en serio.
En suma, llevamos más de sesenta maestros coordinados por el querido Luis Fernando, a quienes les hemos compartido NADIE TE CREERÍA. Se acerca en octubre INTRODUCCIÓN AL ARTE DE CONTAR HISTORIAS, donde estarán la totalidad de ellos, más lo que se acumule.
Volveré, estoy cierto, y espero que nos divirtamos de lo lindo. Necesitamos lectores, necesitamos compartir y hacer uso de La Palabra. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo.
Acá los compañeros con quienes compartí el cómo está mi corazón ahora. A todos ellos mi agradecimiento pleno por jugar y divertirse de lo lindo, y por comprender que es fácil cambiar, cuando algo de verdad nos importa... Por mejores juegos...
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Excelente labor, estimado amigo. Creo que la satisfacción, por haber tomado el curso, se ve reflejada en el rostro de cada una de las personas que acontecen en la fotografía del final.
ResponderEliminarGracias por compartir y contagiar con tu experiencia.
Gracias, doctor.. la dicha es mucha en la lucha. Abrazos!
ResponderEliminarTodo un éxito el taller estimado Hugo. Vamos por más. Saludos afectuosos.
ResponderEliminarGracias por compartir con sencillez y humildad tan bonita experiencia. Me gusta ser LEÖN....
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