San Lucas, Chiapas; a 25 de abril del 2017.
Hace bastante tiempo que mi querido amigo Virgilio Fonseca me invitó a San Lucas. Por una u otra razón no había podido viajar a ese lugar que, Virgilio me aseguraba, es paradisíaco. "Iré, dije... no sé cuándo, pero iré". A principios de año dijimos que en abril podría ser posible viajar a San Lucas, y después de afinar algunos detalles, resultó que el buen Virgilio salió del pueblo a otro destino. La maestra Magda Corzo me llamó para refrendar mi palabra de ir a la telesecundaria de San Lucas, cosa que le garanticé, porque al final de cuentas el propósito de viajar hasta allá era, además de la amistad de Virgilio, la posibilidad de convivir con los alumnos de la escuela Justo Sierra.
Y vaya que si estuvo concurrido. Los chicos fueron participativos y las actividades (tres) realizadas con los muchachos fue sin contratiempos. Estuvimos dando de gorgoritos la maestra Charito, la maestra Anita y yo mero maromero. Las profesoras impartieron dos talleres, de tres sesiones cada taller, que llevó el titulo de "El Pregonero" y "El mundo de las letras", respectivamente.
¿Y de qué van? Sencillito: El alumno pregona un libro que se haya leído, para que el otro se "enamore" y tenga la curiosidad de leer. Se empieza con la canción de Cri - Cri, titulado: "El Pregonero", respetando las características del pregón, que es la copla, la rima y el verso.
Cabe hacer mención de que los pregones pertenecen a la literatura oral y popular, es decir, aquella que tiene como destinatario directo al pueblo. Asimismo, presentan claras conexiones con el folclor, ya que aluden a diferentes aspectos de la vida tradicional de un colectivo (costumbres, etc).
Y si me apuran, les cuento que el ser pregonero en hace cinco siglos, era de verdad cosa seria. Tenía carácter de labor oficial, donde se tenía que estar autorizado para dare pregones, y estos pregoneros a su vez tenían sus propios voceadores (¿les suena familiar?) La noticias, edictos, resolutivos, sentencias y demás asuntos de un gobierno o institución se le enteraba a la sociedad a través del Pregón.
No había otra manera de hacer "masiva" una noticia o información relevante que se necesitara, si no era a través del pregón, por varios motivos: no existían los diarios como tal, además, si así hubiera sido, no todos sabían leer, y de boca en boca era la manera más efectiva de "masificar" información de interés público.
Esta actividad "oficial" en una primera instancia, fue adoptada para contar no solo cosas oficales, sino para popularizar historias, que se fueron construyendo en rimas o versos, para facilitar su memorización y así trascender, conservando la "escaleta" de lo que se quería contar.
Muchas han sido las historias que han perdurado en el transcurrir del tiempo, tanto, que se desconoce la fuente original de tales narraciones producto de la oralidad. Las pasiones humanas han sido retratadas con diferentes argumentos, pasiones que se han plasmado en textos literarios, el gran invento de la humanidad para intentar perpetuar la memoria: EL Libro.
Yo mero maromero, sin saber que compartía plaza, y quizá porque al final de cuentas coincidimos en un propósito común, llevé un cachito de "¡LO LEO Y NO LO CREO!, que consistió en compartirles algunos de los muchos personajes que me habitan, después de haberme "devorado" sus historias y hacerlas parte de mi.
Hablé de Ana Frank, Gregorio Samsa, Juana de Asbaje, Ulíses / Odiseo, Santiago Nasar, Don Alonso Quijano, Benzulul, Juan Preciado, y no recuerdo qué otro personaje más.
Después de enseñarles que la magia "si existe", les leí "un cuento de amor y amistad" del libro NADIE TE CREERÍA, de Luis María Pesceti, que pertenece a los Libros del Rincón.
Por último, les presenté el multipaseado "Kamishibai", y una de las tantas aventuras de Don Quijote de La Mancha: la aventura de los molinos de viento. Está demás contar que Yo me divierto mucho, y hasta donde veo, los espectadores se divierten igual.
Si es divertida la experiencia, vamos de gane, porque se crea afinidad y con un poco de optimismo, hasta se ganan lectores, que es al final de cuentas el propósito de este tipo de actividades.
Posteriormente hicimos una dinámica de escritura que he denominado MONDONGO, donde se pone a prueba su conocimiento de cultura general, por no decir básica, y donde se aprende de manera entretenida un poco de ortografía.
Cada oportunidad que tengo de viajar a escuelas donde se tiene la inquietud de promover la lectura y la escritura entre la población estudiantil, voy rete encantado de la vida. Estamos hechos de historias, propias y ajenas.
Llegar a otros lugares siempre será mejor, no me cabe la menor duda. Sumar, construir, compartir y divertirse, es lo mejor que me puede suceder... y si no me creen, miren lo que me compartieron. Estas frutas son una metáfora, ese ejercicio tan olvidado y tan necesario para acercar el aprendizaje.
Por último, les comparto esta imagen donde aparece una gran mayoría de los chicos de la brigada de lectura de la secundaria, que estuvieron siempre atentos y bastante participativos de las actividades de los que esa mañana fungimos como talleristas la maestra Anita, la maestra harito y yo mero maromeo... por mejores días.
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