(viernes 05 de abril de 2013)
Por Antonio López
Era el año 1988, se cocinaba en Seúl los Juegos Olímpicos y yo trataba de sujetar con alambres la inestable antena de televisión para sintonizar Imevisión. La joda era subir a mover la antena, bajar a revisar la imagen y de vuelta arriba, corregir “a pulso” la escurridiza frecuencia, y de nuevo para abajo. En una de tantas vueltas me quedé mirando fijo a la pantalla, intentando con la mirada definir la imagen. De la caja boba surgió una voz que decía: “Vámonos tocando... jazz”. Luego comenzó a sonar un piano, luego un contrabajo, luego un saxofón, y de pronto la imagen se aclaró mágicamente. Ese día fue mi primer contacto con el jazz, tan lejano para mis 15 años, cuando intentaba llenar mi cabeza de rock.
Una tarde de agosto me vi de nuevo frente a Antonio Malpica, había ganado el Premio Nacional de Novela Breve 2003, con el texto Los elementos del jazz. Se encontraba en Comitán, en el teatro Junchavín, esperando a la ceremonia de entrega del premio, con un libro de Milán Kundera en la mano. Le comenté que había un revuelo por su segunda nominación, y que él era el culpable, por decirlo de alguna manera, del agregado de una nueva cláusula a la convocatoria para no repetir ganador en futuras ediciones. Divertido por la situación prometió dos cosas. La primera, leer su discurso por el premio de ese año, y de una vez el discurso del 2002, que no pudo leer por aquella sonora rechifla; y la segunda, la promesa de no volver a concursar en el mencionado premio; cumplió ambas.
Tiempo después con el libro Los elementos del Jazz en mi poder, leí de un tiro la historia y fue entonces cuando entendí porqué había sido la obra ganadora. El tono o fraseo, el arreglo, el swing, la improvisación, la tensión... y el blues (porque sin el blues no existiría el jazz), son los elementos de esta novela de dudosas lealtades entre hombres rudos, seres oscuros con quienes convive Julio, un niño de 8 años intentando aparentar 12, a quien le perdonan la vida para convertirse en guardián de Cocó, la amante del Chino. Muchos son los caminos que llevan al Jazz, y el hallado por Julio, lo llevó a pensar que ya no quería ser niño, porque la señora Cocó, efectivamente, era la mujer más hermosa del mundo. Y era tan hermosa que dolía.
Y como es el jazz quien nos convoca hoy, haré referencia a un excelente músico chiapaneco, quien compuso melodías que enriquecieron repertorios internacionales. Acá un pequeño fragmento de una conocida pieza: ...Y tú, quién sabe por dónde andarás; quién sabe qué aventura tendrás, que lejos estás de mí... ¿Sabes quién es el autor de esta frase? Manda la respuesta a cultura.chiapas@gmail.com y serás el ganador de Los elementos del jazz, libro donado por el filántropo “contaozuna”.
**Antonio Malpica es un escritor mexicano, nacido el 08 de marzo de 1967 en la Ciudad de México. Cuenta en su haber con la publicación de diversas novelas para adultos y libros de literatura infantil y juvenil, así como con obras teatrales dirigidas al mismo público, habiendo recibido diversos premios por su labor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario