El viernes 04 de agosto me hallaba sin encontrarme por las calles de Terán. En más de catorce años viviendo cerca de la zona (fovissste II), nunca me vi en la necesidad de hallar la casa de algún amigo o conocido (o negocio) por la dirección postal, sino por meras referencias. Pero esa tarde soleada estaba contando y recontando las calles, para ver si no me había extraviado.
Llegué a la dirección indicada, donde me encontré con un negocio de chalupas, empanadas y tacos, Preparaban el menú de lo que más tarde sería la cena para algunos (o la comida, en mi caso). "No, acá no conocemos a la persona que dice, pero sí es la dirección y es el número de la casa". Iba a marcharme, cuando a mi derecha escuché una voz que me decía: "Acá es". Era Marisol, mi anfitriona en la sesión espiritista que realizaría en unos minutos. ¿Mi extravío? La letra "A" después del número.
Resulta que Marisol me invitó a charlar con nueve muchachones, como parte de un taller de mayor alcance titulado "Formando Líderes". Y si usted puso cara de "Juat" y pensó en qué pictes andaba yo haciendo, que puro cuento soy... le cuento.
Hace algunos años (seis, para ser exactos) tuve el gusto de trabajar para la iniciativa privada. Tiempo después tuve el otro gusto de trabajar para el gobierno estatal. Son dos mundos diametralmente opuestos. En el primero se destaca la formación de líderes (en la mayoría de los casos) y en el segundo... en el segundo... no existe la formación de líderes, sino el cultivo de jefes (en la mayoría de los casos) que llegan a ser como el personaje de aquella historia titutada "El traje nuevo del Emperador" (o el Rey desnudo).
¿Cuál es la diferencia? Un líder tiene un equipo de trabajo, y un jefe tiene empleados. Y eso se ve reflejado en diferentes ámbitos, y llega a replicarse en el país, en la ciudad, en el barrio, en los hogares. Un amigo me decía que su empleador era un líder con aires de jefe, pero prefería eso a lo contrario. Ahora bien, si alguien me dice que va a pavimentar una calle diaria, o va a mejorar el alumbrado público, o a eficientar la recolección de la basura, combatir la delincuencia, o lo que sea, solo le creeré y hasta lo acompañaré si él va por delante.
¿Se imaginan a (ponga el nombre que prefiera: _______________________________) pavimentando o reparando los baches de alguna calle, y etcétera? Un querido amigo dice que aún sigue esperando ver al Río Sabinal "navegable", a las ciclovías con tramos completos y a los evasores de impuestos cumpliendo con sus obligaciones ciudadanas (ideas dichas por "líderes"). Él decidió irse a vivir a un municipio aledaño a la gran capital coneja, y dice que vive tranquilo. Yo le creo, también me fui de la ciudad hace ya varios años.
Volviendo al asunto del taller, me encontré con talleristas jóvenes (desde los 11 hasta los 18 años) a quienes fui a retar con varios ejercicios donde tiene mucho que ver el trabajo en equipo, y sobre todo el análisis de una situación para encontrar sus posibles soluciones, partiendo de "problemas" que han llegado a ser no solo buenas ideas, sino que esas buenas ideas le siguen importando a la gente, tanto, que nos ha llevado hasta el espacio exterior.
"Nadie es nadie solo" decía un famoso guerrillero, y decía verdad. Partimos de un ejercicio que nos ayuda a romper cuadraturas, a salirnos "del molde", para hallar su solución. Fue de entrada un trabajo individual, que consistió en lo siguiente:
Unir los nueve puntos con cuatro líneas rectas, sin levantar el lápiz o bolígrafo (o el dedo de la pantalla):
Si ya encontró la solución, hágalo ahora con tres líneas rectas, sin levantar el lápiz o bolígrafo (o el dedo de la pantalla) ... y si eso le parece poco, hágalo después con una sola línea recta sin levantar el lápiz o bolígrafo (o el dedo de la pantalla). No avance la lectura hasta lograrlo de las tres maneras...no me ignore, no siga hasta resolverlo... ¡hey!... le estoy diciendo que...
Los chicos recurrieron a su conocimiento y experiencias previas y de a poco las soluciones fueron transitando de lo aparentemente lógico (pero absurdo) a lo aparentemente absurdo (pero lógico).
Finalizamos con una pequeña carrera de aviones y después de autos, y estoy seguro de que a más de uno le quedó rebotando eso de ampliar el campo de visión, en lo abstracto y en lo concreto, para que después logren modificar su entorno de manera incluyente y acorde con las necesidades y los intereses de todos generando, desarrollando, compartiendo, colaborando y trabajando de manera creativa. Líderes pués.
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