El día de ayer jueves 17 de noviembre, viajé a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, para compartir el taller de estrategias de lectura y escritura con los compañeros interesados en la mediación lectora. El proyecto lleva por nombre LO LEO Y NO LO CREO, y se realizó en la Biblioteca Pública "Anastasio López", en punto de las 11 horas.
Con anterioridad éste taller se había compartido con mediadores y administradores de casas de cultura pertenecientes al Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígena, y existía la posibilidad de que varios de ellos asistieran nuevamente, por lo que se buscó realizar otras actividades, para dar continuidad a lo expuesto en el taller anterior.
La gran mayoría asistía por primera vez a este taller, convocado por la oficina de Fomento a la lectura, de la Biblioteca Pública Central del Estado de Chiapas. Luego de una breve introducción, (y para aprovechar las tres horas de tallereo), dimos inició con los "palabrarismos". Sí, como lo lee usted. Partimos de la palabra misma, una mezcla de PALABRA y MALABARISMO. Comentamos que nosotros somos lo que leemos... o no leemos, y hablamos de un cazador de lectores (de los muchos que han existido) como lo es Julio Cortázar. También les enseñé, de una época más reciente, a otro cazador de lectores, Luis María Pescetti y una de sus joyas NADIE TE CREERÍA (ed. Alfaguara).
Éste feliz hallazgo para el trabajo con los textos de Pescetti, es mérito de la doctora Haide Zúñiga Pineda, quien propuso una manera de experimentar con dichos cuentos, maneras que retomé para trabajar con los compañeros en el taller. Vimos cómo el autor trabajó aspectos como la rima, la ortografía, la sintaxis, las "malas palabras", las oraciones simples y compuestas, entre otras linduras, las cuales fuimos conociendo primeramente de manera individual, y luego por grupos, al que los unía el título del libro en cuestión.
Trabajamos también la búsqueda de palabras, primero las que contenían las cinco vocales, sin repetirse ninguna (ejemplo: Murciélago), y después, una oración con sentido, donde estuvieran presentes vocales y consonantes, sin repetirse ninguna. Dichos ejercicios de a poco fueron disponiendo a los participantes para ser cómplices de los mismos, y de paso (suavemente) ejercitarnos en la noble tarea de la escritura y sus posibilidades.
Luego de un receso, jugamos MONDONGO, donde se continuó con los equipos formados originalmente, y se hizo una competencia divertida por escribir palabras de un mismo campo semántico, buscando escribirlas de manera correcta, sin errores de ortografía. Surgieron dudas sobre si "antílope" era un animal o no, y hasta un unicornio hizo su aparición, además de palabras coladas, acentos extraviados y demás. La idea era divertirse y aprender, lo que considero se cumplió en buena medida.
Por último se hizo un cuento literalmente de la nada, en homenaje al soñario de Javier Sáez Castán, con una actividad aprendida hace un par de años en El Ingenio, y que cuenta con bastante ingenio para su ejecución, de donde extraigo una muestra (cortesía de la licenciada Estela de la Cruz), no sin antes despedir esta entrada con el agradecimiento por la disposición de los participantes y las gentilezas de los organizadores... Por mejores lectores.